martes, 23 de febrero de 2010

APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ C.

MI APORTACIÓN AL CAPÌTULO 1

En primer lugar quiero agradecer a ATRIO la oportunidad de participar en este curso, lo que he leído del libro del Padre Lenaers y de las orientaciones del equipo de Atrio al respecto, me parece interesantísimo a la vez que expresado en un lenguaje muy claro. Son muchas las inquietudes que ha despertado en mí el análisis de estos capítulos, pero también me ha llevado a fortalecer convicciones profundas que me han permitido descubrir poco a poco el valor de lo que para mí es el LOGOS o el NUCLEO del mensaje de Jesús, una vez que ha ido desapareciendo el imaginario mítico cristiano en el cual fui educada. Hoy considero que la interpretación de las Escrituras como textos descriptivos y ligados a unas creencias determinadas han sido el principal obstáculo para pasar de una visión heterónoma a una autónoma y finalmente a una teonomía.

Considero que las diferentes religiones se formaron en una etapa de la humanidad en la que regía una visión mítica de la realidad y que sirvieron para programar y controlar los modos de pensar y de actuar de las sociedades, pero hoy sabemos que todos estos contenidos que configuraron las religiones no tienen valor descriptivo sino meramente simbólico mediante el cual comunican una verdad que no es informativa, sino espiritual. Hoy en nuestra sociedad industrial y postindustrial las religiones tienen que abandonar su papel programador, sin embargo las instituciones religiosas siguen cautivas tanto de sus creencias como de sus mitos así como de su función programadora y controladora no sólo de las conductas sino de las conciencias humanas. Continúan sosteniendo que las creencias tienen valor descriptivo, afirman el valor real e histórico de sus descripciones, y, con frecuencia, se sienten molestas o atacadas cuando se pone en duda esa literalidad.

Para los hombres y mujeres de hoy más en contacto con la cultura y las transformaciones propias de la sociedad postindustrial, basada en el conocimiento, en el cambio continuo propiciado por los avances de las ciencias y de la tecnología, la forma en que se presenta la religión resulta inaceptable y no en sí la profunda transformación actual de la sociedad ya que ésta constituye no sólo un fenómeno natural e inevitable sino incluso beneficioso para la humanidad. Sin embargo, el mensaje religioso se sigue presentando en un lenguaje del medievo que parte de una concepción del mundo en esa etapa de la humanidad. Creo que ésta es una de las causas principales de la crisis de la religión. Por esta causa millones de fieles hoy abandonan las religiones. Es frecuente que templos o mezquitas se conviertan en museos o en edificios civiles. Por otra parte, la rigidez de los responsables de las instituciones hace imposible la renovación.

El cambio que estamos viviendo está forzando a la humanidad a abandonar la forma «religiosa» que su espiritualidad había adoptado desde los tiempos del neolítico. En la nueva situación se está creando una nueva forma de espiritualidad, que acepta las tradiciones en su verdadero estatuto simbólico, que no es descriptivo, ni definidor de verdades o doctrinas.

La presentación desactualizada de las religiones hace que la gente las abandone. Aún así hay verdadera búsqueda espiritual y las personas permanecen abiertas a nuevas propuestas que no podrían hacer por sí mismas. Hoy aquellos a quienes nos interesa que las próximas generaciones y aún las actuales “no tiren el agua sucia con todo y el niño”, creo que debemos ayudar a encontrar respuestas, aunque sean parciales, para todas estas personas a la vez que hagan su aportación.

En relación con nuestra fe cristiana concretamente y a la persona de Jesús, creo que todas las afirmaciones referentes a El son una construcción simbólica hija de una inculturación en una civilización agrario/autoritaria, helena y romana. Pero lo difícil no es aceptar esta verdad sino vivir todo lo que se refiere a Jesús y a nuestra fe cristiana desde ese pensamiento cuando se convierte en un sentir real y cotidiano. Nuestros antepasados tomaron a los símbolos como si fueran realmente existentes. Creo que nosotros los podemos tomar como plenamente significativos pero como afirmaciones, construidas desde unos patrones culturales ya desaparecidos, que hablan de lo que, propiamente no se puede hablar porque está más allá de las posibilidades de la estructura de nuestra lengua y es que su LOGOS resulta indecible, que puede expresarse tan sólo mítica y simbólicamente en unas categorías culturales que caducan cuando caduca esa cultura, es un mensaje de espíritu sobre el que sólo se puede apoyar el espíritu. El espíritu puede adoptar formas, pero como si no las adoptara; pasa por las formas como la brisa sobre la superficie de los lagos tranquilos. El espíritu usa formas pero no se liga a ellas; el espíritu adquiere formas sólo para insinuar la intuición del Sin Forma; para ello debe tomarlas como si no las tomara y debe abandonarlas como si jamás las hubiese tocado.

Sobre esa calidad, tenue como el viento y sólida como una roca, debe apoyarse, en las nuevas circunstancias culturales, la plegaria individual y colectiva, los rituales y las organizaciones religiosas. Plegarias, rituales y organizaciones tendrán que ser espíritu, fluido y libre como el aire. La plegaria a Dios tendrá que vivirse y expresarse como si no hubiera ni plegaria ni Dios; el ritual debe ser tal que impida la cosificación de Dios y conduzca a la No Dualidad; las organizaciones religiosas tendrán que estar tan apoyadas en la calidad y la comunicación que resultarán estructuras tan leves que serán como si no fueran.
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PARTICIPACIÓN DE GUSTAVO GÓMEZ

El mundo de los signos
Los sacramentos como rituales

Reflexiones personales de Gustavo Gómez


Como inicio de nueva cuenta quisiera resaltar que las presentes reflexiones se realizan una vez comentadas, analizadas y discutidas en forma verbal ante mis compañeros en la sesión del día 23 de febrero de 2010, y por tanto han sido enriquecidas con sus valiosos comentarios y participaciones, mismos que también se incluyen a lo largo de los siguientes párrafos.

Para iniciar señalaré que para mí los sacramentos no han sido de ninguna manera algo que a lo largo de mi vida me den o me quiten algo respecto a mi Fe. Si recuerdo que cuando hice mi primera comunión, fue motivo de fiesta, alegría, fui centro de atención, recibí regalos, etc.; sin embargo no recuerdo que el sacramento en sí mismo me hubiera acercado más a EL, o que yo percibiera que la bendición de Dios a través del sacramento me haya diferenciado de los demás muchachos de mi edad.

En este momento lo que percibo es aquello que con anterioridad he comentado y es que la Iglesia ha hecho un uso y abuso de los sacramentos y en algunos casos, se presentan grandes contradicciones y repito lo que escribí en el Capitulo 10.

No obstante que uno de los sacramentos de la Iglesia es el matrimonio, y por tanto está consagrado por DIOS, tiempo después y una vez consumada la vida marital, viene felizmente el nacimiento de un bebé, por lo que poco tiempo después lo llevamos a bautizar, y lo primero que nos dice el cura es que le vamos a quitar el pecado original.

Quién los entiende, primero te dan los sacramentos desde el bautizo, primera comunión, confirmación y matrimonio, y por tanto ya puedes tener vida marital y realizar la procreación con la bendición de DIOS. Pero resulta que vives en el pecado, porque el producto del amor de la pareja debe de lavarse en el bautismo y retirarle el pecado original. ¡Qué absurdo!

Y el asunto no para ahí, resulta que los sacramentos tienen vigencia, ya que primero viene el bautismo y si después de cierto tiempo no llega la primera comunión, entonces vives en el pecado. Después, haces la primera comunión pero si después de cierto tiempo no haces la confirmación, regresas al pecado. Luego, llega el tiempo de amar a una pareja y la desposas, pero si no es por la iglesia, ambos viven en el pecado, aunque toda tu vida hayas recibido los anteriores sacramentos.

Posteriormente viene la confesión y la unción de los enfermos y hasta el final de tus días, y jamás en toda tu vida te dejan de repetir que, o los recibes, o eres un pecador y te irás al infierno.

Entonces termina la persecución de la Iglesia haciéndote infeliz y te envía por la vía rápida al Infierno. ¿Qué barbaridad, ni los mejores cazadores son tan persistentes como la Iglesia con sus sacramentos?

El punto central del asunto es: Si DIOS es AMOR, entonces que tienen que ver los sacramentos con ello. La respuesta es: NADA

Si los sacramentos no me entregan nada a favor de mi felicidad, ya que están diseñados dentro del axioma heterónomo y adicionalmente me hacen infeliz, ya que no puedo decidir entre tomarlos o no, lo mejor para mí en este momento es que estos los retiremos tal y como están diseñados y para el nuevo axioma teónomo, tendremos que debatir en los siguientes capítulos la viabilidad de ellos y en que aspectos de la vida.

Otro punto que me anima es ratificar que todos en esta vida somos seres en proceso, unos mas avanzados y otros menos, y que nuestra historia personal permanece en nuestras vidas mas allá de lo que suponemos, aún cuando nuestra conciencia se haya nutrido largos años.

Yo pienso que el autor nos lleva la delantera en el proceso del cambio de axioma, ya que el realiza esta excelente propuesta, la detalla, y la propone al mundo entero; sin embargo todavía se encuentran rasgos de heteronomía en la forma en que se expresa, tal y como lo señala en la primera pagina del artículo 13 que nos ocupa, que señala que “hacer de los sacramentos la suma de la fe, es un error infernal.” Uno de los principios básico del axioma teónomo es la no existencia de la dualidad cielo-infierno, o el mundo de los humanos y el de arriba o celestial. En este punto recuerdo con mucha precisión las primeras enseñanzas del desarrollo humano y que dicen que somos seres en proceso o como a mi me lo expresaron, “vamos siendo”. Ni modo, a Lenaers en esa frase le gano su historia personal.

En el ámbito personal, quisiera señalar que cuando entré a este Taller, una y otra vez me he cuestionado como lograr una “comunicación efectiva” con mi YO profundo o bien con EL, de acuerdo a la perspectiva de la teonomía.

Lenaers me dio una gran pista en este Capítulo, ya que señala lo siguiente con respecto a las relaciones humanas:

“Las cartas de amor no solo dan a conocer el amor que existe, sino que lo fomentan, lo fortalece y lo aumentan. Un abrazo une. Una sonrisa amigable allana el camino del acercamiento. Colocarse un anillo en el dedo es algo que conmueve muy profundamente a la pareja y une sus corazones. El alegre apretón de manos cuando uno se encuentra inesperadamente con un amigo no sólo hace visible la amistad, sino que la fortalece en la misma medida”.

Si este mismo párrafo lo aplicamos para entrar en contacto con EL; y; vamos a su encuentro buscando al amigo y le damos un fuerte apretón de manos o un cálido abrazo; o bien le escribimos haciéndole notar nuestro amor con el mismo fervor que a la persona amada; o sí pensamos con EL y le contamos nuestras vidas con todo lo bueno y lo malo que nos pasa, como al mejor amigo/amiga; o nos vamos de viaje y nos hacemos acompañar únicamente con EL, para poder disfrutar de todo aquello que el mismo nos ha entregado; o sí ...

Finalmente quiero señalar que la capacidad de asombro ha vuelto a renacer en mí, el día de ayer en forma por demás inexplicable (para mí) y mientras comentaba el Artículo ante mis compañeros, recordé mis tiempos de juventud y noviazgo con Lupita y lo relacioné con el párrafo de Lenaers arriba mencionado y tratando de resaltar el mensaje en el contenido, me quede atrapado en mis recuerdos y solo acerté a relacionarlo con aquella feliz etapa de mi vida, generando en mí, una vía de escape de sentimientos guardados por años.

Reconozco que me desconcerté, sin embargo al día de hoy me siento bien y agradecido con mi compañeros de comunidad por tan excelente arrope y acompañamiento. GRACIAS

domingo, 21 de febrero de 2010

APORTACIÒN DE ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH

Dice Leaners que los sacramentos se constituyeron como reacción contra la Reforma, y es que la Iglesia Reformada consideraba que la prueba de identidad era la aceptación de la Palabra de Dios contenida en las Escrituras y la Iglesia Romana consideró que la prueba de identidad y de pertenencia visible a ella eran los sacramentos. Sin embargo, el fundamento de la fe cristiana no son los sacramentos sino la „Palabra de Dios. Más bien, los sacramentos adquieren su dignidad precisamente a partir de la Palabra de Dios. Ningún sacramento se efectúa sin la Palabra. Los sacramentos se distinguen del anuncio del mensaje cristiano, que se debe hacer a todos, particularmente por una cosa: ellos se administran sólo dentro de la comunidad de los que ya creen, ya que son los signos de la Palabra de Dios ya acogida.

Por otra parte, l os sacramentos son determinadas acciones simbólicas que recalcan, subrayan, destacan y anuncian una vez más una realidad que existe desde toda la eternidad, es decir, una REALIDAD QUE EXISTE INDEPENDIENTEMENTE DE QUE EXISTAN LOS SACRAMENTOS. Los sacramentos como símbolos, anuncian la realidad pero no la sustituyen. Para comprender los sacramentos hay una observación muy importante: los sacramentos quieren destacar, anunciar, hacer presente a nuestra conciencia, una gracia, un regalo, que no se origina en ellos, que no depende de nuestras acciones, esa gracia o regalo es el AMOR INCONDICIONAL QUE DIOS NOS TIENE Y QUE ES EL FONDO QUE SOSTIENE TODA LA REALIDAD, ES LA VIDA DIVINA QUE NOS HA COMUNICADO GRATUITAMENTE A TODO HOMBRE Y QUE POR LO TANTO NO TENEMOS QUE HACER NADA PARA GANARLA NI TAMPOCO PODEMOS HACER NADA PARA PERDERLA. Este regalo no se nos da por tanto por los sacramentos, y obviamente no tiene que ver la exactitud de los ritos, no nos hacemos Hijos de Dios por el Bautismo, no estamos más cerca de Dios al comulgar, no somos templos del Espíritu Santo por la Confirmación, etc., pero lo que sí hace el símbolo, como cualquier otro símbolo, y como muchos otros símbolos, es decir, lo que sí hace el sacramento, es que al hacernos presente a la conciencia esa realidad inefable e inconcebible, estimula o más bien yo estimulo mi creatividad interna a fin de que mi amor y compromiso apasionado con ese Dios que es el sostén de mi realidad, suba desde mi interior y se haga visible, transfigurando así mi vida y enriqueciéndola. Por lo tanto sí estoy de acuerdo con Lenaers en el sentido de que la perspectiva teonómica de los sacramentos se centra en que su eficacia es el resultado de la creatividad interna de los signos por lo que podemos decir que los sacramentos realizan algo, son creadores. El sacramento permite o más bien facilita así el ENCUENTRO CONCIENTE de la persona al hacerse presente a la conciencia el gran regalo, el que somos habitados y llevamos dentro la vida divina, y por lo tanto nos facilita el poder experimentar cómo es de real e insobrepasable la unión con Dios y con su Hijo Jesucristo durante todo el día y todos los días.

Si no tuviéramos los sacramentos, correríamos el peligro de no comprender en su completa realidad la unión que existe siempre con Dios. Muchos creen que lo específico de los sacramentos es que la gracia es más abundante y real en ellos que en la mera existencia del hombre. Sin embargo, los sacramentos no nos dan la gracia ni la aumentan, pero sì nos ayudan a concientizarnos de esa realidad que es difícil que nuestra conciencia la capte; la realidad insobrepasable en la que Dios mismo se nos da totalmente. Los sacramentos quieren “destacar” una vez más esa realidad y así remiten más allá de sí mismos, sólo así se comprenden los sacramentos en su verdadera dignidad:

Tal vez podríamos comparar los sacramentos con la celebración de la fiesta que los padres
preparan para el cumpleaños de sus hijos. Los regalos y los detalles no significan que los padres
aman al niño más en el día de su cumpleaños que durante el resto del año. Más bien, lo que se
quiere expresar es cómo los padres aman siempre a su hijo. Pero sería necio decir que entonces
se puede renunciar a celebrar el día del cumpleaños. Algo parecido pasa con los sacramentos: ponen de manifiesto cuán íntima es nuestra unión con nuestro Padre y con su Hijo Jesús, no sólo en ese instante sino siempre y a cada momento.

APORTACIÓN DE LOURDES ADÁN

Comentarios al capítulo XIII de Roger Lenaers (II)

El mundo de los signos

Con gran ironía Lenaers nos quiere hacer ver, y creo que ya muchos de nosotros lo habíamos visto también, que la concepción de la jerarquía y, en general del pueblo cristiano acerca de los sacramentos de la fe, es una visión más mágica que otra cosa. La vida del cristiano y el trabajo de la jerarquía, se reducen tristemente, para unos, sólo a recibir los sacramentos y para otros, a ser administradores de ellos. Desgraciadamente, en la praxis, ir a la Iglesia o asistir a Misa viene a ser el concepto pobre y estrecho con el que mucha gente identifica su ser cristiano. El ritualismo sin sentido, no compromete a nadie existencialmente, y esto creo que lo hemos constatado y lo constatamos continuamente con nuestra propia experiencia dentro de nuestra vida eclesial.

Concuerdo con Lenaers en que la formación católica tradicional ha tendido a sobrevalorar los sacramentos, y ponerlos por encima de la vida de oración personal y el compromiso por los demás. Es mucho más fácil ser un miembro de la comunidad católica porque participo en sus sacramentos, que ser un verdadero discípulo de Jesús en términos existenciales, esto es, en términos de solidaridad y fraternidad con los otros; es mucho más sencillo recibir un sacramento que me dará de modo invisible una gracia “extra” de Dios, que comprometerme con la construcción de su Reino, con la construcción de un mundo mejor.

El pensamiento herónomo piensa que la acción y las palabras dichas por un sacerdote en cualquier sacramento, tienen el poder, casi mágico, de abrir el cielo para que venga sobre aquél que recibe el sacramento, un río de gracia divina que lo transformará. Con mucha ironía, expresa Lenaers absolutamente convencido: “Se trata de una pequeña inversión de tiempo y esfuerzo que promete un dividendo mil veces superior”.

No sólo los siete sacramentos nos ponen en contacto con Dios, “El cristianismo se comprende a sí mismo, dice Boff en su libro Los sacramentos de la vida en primer lugar no como sistema arquitectónico de verdades salvíficas sino como la comunicación de la Vida divina dentro del mundo”... “El mundo, las cosas y los hombres son penetrados por la savia generosa de Dios”. Por esta razón toda la creación es portadora de Dios; por eso todo puede ser sacramental para aquella persona que sabe leer el mensaje de Dios inscrito dentro de su creación. Todo nos revela a Dios y por ello, hay muchos otros medios o caminos, como dice también Lenaers, de encontrarnos con el amor gratuito e inabarcable de Dios. El encuentro divino no se limita, por tanto, a los siete sacramentos instaurados por la Iglesia. ¿Pero... qué sería de la Jerarquía, digo yo, si nos diéramos cuenta de ello y todo, absolutamente todo, fuera para nosotros realmente un encuentro vivo y amoroso con nuestro Padre Dios?

Y, lo más importante, como dicen Lenaers y Boff, un signo es creativo tanto humana como divinamente, en la medida claro, de su veracidad; es decir de la autenticidad con que la persona exprese su amor. De la autenticidad del gesto, dependerá el crecimiento, el ensanchamiento de ese amor. Más allá de palabras concretas, más allá de ritos precisos, casi mágicos, la entrega del hombre a Dios en confianza y en verdad crea, aumenta y enriquece, cada vez que se realiza, un encuentro de amor, una verdadera comunión entre la persona y Dios.

Y cómo no creer esto, si lo experimentamos; cómo no sentir que tras el abrazo sincero otorgado a una amiga, esa amistad crece ahí mismo; el cariño aumenta, la confianza se expande, la cercanía es mayor. Los besos amorosos y los cantos que procuro a mi Santiago hacen que él y yo nos acerquemos cada día más profundamente, sus ojitos me penetran y él me transparenta el amor y la presencia de Dios y su generosidad inabarcable.

Somos capaces de crear signos, somos capaces de dar significado a las pequeñas cosas. De ahí las flores, las sonrisas, los poemas, los chocolates y los anillos de compromiso. Expresamos nuestro interior amoroso con signos concretos que realizan por sí mismos, cuando son verdaderos, una transformación interior y un ensanchamiento del espíritu.

Entonces, pienso que podemos crear signos y símbolos nuevos para nuestra vida de fe; signos, que nos hablen hoy, de ese amor inagotable de Dios que Jesús nos reveló con su propia experiencia de comunión con el Padre, por esa razón, Jesús es el sacramento fontal; de Él nos viene la revelación inexpresable de que somos hijos de un Padre que nos ama incondicionalmente y de que podemos, como Jesús, experimentarnos en verdadera comunión con el Misterio insondable de su Amor, Amor que nos sobrepasa y nos transforma y que queremos expresar, y necesitamos expresar en comunidad, pues el amor compartido es siempre más amor. Urge crear signos y sacramentos con sentido, o resignificar nuestros sacramentos para que, por su propia pedagogía, se nos abra la puerta de acceso a la experiencia de Amor que provocará, si lo hacemos con autenticidad, ese cambio interior, ese crecimiento humano, que nos irá haciendo día a día más divinos.


María de Lourdes Acevedo Muñoz

Febrero de 2010

sábado, 20 de febrero de 2010

Reflexiones Capítulo 13

Envío mis relfexiones al capítulo 13 escritas antes de nuestra sesión de ayer. A la luz de lo que empezamos a comentar ayer, haré las reflexiones del siguiente capítulo.

OTRO CRISTIANISMO ES POSIBLE – LENAERS
CAPÍTULO 13
Los Sacramentos nos dice Lenaers, son signos rituales de un “encuentro con la profundidad divina que nos atrae hacia ella” son “signos cargados con fuerza expresiva y creativa” que hacen visible este encuentro y unión con lo divino. Los rituales y ceremonias creados en etapas de la humanidad en las que parecía haber una capacidad de conciencia más amplia y sensible, tenían esta función y propósito, tanto en nuestra religión como en muchas otras.
Las personas, como seres que nos revelamos en esta realidad espacio temporal, al manifestar nuestra naturaleza hacemos uso de las herramientas materiales y espirituales que nos conforman y es así que estos ritos son creados al cargar de espiritualidad símbolos y acciones espacio-temporales.
De esta forma fueron tomando forma Los Sacramentos, pero estos, como en cualquier práctica o manifestación religiosa no pueden concebirse ni ejercerse de manera independiente a la comprensión de lo Divino y lo Humano. Así es que en el proceso de deterioro que han venido teniendo en nuestra religión católica los vínculos con el amor divino, igualmente los Sacramentos así como muchos otros ritos en nuestra religión, han adquirido hoy en día un rol escenográfico y decorativo en la vida de las personas, que refleja la cultura que hemos construido particularmente en el mundo occidental, marcados por la orientación civilizadora de la humanidad en torno a los avances tecnológicos e industriales en búsqueda de la eficiencia en el bienestar y el estatus personal.
¿Será que hemos ido perdiendo como especie humana la capacidad de consciencia que se tuvo en una era de la humanidad en la que diferentes culturas fueron capaces de dar cabida a la comunicación con aquello que nos trasciende?
Por otro lado, no podemos ni debemos tampoco despreciar todo aquello que el pensamiento y la civilización occidental ha traído consigo. Si estamos de acuerdo en la maravillosa premisa que Lenaers propone en el capítulo anterior diciendo que “somos una chispa de la forma como Dios se expresa a sí mismo” entonces tendremos que asumir las implicaciones que de esto se desprende: si somos expresión de Dios, toda creación humana debe ser consecuencia de este impulso creador de Dios. Somos co-creadores con Dios, la creación humana es la materialización y la manifestación de la energía amorosa de Dios. ¿Será ésta otra forma de dar cabida a la comunicación con aquello que nos trasciende?
Podemos proponer, que tanto la sabiduría espiritual y sensible de las antiguas civilizaciones y de las culturas orientales así como el acto creador en el desarrollo tecnológico, científico e industrial de occidente son diferentes y complementarias expresiones de la vasta sabiduría Divina.
De alguna manera podríamos inclusive proponer que todo acto creador y toda acción humana que surge y se orienta a la sabiduría, bondad y la belleza - ya sea a través de la creación de cuerpos espirituales enmarcados por los rituales de las diferentes religiones, o bien a través de las artes, la música, y manifestaciones culturales, así como también a través de los cuerpos científicos y tecnológicos desarrollados por la cultura occidentales- son o debieran ser en un amplio sentido actos “sacramentales”.
Etimologicamente la palabra sacramento en su traducción del griego al latín significa 'instrumento para hacer santo'.
Así, todo nuestro ser, todas nuestras acciones, nuestro creaciones, y nuestro actuar en cualquier orden, deberían ser instrumentos para hacernos santos, es decir instrumentos para expresar al amor de Dios a través de nuestra existencia, para volcar a la realidad humana lo más sublime de nosotros mismos que no es sino la forma que Dios toma a través de nosotros. Nuestras acciones, nuestro trabajo, nuestras creaciones deberían ser sacramentos.
Una imagen que me sirve como metáfora para entender la esencia humana es la de una escala, gama o espectro de luz o de color que va de lo más luminoso a lo más obscuro o de los blanco a lo negro. En lo particular no concibo la sustancia humana como un vínculo profundo de la materia y el espíritu, a mi entender la materia y el espíritu son lo mismo, son la misma realidad pero manifestada en diferentes puntos de la escala, es decir una realidad que transita y se manifiesta en las diferentes dimensiones (o puntos de la escala) que la componen.
Como lo concibo, es que el ser humano es una manifestación del ser, en el centro de la escala, que se muestra a sí mismo en la dimensión espiritual y la dimensión material simultáneamente con igual carga, y por lo tanto accede a lo material y a lo espiritual y es capaz de traducir lo espiritual a lo material en sus creaciones orientadas al bien y la belleza y es capaz también de traducir lo material a lo espiritual construyendo bondad y belleza.
Es por esto que si queremos caminar hacia la expansión de nuestra consciencia y el crecimiento de nuestro ser, toda nuestra vida, todos nuestros actos deberían ser una manifestación del encuentro con la profundidad divina, en nuestra vida cotidiana debemos hacer visible este encuentro con lo divino. Probablemente todas hemos conocido personas católicas y no católicas que sus vidas son sacramentales, cuyos actos y palabras y forma de vida son continua revelación de esta profundidad divina, en su actuar día con día, por la capacidad de vínculo que tienen con lo trascendente. Este ha sido tal vez el mensaje fundamental de los iluminados de todas las religiones, que como seres humanos debemos invadir nuestra realidad material con la espiritual para hacer de nuestra existencia no una realidad escindida sino un camino pleno de encuentro con el amor que abarca también nuestra realidad material.
De igual forma y simultáneamente al trabajo personal sobre los actos sacramentales en los que deberíamos crecer cotidianamente, debemos también re dimensionar los Sacramentos especiales como actos rituales propuestos dentro de la comunidad católica, así como algunas celebraciones. La celebración de los Sacramentos, ha generado varias actitudes dentro de la comunidad católica: por un lado, un grupo de gente se relaciona con ellos con una adherencia literal y de tipo bancario, en dónde lo importante es la práctica del ritual externo con el fin de “abonar a la cuenta personal” méritos para el acceso al Paraíso. Por otro lado, otro grupo de gente elige vivir aquellos que les confieren un estatus social como actos escenográficos que decoran la vida personal a los ojos de otros. Un grupo más de personas huyendo del yugo de la religión católica en la que fueron formados, los rechazan por considerarlos actos vacíos y sin significado real alguno, prefiriendo no adherirse a ningún tipo de rito comunitario ni religioso.
Por esto, es urgente el re-dimensionar los Sacramentos y las celebraciones católicas en el contexto de la teonomía, comprendiendo de fondo que, las celebraciones y los ritos son en sí el lenguaje con el que el hombre y lo Divino se comunican y se funden uno con otro. Es la manera de hacer visible nuestra unión con Dios. Son actos de comunión de la experiencia sensorial con la experiencia espiritual. Por esto los Sacramentos deben ser vividos en su significado profundo desvinculándolos del estatus social y decorativo aunque no por esto debemos condenar sino al contrario cultivar el carácter de celebración y alegría festiva que implica el estar juntos, el estar con otros en este vínculo y esta presencia en lo Divino.
El carácter comunitario que tienen diversos Sacramentos en nuestra religión potencia la posibilidad de nutrir nuestro ser para desarrollar esta amplia conciencia que invada nuestra vida cotidiana. Los Sacramentos, en este sentido, son símbolos que nos reúnen, que nos debieran comunicar íntimamente a unos con otros en la alegría plena con la unidad que nos trasciende, y volcar así esta unidad a nuestro día con día. Deberíamos entonces, vivirlos como eventos plenamente humanos en los que nos vertimos al encuentro de todos en unión con lo divino.

viernes, 19 de febrero de 2010

APORTACIÓN DE HUGO NAVA

Lamentación

¡Oh! ¡Dios mío!
He sido circuncidado;
Viajé a la montaña sagrada;
Participe en el rito de iniciación a la vida adulta;
Tributé al templo y a los sacerdotes;
Ofrecí banquetes al pueblo;
Aprendí oraciones y liturgias;
Vestí la túnica ceremonial;
Celebré a la Luna y al Sol,
A los equinoccios y solsticios;
He honrado y venerado tus imágenes y
Aún así… te siento distante.

Combatí a los herejes;
Te construí sinagogas, mezquitas,
Pirámides, catedrales, basílicas;
Bautice a mis hijos, peregrine a tus santuarios;
Sacrifiqué a mi primogénito y…
Solamente a unos cuantos te les has revelado.

Mantuve la pureza de la sangre y de mi pueblo;
Te agradecí las cosechas;
Acepté la promesa del paraíso;
No comí animales impuros;
Advertí a los paganos de los sufrimientos de los infiernos;
Hice circuncidar a mis hijas;
¡Porqué!, ¡Porqué te niegas conmigo!

He aprendido tu catecismo;
Cumplí con la asistencia a misa dominical;
Observe la pascua, ayuné, me abstuve de contacto sexual;
Temí tu poder; fui obediente a tus dogmas;
Rechacé al extranjero; Lapidé a los infieles;
Qué soy, qué hago, cómo vivo sin ti.

Te he buscado por todas partes, ¡dónde estás!
Te buscado en los textos sagrados;
En los profetas de Israel: Isaías y Jeremías;
En los libros sapienciales y de sabiduría;
En el Corán, en el Tao, en la Torá y el Talmud;
Tengo reliquias, las más codiciadas por los anticuarios
y los traficantes de arte sacro;
Visité San Pedro, Lourdes, Fátima,
Guadalupe, Jerusalén, Medina, la Meca;
Oré en Éfeso, ante la última morada de María;
Conocí la cueva del Apocalipsis, en la isla de Patmos
Y ¡No te me revelaste!

Estuve siete noches con prostitutas sagradas;
Hice donaciones de oro y piedras preciosas;
Te busque en el amor de las mujeres del mundo;
En la embriaguez de los mejores vinos;
Prediqué tu palabra puerta por puerta;
Quemé incienso en tus altares;
La intervención de curas y de pastores, no fue suficiente;
Solicité la mediación de hombres santos, poetas,
Rabinos, arzobispos, videntes, magos y chamanes,
Me prometían un encuentro contigo y… ¡Oh! ¡Oh! ¡Nada!

Rechacé la teoría de la evolución;
Maldije a Darwin, a Lutero, a Marx, a Nietzsche;
Quemé los libros prohibidos,
Destruí las imágenes que de ti construyeron;
Porque presencie milagros, curaciones, éxtasis divinos;
Sé de tu existencia pero no te encuentro, ¡Dónde habitas Dios mío¡

Viajé a los hemisferios sur y norte,
A Medio Oriente, visité la antigua Babilonia,
La media luna fértil;La India, -me sumergí en el Ganges-,
China, -converse con monjes taoístas-;
Aprisa medité con iluminados en un templo budista, salí;
Angustiado por ver tu imagen preferí beber elíxires, pócimas,
Comí los hongos mágicos de María Sabina y el Híkuri Huichol,
El cactus sagrado me curó, me quitó el sueño, el hambre y la sed;
Pero no te vi…
¡No habitas en ningún sitio Dios y no hay modo de llegar a ti!

Insistí,
Me volví perfecto;
Te canté himnos, odas, elegías,
Te hice construir monumentos;
Guarde el sábado; el domingo;
No codicié la mujer de mi prójimo;
Me volví célibe;
Renuncié a las riquezas y a los lujos
E hice de la austeridad una virtud franciscana;
Me sometí a las leyes; Acumulé meritos, bendiciones…
Pero todo ha sido en vano
Y me he sentido como el peor de los hombres;
Nada funciona; demando la locura,
¡Éste es un salmo inútil!

Cuernavaca, Morelos, febrero del 2010.

Pude

Al fin pude mis queridas Tólogas virtuales. Bienvenidas a la modernidad
Hola a todas.

Lourdes
Hola Gisela,

Te mando un beso con todo cariño. Ya me llegó tu mail.

Lourdes

probando

HOLA A TODAS, ESTOY TRATANDO DE PUBLICAR ALGO PARA TODAS
LAS QUIERO, PERO ESTOY DESESPERADA !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

MENSAJE DE ELSA

Este grupo es el mas picudo, estamos aprendiendo como subir nuestros comentarios, este va como prueba, BIENVENIDAS PATY Y CHAQUI¡¡¡¡

Saludos

En el pleito con lo virtual, intento comunicarme Gisela

MENSAJE DE ANA LAURA

HOLA A TODAS, YA NO SÉ QUÉ MENSAJE ES PERO AHÍ LES VA....

SALUDOS!!!!

Hola, al fín pude asistir hoy viernes con las grandes maestras del primer grupo. Espero poder ponerme a su nivel, aunque pienso que voy a asistir algunos jueves al grupo nocturno para poderme poner al corriente y no sentirme con huecos.

Mil gracias por el maravilloso recibimiento.

Con cariño:
CHAQUI

aprendiendo

como???

jueves, 18 de febrero de 2010

APORTACIÓN DE LOURDES ADÁN

Comentarios al capítulo XIII de Roger Lenaers

El mundo de los signos

Con una gran ironía Lenaers nos quiere hacer ver, y creo que ya muchos de nosotros lo habíamos visto también, que la concepción de la jerarquía y, en general del pueblo cristiano acerca de los sacramentos de la fe, es una visión más mágica que otra cosa. La vida del cristiano y el trabajo de la jerarquía, se reducen tristemente, para unos, sólo a recibir los sacramentos y para otros, a ser administradores de ellos. Desgraciadamente, en la praxis, ir a la Iglesia o asistir a Misa viene a ser el concepto pobre y estrecho con el que mucha gente identifica su ser cristiano. El ritualismo sin sentido, no compromete a nadie existencialmente.

Concuerdo con Lenaers en que la formación católica tradicional ha tendido a sobrevalorar los sacramentos, y ponerlos por encima de la vida de oración personal y el compromiso por los demás. Es mucho más fácil ser un miembro de la comunidad de culto católica porque participo en sus sacramentos, que ser un verdadero discípulo de Jesús en términos existenciales; es mucho más sencillo recibir un sacramento que me dará de modo invisible una gracia “extra” de Dios, que comprometerme con la construcción de su Reino, con la construcción de un mundo mejor.

En el pensamiento heterónomo, nos dice Lenaers y yo estoy de acuerdo con él, se piensa que la acción y las palabras dichas por un sacerdote en cualquier sacramento, pareciera que tienen el poder, casi mágico, de abrir el cielo para que venga sobre aquél que recibe el sacramento, un río de gracia divina que lo transformará. Con mucha ironía, expresa Lenaers absolutamente convencido: “Se trata de una pequeña inversión de tiempo y esfuerzo que promete un dividendo mil veces superior”

No sólo los siete sacramentos nos ponen en contacto con Dios, “El cristianismo se comprende a sí mismo, dice Boff en su libro Los sacramentos de la vida en primer lugar no como sistema arquitectónico de verdades salvíficas sino como la comunicación de la Vida divina dentro del mundo”. “El mundo, las cosas y los hombres son penetrados por la savia generosa de Dios”. Por esta razón toda la creación es portadora de Dios; por eso todo puede ser sacramental para aquella persona que sabe leer el mensaje de Dios inscrito dentro de su creación. Todo nos revela a Dios y por ello, hay muchos otros medios o caminos, como dice Lenaers, de encontrarnos con el amor gratuito e inabarcable de Dios. El encuentro divino no se limita, por tanto, a los siete sacramentos instaurados por la Iglesia. ¿Pero... qué sería de la Jerarquía, digo yo, si nos diéramos cuenta de ello y todo, absolutamente todo, fuera para nosotros realmente un encuentro vivo y amoroso con nuestro Padre Dios?
Y, lo más importante, como dicen Lenaers y Boff, un signo es creativo tanto humana como divinamente, en la medida claro, de su veracidad; es decir de la autenticidad con que la persona exprese su amor, dependerá el crecimiento, el ensanchamiento de ese amor. Más allá de palabras concretas, más allá de ritos precisos, casi mágicos, la entrega del hombre a Dios en confianza y en verdad crea, aumenta y enriquece, cada vez que se realiza, un encuentro de amor, una verdadera comunión entre la persona y Dios.

Y cómo no creer esto, si lo experimentamos; como no sentir que tras el abrazo sincero otorgado a una amiga, esa amistad crece ahí mismo; el cariño aumenta, la confianza se expande, la cercanía es mayor. Los besos amorosos y los cantos que procuro a mi Santiago hacen que él y yo nos acerquemos cada día más profundamente, sus ojitos me penetran y él me transparenta el amor y la presencia de Dios y su generosidad innabarcable.

Somos capaces de crear signos, somos capaces de dar significado a las pequeñas cosas. De ahí las flores, las sonrisas, los poemas, los chocolates y los anillos de compromiso. Expresamos nuestro interior amoroso con signos concretos que realizan por sí mismos, cuando son verdaderos, una transformación interior y un crecimiento del espíritu.

Pienso que debemos crear signos y símbolos nuevos para nuestra vida de fe; signos, que nos hablen hoy, de ese amor inagotable e incondicional de Dios para experimentar ese cambio interior, ese crecimiento humano, que nos irá haciendo día a día más divinos.


María de Lourdes Acevedo Muñoz

Febrero de 2010

APORTACIÓN DE VIOLETA ÁLVAREZ

Capítulo 12
Pan Integral en vez de Chocolatinas.
Violeta Elizabeth Alvarez Barragán.


Este tema es algo complicado porque no se tienen datos, únicamente lo que se ha transmitido de mano en mano durante siglos.
El lenguaje de la Biblia es un lenguaje descriptivo y eterno, cuando la realidad tiene mucho que ver con la mitología y el tiempo en que se vivió.
Nos hicieron creer que al final de los tiempos viene un juicio, por si cometimos algún mal, hay que pagar un castigo y ese castigo tiene que ser cruel y si lo hiciste bien pues tienes un premio.
Dejamos pasar mucho tiempo con estas ideas, sin darnos cuenta que son herencias judías, cristianas y helenísticas, lo dejamos pasar porque estamos acostumbrados al premio, al castigo y la justicia divina no es así. Si entendemos que Dios es amor.
Que pensar sobre si hay vida después de la muerte, si las escrituras y la tradición lo repiten, si hacemos a un lado lo que se decía, la muerte era sí una frontera, pero no una estación terminal, porque las personas que han muerto no regresan y sus huellas no se ven.
No me queda claro, ¿cuál de las dos culturas oriental u occidental no concebían que con la muerte se acaba todo?
Sin bioquímica no hay vida y sin cerebro no hay conciencia. La conciencia es dependiente de la bioquímica y con la muerte se termina la bioquímica. En la Edad Media ellos pensaban que el cuerpo se descompone, vuelve a la tierra de donde salió y el alma sale del cuerpo, para la teonomía eso ya no se concibe.
Para mí es más importante buscar y hacer la voluntad de Dios y no estar pensando si hay vida o no después de la muerte, es mejor creer en Dios alegremente y vivir plenamente.
Creer en una vida después de la muerte es una manera de consolarse, pues el ser humano no acepta que tiene que morir. Por tanto la fe cristiana en una vida eterna creció en un suelo abonado por el miedo de desaparecer completa y definitivamente.
Como lo vimos anteriormente el lenguaje es mitológico y filosófico es complicado por las contradicciones internas y los pensamientos son heredados por los judíos y griegos. Lo que sí es importante es la experiencia de Jesús, que a pesar de su muerte, se mostraba como viviente y eficaz.
La inmortalidad del alma viene del pensamiento griego y judío. El recompensar a los buenos y castigar a los malos es un pensamiento judío.
El infierno, purgatorio y limbo fueron inventados en la Edad Media como una manera de pagar las culpas que no fueron tan graves mediante un pago. Cuando hablamos de un castigo, me pregunto sí Dios que es amor, eso le gustaría?
El castigo es un procedimiento primitivo en donde se deja de lado el crecimiento en sabiduría y amor. La expresión de Dios en el Cosmos y en el ser humano es el crecimiento del amor y sí el ser humano se niega a crecer se opone a este impulso se daña a sí mismo en su ser más profundo.
El hablar del castigo es utilizar un lenguaje simbólico para señalar la destrucción o el daño de nuestro ser por no querer escuchar hacia donde impulsa el amor.
El cielo significa hacerse uno con Dios y por tanto estar acaparados por el amor. Todo está hecho para algo mejor precisamente porque Dios significa vida eterna y esto encierra en sí todo lo que se puede desear.
Es difícil para mí entender que la conciencia termina con la muerte bioquímica, porque sí es así no habría vida eterna, pero si lo veo como que el amor es la ley de nuestro ser, esto regiría nuestro comportamiento.
Así como el cielo para mí no es un lugar, lo entiendo como la felicidad completa, el sentirme plena, el hacerme uno con Dios y sentir su amor, entonces la vida eterna comienza aquí.
Si el ser humano se acerca más a Dios y la presencia de él es más profunda, lo que tendríamos que separar sería nuestro ego, pues al formar parte de un todo como individuos también formamos una unidad en donde cada uno de nosotros participamos de esa riqueza.

miércoles, 17 de febrero de 2010

A PROPÓSITO DEL COMENTARIO DE ELSA URBINA

!!PRECIOSO ELSA!! Es un gusto leerte, como siempre nos mezclas la chispa con la profundidad y así es como se lee tu mensaje, tan agradablemente que cuando menos lo piensas ya se terminó... Pero la riqueza ahí está, me encanta que dices que después de todo te dá más gusto que susto, lo cual significa que vas saboreando y nos vas ayudando a saborear el pan integral al grado que las chocolatinas que antes eran nuestras preferidas empiezan a ser muy relativas. Gracias por este regalo. Un beso.

lunes, 15 de febrero de 2010

PARA ELSA DE LOURDES

¡Qué bárbara Elsita! Está hermosa tu participacióoooooon, me encantó, me llegó, me identifiqué con ella muchísimo. Te veía y te sentía cerca de mí al ir leyendo renglón por renglón. ¡Eres tú, en cada palabra! ¡GRACIAS!!Lourdes.

COMENTARIO DE LOURDES ADÁN

MI querida Claudia:

Perdón por responder hasta ahora tu entrega. ¡Hermosísima y verdaderamente profunda y cierta! Me conmueve que personitas tan jóvenes como tú, Lety y Gisela perciban lo que vamos leyendo con tal profundidad. ¡Qué hermoso y qué riqueza! ¡Gracias por ser como son y gracias por acompañarnos en este caminar! ¡Me enseñan y me dan muchísimo! Un besote con todo cariño.Lourdes

APORTACIÓN DE ELSA URBINA

Pues bien, mi participación va sobre el capítulo 12 HAY VIDA DETRÁS DE LA MUERTE? este leído, releído y súper leído capítulo, que vino a trastocar mi cielo tan esperado. Quién me iba a decir después de tanto esperar y esperar el ansiado cielo… éste ya no está??

Que me quitaran el infierno no fue ningún problema… eso fue fácilmente asimilado, no podía existir un Creador amoroso que enviara a sus hijos (en este caso a mí) a las llamas del averno para toda la eternidad por haber cometido pecados….
Pero que me digan que el cielo no existe ???? OIGAME NO¡¡¡
Yo que esperaba tanto ese lugar de “Regreso al Padre: Felicidad total para toda la eternidad” verlo con los ojos, sentirlo con las manos, escucharlo con los oídos….
Tantos viernes primeros, tantas oraciones, misas, comuniones, jaculatorias, sacrificios, promesas… (que dejé hace ya tiempo) etc. etc. sé que fue parte de mi caminar.
Se también ahora que absolutamente nada de eso tenía sentido si se hacía por esperar algo a cambio, porque su AMOR ES INCONDICIONAL hagas o no hagas, eso SI que tiene sentido, su amor es GRATUITO¡ pero… después de la muerte que onda??? quiero mis chocolatinas¡¡

Tanto pan integral se me está atorando en la garganta…ya escuché que si existe el cielo pero no como yo creía…. Pero yo quería creer en la resurrección en un “cuerpo glorificado” y que es eso? NO SE pero yo confiaba y confiaba y creía sobre todo en la “magia” de desaparecer de un lado y cataplum aparecer en otro rodeado de tus seres queridos que se te adelantaron y ahora resulta que hay que cambiarlo todo, todo…

Esta fe en lenguaje de modernidad me ha creado conflictos pero ha afianzado mis cimientos, me está costando pero hay coherencias en lugar de indulgencias, hay fundamentación a cambio de imposición, hay espíritu de libertad en lugar de sometimiento, hay invitación más no obligación, he de confesar que es más gusto que susto lo que experimento… a pesar de todo….

“Hay que hacer del suelo un cielo” escuché alguna vez y me gustó, ahora lo repito pero resignificando su contenido, vivir en el aquí y en el ahora, valorando todo y AGRADECIENDO TODO puede ser parte de ese cielo…. Y también Ser yo parte del cielo de los demás… (ahí está lo difícil, y vivirlo creo yo que es parte del núcleo del Evangelio)
Lo que todavía no me queda totalmente claro (bueno, muchas cosas no están totalmente claras, para decir verdad muy pocas lo están) es que por mi nivel tan primario de evolución de conciencia, o por mi enorme ego, que me resisto a ser únicamente una chispa en el espacio o una gotita que regresa al océano cuando este cuerpo carezca de todo proceso bioquímico…

Todavía está muy muy distante en mi proceso de ser, el Ser parte de esa Conciencia de Unidad que es cuando creo yo que todas estas verdades y otras que irán apareciendo, se asimilarán, integrarán, e iluminarán mi existencia, pero, hoy por hoy …. Básteme con confiar, seguir buscando, seguir preguntando y seguir escribiendo puntos suspensivos…..





QUIEN ERES, PORQUE TE BUSCO
MIS PREGUNTAS SON MAS CADA VEZ
OH LUZ DE MI ALMA
OH CLARIDAD DE MIS SOMBRAS
CORRO Y NO TE VEO
CAMINO Y TE VISLUMBRO
CIERRO LOS OJOS Y TE SIENTO
NUNCA AFUERA, SIEMPRE ADENTRO
DUDA CONSISTENTE
CERTEZA CONSTANTE
OJOS QUE QUIEREN VER CON LOS OJOS
ALMA QUE NECESITA TOCAR
ERES SIEMPRE EN MÍ
SOY A TRAVÉS DE TI
TÚ, EL SIEMPRE VIVIENTE
EL CONTÍNUO PRESENTE
TÚ, EL INEFABLE, EL IMPENSABLE
PORQUE HAS PUESTO RAZÓN EN MI?
PARA VER MI PEQUEÑEZ Y FINITUD?
NUNCA SABRÉ, SIEMPRE INVOCO
DE LO PROFUNDO DE MI SER, QUE BUSCA SER
SIEMPRE SABIENDO QUE SOY EN TI
SIGO CAMINANDO, SEGUIRÉ BUSCANDO…

TÚ MI LUZ, TU MI FARO
SÉ MI FUERZA, SÉ MI AMPARO

ELSA URBINA DE GARCÍA
Febrero 2010

domingo, 14 de febrero de 2010

PARTICIPACIÓN DE LOURDES ADÁN

¿Chocolatinas o pan integral?
¿Hay una vida después de la muerte?
Comentarios, 2a. parte

Prosigo mis reflexiones acerca de la otra vida. He leído una vez más el capítulo XII en el cual sigo encontrando varias contradicciones y leí en su totalidad el libro de Vito Mancusso El alma y su destino, además de otros artículos de teólogos que se preguntan lo mismo que nosotras.

Por pirmera vez en mi vida siento que estoy haciendo teología, pues es mi propio esfuerzo de síntesis el que quiero transmitirles; por supuesto que me subo a los hombros de tantos hombres sabios para ver mejor el horizonte, pues sus ideas y experiencias me enriquecen y me orientan. Sin ellos no sería posible mi propia reflexión.

En el libro de V. Mancusso encontré a un filósofo y un teólogo laico, que ha trabajado con una penetración y un rigor intelectual excepcionales el tema que más nos interesa como humanos: el tema sobre la vida humana, su origen, su sentido y su destino. Su lectura me ha hecho llorar en ocasiones y me ha conmovido, pero sobre todo me ha dado mucha luz acerca del tema que estamos reflexionando con Lenaers en relación a otra vida después de la muerte.

Concuerdo con Lenaers cuando dice que “la cultura occidental moderna representa una verdadera mutación en la evolución humana” y como nos dijo Corbi: “no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época”; estamos ante un nuevo paradigma impuesto por los nuevos descubrimientos de la física y la cosmología. Antes se pensaba el cosmos partiendo del hombre, hoy se entiende más al hombre partiendo del cosmos. Los secretos de Dios están inmersos en los misterios del cosmos. Hoy entendemos que Dios es el Principio Ordenador (como lo llama Mancusso) de este universo, que a partir de la explosión de un primigenio y minúsculo corpúsculo gaseoso, ha dado y continúa dando, vida y autonomía al despliegue de energía-materia que ha ido generando una infinita diversidad de seres. Y, ante esta maravilla evolutiva mi espíritu se conmueve y se cuestiona. Sin duda el trabajo del teólogo nunca terminará, pues es verdad que las ciencias nos descubren verdades antes ignoradas, pero es también ciertísimo que detrás de una respuesta, más interrogantes surgen en cada investigación. El mundo no es un proyecto acabado, sino un proceso que se va construyendo a cada instante. Sin duda el misterio que rodea a toda la creación persistirá y ante él, debemos ser humildes y reconocer nuestra pequeñez. Sin embargo, buscar la verdad es lo más digno del ser humano y en eso estamos.

Si seguimos la lógica que la evolución ha tenido desde su inicio, Mancusso y yo vemos como muy posible la permanencia de la vida personal más allá de la muerte. Esta idea se me hace mucho más esperanzadora que el “extinguirnos definitivamente” como lo expone Lenaers.

Creer en una vida después de la muerte no se me presenta como una suerte de “chupete”, en términos de Lenaers, sino como una necesidad ontológica si se toma en cuenta la verdad intrínseca de la evolución hasta hoy. Me explico.

Que surgiera la vida orgánica dentro de este universo constituido todo él por energía-materia, era tan improbable, como si un tornado, llevando consigo un deshuesadero inmenso de chatarra, depositara en el suelo, al terminar su fuerza, un Boing 747 listo para surcar los cielo . Ante esta realidad maravillosa y admirable, lo único que nos queda es pensar que la Sabiduría de Dios está inmersa y dirigiendo, desde su inicio y continuamente, esta maravillosa obra creativa.

Vito Mancusso, quien sigue profundamente a Teilhard de Chardin y tiene una mente rigurosamente filosófica, dice: “Creo que es legítimo afirmar la vida después de la muerte gracias a cuatro discontinuidades que definen el camino realizado por el ser-energía a partir del momento en que se inicia su expansión:
- El paso de aquél diminuto puntito cósmico en el origen del Big bang, a la vastedad del ser;
- El paso de la materia inerte, a la vida;
- El paso de la vida natural, a la inteligencia;
- El paso de la inteligencia instrumental a la moral y a la espiritualidad...

No hay nada que explique estos pasos, que sin embargo se han dado . Ellos han ido siempre en el sentido de una mayor complejidad, contra el desorden de la entropía y a favor del orden como información.”

“El segundo principio de la termodinámica establece la tendencia a la degradación y al alejamiento del orden... En el mundo cotidiano triunfa la entropía y para combatirla es necesario invertir continuamente energía renovada y ordenada en forma de trabajo.”

Sin embargo, las cuatro discontinuidades mencionadas nos hablan de un camino que avanza, por el contrario, hacia un aumento de orden, de complejidad y de información (en el sentido de multiplicidad de formas).

Todo es energía, todo viene de la única energía generadora; la diferencia surge cuando se considera la configuración concreta con la que la energía se presenta como materia. El sentido del ser es la relación, el Principio Ordenador o Logos (relación o palabra), que dirige el universo va dando origen a miles de diversas relaciones entre los compuestos de la energía: ondas, moléculas, átomos, electrones, neutrones, protones y en los organismos vivos: ondas, moléculas, atomos, células, tejidos, etc. esto es el fundamento del ser. Materia muerta no existe, pues ella misma no es otra cosa que energía que surge del movimiento de sus elementos primordiales. No hay nada firme, nada estático, el secreto del ser es el movimiento a una velocidad que no podemos concebir, todo en el cosmos se mueve y trabaja. En el hombre sucede lo mismo.

Esa energía generadora del hombre, Mancusso la llama alma espiritual, y la identifica con la mente racional y libre, alma que no denota algo estático sino dinámico, y de la que sólo el ser humano goza; el alma hay que entenderlo así, viene de abajo, de esa primera explosión y del polvo de las estrellas, algo espiritual intangible e inmaterial como la luz, ha surgido de la materia-energía, gracias a la evolución. La evolución guiada por Dios ha dado lugar a la consciencia inteligente y libre, comprendemos el mundo y comprendiéndolo lo transformamos. Y este alcance de la evolución no se puede perder si seguimos la lógica presentada hasta ahora por ella. Ontológicamente, el ser humano está dirigido a la búsqueda del Bien, de la Verdad y de la Belleza; nuestra energía esencial, nuestra libertad, está impulsada hacia el orden, como en todo, pero en nosotros se manifiesta como búsqueda del Bien.

Cito a Mancusso: “Yo pienso que del yo, si sabe vencer sus mezquindades, pueden provenir las cosas más grandes y entre ellas, la más excelsa es el amor, el amor puro guiado por la luz del bien, posible sólo como acto de la persona que encuentra a otra persona”. Pienso que Lenaers se contradice al decir que al morir desaparece la consciencia personal y sin embargo se podrá amar ¿Cómo? ¿Cómo amar sin consciencia? Pienso que somos mucho más que bioquímica; Lenaers al mencionar que, en muriendo el cerebro, acaba la consciencia, pienso que se equivoca pues somos, sin duda, mucho más que bioquímica; somos, como dice Mancusso una energía ordenada y conformada como alma racional y libre que tiende, como todo en la creación a seguir evolucionando y, en el hombre hacia lo espiritual inmaterial.
Toda esta argumentación cosmológica tiene una lógica orientada no a la muerte, sino a la vida. Esta lógica ordenada es capaz de introducirnos en una nueva dimensión de vida, necesariamente discontinua respecto a la configuración actual de la vida ligada a la materia. Esta discontinuidad, que sería la quinta en la evolución, nos lleva a pensar, con fundamento, en una vida personal como puro espíritu, después de la muerte.

La muerte entonces, pienso yo, será un segundo nacimiento; será un paso más, una transformación, un nacimiento a la vida en plenitud. Todo ser humano está llamado a participar de esta vida en Dios. “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10), es la lógica de la evolución.

Hoy comprendo que el tiempo está contenido en la eternidad, la creación está contenida en Dios. Aquí mismo conviven Kairós y Cronos, y esta consciencia me empuja a vivir con sentido esta vida, me invita a dar lo mejor de mí a todo ser humano y a todo en la creación, vivir ya aquí el cielo, es decir, la plenitud y de esa manera, empujar con mi pequeñez el paso de toda la humanidad y del cosmos entero hacia su plenitud cuando “Dios sea todo en todo”. Este es, pienso yo, el sentido fundamental de mi vida, de cada vida humana, ayudar al Creador a continuar la evolución hacia algo siempre mejor. Vivir a tope, “ser lo que somos”, seres divinos que venimos de Dios y hacia Él nos dirigimos cada día cuando encarnamos en nosotros mismos la sabiduría y la lógica de su magnifica creación.


Señor, dame la capacidad de buscar siempre el Bien como fruto de mi ser
y no como esfuerzo moral que busca recompensa, sea humana, sea divina. Ayúdame Señor, desde mi interior, donde te encuentras,
a vivir sin miedo, para aprender a morir sin miedo.
Ese es mi trabajo hoy, en esta vida maravillosa que he compartido contigo
y con tantas y tantas personas que me han reflejado y me reflejan
tu Amor
y tu Verdad.



María de Lourdes Acevedo.
Febrero 4 de 2010.

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APORTACIÒN DE LOURDES ADÁN


Pan integral en vez de chocolatinas
¿Hay una vida después de la muerte?

Me parece que a medida que avanzamos en la reflexión del pensamiento de Lenaers, éste va resultando un estímulo para echar mano de otros teólogos y pensadores modernos en orden a profundizar más en cada aspecto importante de nuestra fe. Todo esto me da mucho gusto, pues la pluralidad de ideas enriquece mucho más mis propias reflexiones.

El capítulo XII de Lenaers: “ ¿Hay una vida después de la muerte?”, me ha dejado un poco a la deriva. Encuentro algunas contradicciones en Lenaers y pensar, como dice, que al final de la vida nos uniremos al Todo como gotas de agua que caen al mar, no lo puedo entender, no me queda claro y no me satisface, especialmente cuando el cristianismo es la religión del hombre, la que ha dado más importancia al valor y a la dignidad de cada ser humano. En fin, intentaré explicarme a lo largo de mi reflexión.

Es verdad que la tradición cristiana respecto a la vida después de esta vida tomó imágenes que venían del judaísmo y de la cultura grecorromana y que el pensamiento moderno trata de resignificarlas. Por otra parte, es cierto que toda cultura ha tenido un especial cuidado con sus muertos y ha pensado en que, de alguna forma, habrá algo después de la muerte. Esto es muy significativo, pues nos habla de una intuición y un deseo que viene de lo profundo del ser humano: “Si hay sed, es porque habrá una fuente” dijo algún filósofo. También es verdad, como dice Lenaers y tantos teólogos que la intuición y confianza fundamental de la comunidad cristiana, en un Dios de Amor y de Vida, que nos reveló Jesús, nos dice que

que todo está hecho para algo mejor, precisamente porque decir Dios es decir vida eterna

A partir de estas reflexiones, quisiera iniciar la mía. En primer lugar la doctrina de los novísimos la descarté desde hace tiempo, cuando entró en mi reflexión y en mi experiencia vital la realidad de ese Dios Amor que me ama, nos ama, incondicionalmente. Es interesante caer en la cuenta de que el hombre imaginó lugares de castigo porque no se resigna a que el mal y la injusticia tengan la última palabra. Lo contrario vale para una recompensa eterna en el cielo; el cielo, ya lo entendemos, no es un lugar, sino el hacerse uno con Dios en plenitud. No hay, por tanto, cabida en el pensamiento teónomo ni para el infierno, ni para el purgartorio, ni para el cielo. Cabe sí, hablar de una vida, no sabemos cómo, pero la confianza en ese Dios Bueno y su fidelidad hacia el ser humano me hablan de que habrá algo mucho mejor en la vida futura.

Llevamos en nuestro interior la impronta del ser de Dios, y esta impronta participa de su eternidad. Muy bien dicho por Lenaers. Lo que ya no me resulta tan coherente y lógico, es hablar de la otra vida en términos de pérdida de la consciencia y de la individualidad. ¿Cómo podrá ser esa vida paz, consuelo y plenitud para el hombre, si no hay consciencia, me pregunto yo? Nos uniremos al Amor, amando, pero ¿cómo amar sin consciencia y sin relación? No lo entiendo.

Me rehuso a creer que Dios haya creado esta maravilla de vida, esta evolución tan sorprendente y admirable, que va siempre de lo simple a lo complejo y hacia una cima cada vez mayor y mejor; que ha dado lugar a la inteligencia racional consciente y libre, para que vaya a terminar fundida, sin consciencia, en el Todo y se pierda la riqueza maravillosa y valiosísima de cada persona. Nos dice Herrero del Pozo: “Es razonable apostar por la permanencia del ser humano más allá de la muerte” y “Parece haber mejores razones y mayor sentido y coherencia en la superviviencia de la persona que en su desaparición total”. “Lo espiritual anida germinalmente en la realidad de todo ser y fecunda su despliegue” es cierto que lo orgánico termina, no se trata de volver a la vida física, más bien se entenderá la muerte como una metamorfosis enigmática de lo orgánico en lo espiritual. En otra idea dice Herrero del Pozo: “Es razonable y saludable apostar por la flecha ascendente del sereno afinamiento del espíritu, cuya trayectoria no se va interrumpir absurdamente” Y, ¿no es absurdo que una vez que ha existido la consciencia personal, ésta se pierda sin remedio? Me parece ilógico si, como dice la Psiología transpersonal, venimos de la unión con el Todo y volveremos a la unión con el Todo después de la muerte ¿qué sentido tiene esta vida dividida? ¿Por qué Dios nos puso en este mundo dual y con una consciencia egoica, donde hacemos esfuerzos en orden a expandir nuestra consciencia personal, para luego perder toda consciencia. Me parece absurdo e ilógico,

Cierto que lo orgánico no subsistirá, y pensar en una vida bioquímica después de la muerte es impensable; pero justamente, lo que posibilita esa vida y está en el centro y en el todo de nuestra persona es lo que Vito Mancuso llama el “alma” o “Alma espiritual” que informa todo el ser del hombre; es decir, da forma y posibilita todo lo que conlleva la vida humana. Cito a Mancuso: “No debe pensarse el alma como una sustancia separada del resto del cuerpo, sino como una configuración peculiar de la única energía que nos conforma”; todo es energía, desde aquella primera bolita que explotó hace 15,000´000 000 de años, esa energía originaria conformada por oxígeno, hidrógeno y helio ya contenía el misterio y la fuerza de ese Principio Ordenador que llamamos Dios y que, por vía de la evolución y en su culmen, ha dado origen a la inteligencia racional como lo había ya mencionado. Mirando lo más objetivamente posible la historia de la creación, que es también la historia de Dios, de su Reino, no puede Él retroceder en ella, sino continuar en su ascención, en el afinamiento del espíritu humano.

En fin, confieso que me rebasa todo pensamiento acerca de la otra vida, sin embargo, mi finitud y la muerte me ponen de cara a mi propia vida, a su sentido y razón. Lo importante para mí aquí, hoy, es entender y vivir que Jesús me reveló el sentido profundo de esta vida y de este mundo; este mundo como Reino de Dios, como “otro mundo posible” un mundo más humano, inclusivo, compasivo en el que me invita a ser para los demás, a vivir muriendo a mi propio egoismo y a mis miedos para ser capaz de salir al otro y dar mi vida gota a gota en el servicio del ser humano; es lo que he tratado de hacer y seguiré tratando. “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” nos dijo Jesús y esa vida en abundancia empieza aquí, en tanto luche yo por un mundo mejor. “El que quiera ganar su vida la perderá, el que la pierda la ganará”, y no se trata de despreciar esta vida por ganar otra mejor, sino hacer de esta vida una vida plena en Dios cuandovamos muriendo a nuestro ego y a nosotros mismos y salimos al encuentro del OTRO. Eso es lo que me ha dado mi fe, eso es lo que me ha enseñado a Jesús y eso es lo que trato de experimentar en mi propia vida cada día. Y a la hora de la muerte, para mí son y serán luz, calor y esperanza las palabras de Jesús. “Yo conozco a mis ovejas y las llamo a cada una por su nombre”, palabras llenas de sentido y que me revelan que algo habrá aún en la otra vida de relación personal con ese ser que me ama, al que llamo Abbá y que estoy segura me recibirá en su seno por siempre.


María de Lourdes Acevedo
Enero de 2010

miércoles, 10 de febrero de 2010

APORTACIÓN DE TERE GALLEGOS

COMENTARIO AL CAPÍTULO 12


Después de re-leer este capítulo tan controvertido, lo que me deja principalmente es el hecho de que Dios es fuente de la vida, antes, durante y después. Que cómo será el después, no lo sé. Lo que si quiero es en este presente caminar como lo hizo el pueblo de Israel, confiados en su presencia en la historia de sus vidas, sin esperanza de recompensa o castigo alguno, sobre todo no tenían necesidad de un consuelo posterior, lo demostraron durante mil años. Quiero caminar así, confiada en Dios, sabiendo que el Misterio está detrás de todas las cosas y en todas ellas.

El concepto de que nuestro ser no es una alma espiritual que habita en un cuerpo, sino una chispa de la forma como Dios se expresa a sí mismo, me recuerda lo que una vez leí, que el ser humano es como los ojos, oídos, voz de Dios que se materializa, así como nos conmueve una obra de arte, la letra y música de una melodía, el consuelo de un hermano, el amor manifestado de diferentes maneras, etc. Recibir esto nos manifiesta a Dios, pero cuando soy consciente que yo soy una chispa de Dios que se va a proyectar en los otros, me sobrecoge, pues, somos, como dice el autor, la expresión propia del misterio original divino que se va haciendo cada vez más pleno, y yo soy parte de ello!!!!

Esto puede sonar muy fuerte, el que yo ayude a Dios a hacerse cada vez más pleno. Creo que ese es el Reino soñado por Dios, cuando Él será en todo y en todos.

Para mí, no cabe duda que el camino interior, el silenciamiento, el desapego del ser humano (ego), es la forma de contactar con mi parte divina, pero aún esto, no nos puede separar del amor a todo lo que nos rodea, de la naturaleza que nos transmite parte del cosmos y su verdad y que me hace sentir insignificante ante el Misterio.


Ma. Teresa Trejo de Gallegos.

lunes, 8 de febrero de 2010

APORTACIÓN DE AMALIA SALINAS

…Hace algunos años surgía en mi la pregunta de por qué la religión y las personas creyentes hablaban y tenían puesta la mirada en la otra vida ¿qué pasaba con esta? ¿Por qué se la brincaban?. Ahora me queda mas claro (en otro capítulo creo haber dicho esto) la vida eterna comienza aquí y se experimenta, en palabras de Leaners, bajo la forma de paz interna, sentido, liberación, alegría y todo ello sin otra fuente que el desprendimiento.
Creo que nada es impuesto, todo va fluyendo, el camino es el amor y naturalmente uno se va desprendiendo de situaciones, ideas, cosas.

Que importante es esto del desprendimiento (por cierto que aquí el Budismo tiene mucho que enseñarnos) definitivamente el desprendimiento o el desapego es lo natural en la vida, lo contrario es lo que crea el sufrimiento.

Dios en todo y en todos, “ somos una chispa de cómo Dios se expresa a sí mismo” no hay dualidad, hay unidad, Dios en mí y yo en él. “Sólo existimos
según la medida de su presencia en nuestra profundidad, y por tanto,
según la medida de nuestro amor”. Aquí cambia totalmente el sentido de existencia. Yo puedo pensar que existo por que tengo vida biológica, no me he muerto, o porque pienso, o por… ,pero Leaners nos invita a entender “existo” a partir de algo mas profundo. Y Deepak Chopra en su libro “Buda” dice que nos alejamos de nuestra conciencia porque estamos demasiado inmersos en la lucha de la existencia “las personas que están perdidas en la lucha de la existencia se han vuelto prisioneras de las ilusiones. Sólo recuerden una cosa: ustedes están hechos de luz…” . Dicho con otras palabras, los distintos maestros espirituales nos invitan a contemplar nuestra existencia de otra manera. Pero aun más, nos dicen que no nos veamos como yo-ego sino sólo como humanidad. Creo que esta es la tarea que tenemos, las circunstancias nos hablan de esta realidad profunda, no existimos aislados, definitivamente estamos unidos lo que pasa a nivel de nuestro país en términos de violencia no es mas que consecuencia de que no hemos querido ver a los mas necesitados, lo que sucede a nivel de ecología no es sino consecuencia de que no hemos tomado conciencia de nuestra casa común y así podríamos ver muchas otras situaciones que nos hablan de esta unidad; supongo que estamos ante la posibilidad de expandir nuestra conciencia, pasar de verme a mí sol@ para darme cuenta del “nosotros”. Chopra lo pone así: Mientras no acepten que todas las vidas están unidas entre sí y que la naturaleza misma es una gran red del ser, jamás sabrán quienes son en verdad.

Y cuando alguien muere, dice Leaners, “no cae fuera de la totalidad, sencillamente no es posible”. Así lo creo y lo experimento.

En cuanto al cielo, infierno y purgatorio, estoy de acuerdo con Leaners que dado todo lo que se ha visto en este capítulo, cae por su propio peso. No hay lugar en el pensamiento teónomo para estas cosas.

Sobre lo que sucede con el individuo al morir, dice Leaners que se puede pensar en gotas de lluvia que caen en el mar de donde salieron debido a la evaporación. Esta parte no me satisface, creo que Martin Buber en su libro “Yo y tú” me orienta hacia otra forma de ver las relaciones y por tanto su trascendencia. El yo-tú no son vocablos aislados, yo-tú son pares de vocablos, indican relación y son pronunciadas desde el Ser. Cuando se dice tú se dice al mismo tiempo yo. No hay yo en sí. Habría que ahondar mas pero por el momento siento que no comparto con Leaners su postura de “gotas de lluvia que caen al mar”.

sábado, 6 de febrero de 2010

A PROPÓSITO DEL INGRESO DE PATY GUTIÉRREZ

Me uno a todas para darle una muy cariñosa BIENVENIDA a Paty, seguramente su entrada será motivo de un gran enriquecimiento para todas, dada su trayectoria en el Instituto Juan XXIII desde hace varios, la labor catequística que ahí desarrolló, su muy valiosa trayectoria en el campo de la educación y sobre todo su amistad... Paty nos sentimos orgullosas de que estés con nosotras en este camino de búsqueda de una fé adulta, cada vez me doy cuenta cuántos dones Dios nos ha dado y creo que podemos ayudarle a construir su Reino, sobre todo si contamos con un grupo tan excepcional como el nuestro... !!!Gracias por estar con nosotras!!!

MENSAJE DE LOURDES ADÁN

Mi querida Paty,Para mí y, segura estoy, para todas nosotras, también tu presencia en el grupo es un privilegio y será muy enriquecedora. Nuestra pequeña comunidad de diálogo y búsqueda considero que es para todas una fortuna y lo seguirá siendo en tanto continuemos nuestras inquietudes por encontrar la Verdad. Un beso.Lourdes

MENSAJE DE PATY GUTIÉRREZ

Muchas gracias Claudia, y de igual forma quiero también darles las gracias a cada una de ustedes por permitirme incorporar a sus sesiones a estas alturas, cuando ya llevan juntas un camino recorrido. Cuando Lourdes me platicó que estaban todos ustedes acompañandose en esta travesía, desee enormemente poder caminar junto a cada uno, escuchándolos en viva voz y participando en su comunidad de diálogo.
Me siento privilegiada, emocionada, agradecida.
Patrica

MENSAJE DE CLAUDIA

COMO LES PROMETI, LES MANDO MI APORTACION AL CAPITULO DE HOY, YA NO PUDE DEJAR DE PENSAR, LES AGRADEZCO MUCHISIMO SU COMPROMISO A ESTA MESA TAN MARAVILLOSA.DE VERDAD GRACIAS.AUNQUE PARECE MUY SIMPLE TRAE ATRAS TODO UN CAPITULO DE MI VIDA.QUE PADRE PATY, QUE YA ESTAS EN NUESTRA LISTA DE CORREOS, BIENVENIDA ERES UN TESORO MAS EN NUESTRA MESA!.LAS AMO A TODASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! CON CARIÑOCLAUDIA.(Me mandan el suyo HE!!!!!!!, Meche, Gisela, Lulu, Violeta, Elsa, Tere, Paty y Ana Laura).

APORTACIÒN DE CLAUDIA RODRÌGUEZ GRANADA DE DUARTE

Sobre el Capitulo 12 de Roger Lenaers
Claudia Rodríguez-Granada de Duarte

“Dios significa Vida Eterna”.

He tenido grandes y profundos sentimientos de estar completamente perdida, si en el principio del libro sentí que el piso se movía bajo mis pies, con este capítulo y junto con lo que se me ha ido presentando en mi vida el piso ahora sí ha desaparecido. Pero ya estoy convencida que no hay cielo ni infierno, me apoyo en esto para saber que verdaderamente viajo sin rumbo al infinito y mas allá.

Y si por primera vez esto que leo, y esto que vivo, me hace tocar mi parte más humana, más sensible, más vulnerable, más inocente y más responsable de lo que pasa a mi alrededor, me conforta que soy lo que Soy, no por esperar una recompensa, no por esperar un aplauso, ni un reconocimiento, ni una permanencia en algún lugar especifico donde voy a ser recibida con una película de mi vida, si en verdad Soy “una chispa de la forma como Dios se expresa a sí mismo”.

Si Dios está dentro de mí y desde mi y si soy parte de un todo entonces los apegos que tengo para esta Vida, no deberían de marcar mi forma de ejecutar mi Vida, si alcanzo a captar que Dios está también dentro y atrás de cada uno de los que me rodean y de todo lo que existe, entonces para que me preocupa que más hay?, a donde voy?, a donde van los que quiero?, si todos estamos en todo y formamos un todo en la revelación de un Dios que todo lo puede.

“Aquel que ve a Dios en su prójimo no necesita buscar más” Gandhi

Me empieza a consolar y me siento bastante más tranquila al darme cuenta que puedo compartir los viernes en la mesa con todas mis compañeras de este curso, y poder hablar y entender como cada una ve su proceso de crecimiento aportando y dejando a un lado todo lo que aprendimos y lo que creemos y somos capaces juntas de ir más allá, entonces, creo que vamos felices de la mano ahora sí todas al infinito y más allá.