MI REFLEXIÓN SOBRE LA RELACIÓN DE PAREJA, O SEA LA VIDA DE MATRIMONIO.
Es bueno decir que a pesar de ser considerada una de las opciones más difíciles, a pesar del asombroso incremento progresivo de separaciones y divorcios, el matrimonio es una costumbre absolutamente universal que observamos en todos los tiempos y todas las culturas, y constituye, especialmente en la mujer, un anhelo y un estadio obligado de su vida. Cabría preguntarnos ahora o bien, preguntarme: porque sucede esto?, ¿porqué las mujeres deseamos casarnos o llega un momento en nuestras vidas que tenemos que dar este paso? (creo que esto es tema de otra reflexión).
Una vez dicho lo anterior, trataré de escribir un resumen de lo que para mí ha sido la relación de pareja (mi “matrimonio”).
Puedo decir que soy heredera de nuestra cultura, crecí creyendo (ojo creencia) que una vez que estuviera en edad de casarme así debería ser, así que llegado el tiempo, se cumplió ese supuesto, conocí al que hoy es mi pareja en tiempos de estudiante, para ser más precisa en la preparatoria; sin embargo, nuestra relación se concreto estando ya en la universidad, pues nos enamoramos, nos gustamos, y nos casamos.
No teníamos nada, quiero decir, no teníamos casa, carro, ni bienes; pero aun así nos casamos, (eso no fue ningún impedimento) estábamos estudiando aún cuando apareció la maternidad en mi vida, es así que siendo estudiante, esposa, y además de estar ya incorporada a la vida productiva, di a luz a mi primer hija, esto fue algo maravilloso, pero también algo desconocido y una responsabilidad más, tuve que ser la mujer pulpo, para ir cubriendo todos los frentes. Terminamos la universidad, con dos hijos como título también, pues en ese mismo periodo de estudiantes, nació mi segundo hijo, (otra maravilla) fue difícil esa época, ya que debía trabajar, estudiar, ser mamá, ser esposa con lo que ello implica, afortunadamente Hugo ayudaba en los deberes del hogar, entre los dos nos repartíamos los quehaceres hasta donde se podía.
Inicialmente esta relación iba bien dentro de lo que cabe decirlo, a pesar de tener esa gran responsabilidad de ser madre, esposa, profesionista, ama de casa, etc. Más tarde, después de once años, nuevamente se presentó la maternidad en mi vida, ya que llegó nuestra tercer hija, otra maravilla, pero también una responsabilidad más.
La vida siguió su curso, y puedo decir que he vivido el amor, que he amado, que me he sentido amada, pero también he conocido el desamor, el dolor, la desilusión, la traición, y tantas emociones más, propias e inherentes a todo ser humano. Seguramente coincide mi vivencia de pareja con la de tantas otras, con las salvedades de cada cual, pues en la relación de pareja no todo es miel sobre hojuelas, y no estoy hablando de algo nuevo, como ya lo dijo alguien, hay ocasiones en que uno cree estar durmiendo con el enemigo algunas veces y con el gran compañero de la vida otras, con ese príncipe azul de los cuentos de hadas, no es cierto?
Nada fácil es estar en esta relación, porque después de lo buenito y bonito del noviazgo aparece la realidad de ambos, así que hay un gran choque de personalidades, las máscaras se caen, algunas veces de sopetón otras, poco a poco, así que la vida misma representa un viaje donde se encuentra de todo. Puedo decir que debido a las crisis que aparecen en este vínculo es que se vio cuestionada mi matrimonio, sin embargo gracias a esas crisis es que he tenido que crecer, ahora doy gracias a esa crisis y también al desarrollo humano y más aún a la búsqueda espiritual, donde he ido encontrándome, y encontrando a Hugo, (aun es un proceso, porque esto implica trabajar con uno mismo, ya saben el ego, la sombra… que cuando se enfrentan hacen fuego, pero el fuego purifica) estoy convencida que solo el amor y el encuentro con el otro nos posibilita madurar y nos permite salir del mundo infantil o fantasioso que alguna vez nos invadió y que el poder de dos se convierte en una gran fuerza para seguir en esta relación, cuando hablo de poder me refiero al amor por uno mismo y por el otro, en eso estoy… aprendiendo a Amar con mayúcula.
Se me agolpan en la mente muchos pensamientos, ideas, y demás cosas, que en otra ocasión relatare, ahora solo quiero decir que no hay que perder el tiempo en resentimientos por lo que nos hicieron, es mejor darle la vuelta y decir que tenemos enfrente a un maestro, que si fracasamos, el fracaso es mejor maestro que el éxito.
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