martes, 23 de marzo de 2010

APORTACIÓN DE GUSTAVO GÓMEZ

Los cinco llamados rituales de tránsito: Bautismo, confirmación, unción de los enfermos, ordenación sacerdotal y matrimonio.
Comentarios de Gustavo Gómez al Capítulo No. 14

El tema llama a reflexión nuevamente y a revisarlo todo.
En las últimas dos sesiones hemos revisado lo relativo a los sacramentos y estamos en el proceso de revisión de cada uno de ellos a detalle.
En estas últimas sesiones hemos señalado todo cuanto nos han dejado los sacramentos en lo personal y llama la atención el hecho de que en ningún caso, al haberlos recibido en sus diferentes etapas, nadie se sintió cobijado por el halo divino, o bien se sintió superior con la caparazón celestial, o vaya, ni siquiera notó un cambio en su vida.
Por qué sucede esto; simplemente porque los sacramentos no significan la entrega de ninguna divinidad, ni corazas divinas, vaya, ni siquiera tiene que significar un cambio en tu vida.
Los sacramentos han sido un amarre en silencio a la iglesia y a la religión, y en ningún caso buscan encontrar el camino del amor, felicidad, paz o fomentar una personalidad sana en las personas; simplemente o los tomas o vives en el pecado.
En el mundo moderno, las personas estamos en constante búsqueda de la felicidad y del amor, de algo más que casas, coches, viajes, escuelas con inglés y computación, vida social intensa, dinero y todo aquello que produce satisfacción inmediata.
Entonces pensaríamos si debemos re-significar los sacramentos de la iglesia católica.
Las preguntas serían ¿Porqué y Para qué? ¿deberíamos hacerlo?
Mi respuesta es un “NO ROTUNDO”.
Porqué:
Cuando iniciamos este Taller, los primeros capítulos nos señalaban que la estatua de Nabucodonosor se estaba derrumbando, ya que la base de la misma era de barro y no soportaba el peso de las piezas de arriba, por lo que el derrumbe era inminente.
Uno de los aspectos que se señalaban es que el lenguaje de la iglesia católica y todo lo que se decanta en el, correspondía a la edad media, y por tanto estaba estancado, rancio, obsoleto, rezagado.
Hemos revisado paso a paso todo lo concerniente a dogmas, ritos y mitos, y nos hemos dado de frente con la intransigencia y cerrazón de la estructura que gobierna los destinos de la iglesia católica.
Si las cosas están así y nuestra religión y sus poseedores celestiales están cerrados a no modificar sus estructuras y sobre todo, no están dispuestos a re-fundar la religión católica, nos preguntaríamos si en realidad vale la pena re-significar los sacramentos, los cuales están pensados, elaborados y bordados expresamente para esta religión.
Visto de forma coloquial, si tenemos en la iglesia católica a un carromato de madera viejo, sucio, apolillado y enmohecido y además resulta ser duro, incomodo, estático y obsoleto, que caso tiene colocarle aditamentos producto de la modernidad, como por ejemplo un sistema fuel-injection, o frenos ABS, o quemacocos, o bolsas de aire, o rines cromados con llantas de última generación y además asientos de piel, entre otros.
El resultado va a ser que tendremos una nueva carreta, que llamaremos la Carreta Frankestein, que ni es lo que era en el pasado, y mucho menos es el presente, ni lo representa. Y como resultante tendremos una carreta fea, hechiza, absurda, y disparatada.
ELos cinco llamados rituales de tránsito: Bautismo, confirmación, unción de los enfermos, ordenación sacerdotal y matrimonio.
Comentarios de Gustavo Gómez al Capítulo No. 14

El tema llama a reflexión nuevamente y a revisarlo todo.
En las últimas dos sesiones hemos revisado lo relativo a los sacramentos y estamos en el proceso de revisión de cada uno de ellos a detalle.
En estas últimas sesiones hemos señalado todo cuanto nos han dejado los sacramentos en lo personal y llama la atención el hecho de que en ningún caso, al haberlos recibido en sus diferentes etapas, nadie se sintió cobijado por el halo divino, o bien se sintió superior con la caparazón celestial, o vaya, ni siquiera notó un cambio en su vida.
Por qué sucede esto; simplemente porque los sacramentos no significan la entrega de ninguna divinidad, ni corazas divinas, vaya, ni siquiera tiene que significar un cambio en tu vida.
Los sacramentos han sido un amarre en silencio a la iglesia y a la religión, y en ningún caso buscan encontrar el camino del amor, felicidad, paz o fomentar una personalidad sana en las personas; simplemente o los tomas o vives en el pecado.
En el mundo moderno, las personas estamos en constante búsqueda de la felicidad y del amor, de algo más que casas, coches, viajes, escuelas con inglés y computación, vida social intensa, dinero y todo aquello que produce satisfacción inmediata.
Entonces pensaríamos si debemos re-significar los sacramentos de la iglesia católica.
Las preguntas serían ¿Porqué y Para qué? ¿deberíamos hacerlo?
Mi respuesta es un “NO ROTUNDO”.
Porqué:
Cuando iniciamos este Taller, los primeros capítulos nos señalaban que la estatua de Nabucodonosor se estaba derrumbando, ya que la base de la misma era de barro y no soportaba el peso de las piezas de arriba, por lo que el derrumbe era inminente.
Uno de los aspectos que se señalaban es que el lenguaje de la iglesia católica y todo lo que se decanta en el, correspondía a la edad media, y por tanto estaba estancado, rancio, obsoleto, rezagado.
Hemos revisado paso a paso todo lo concerniente a dogmas, ritos y mitos, y nos hemos dado de frente con la intransigencia y cerrazón de la estructura que gobierna los destinos de la iglesia católica.
Si las cosas están así y nuestra religión y sus poseedores celestiales están cerrados a no modificar sus estructuras y sobre todo, no están dispuestos a re-fundar la religión católica, nos preguntaríamos si en realidad vale la pena re-significar los sacramentos, los cuales están pensados, elaborados y bordados expresamente para esta religión.
Visto de forma coloquial, si tenemos en la iglesia católica a un carromato de madera viejo, sucio, apolillado y enmohecido y además resulta ser duro, incomodo, estático y obsoleto, que caso tiene colocarle aditamentos producto de la modernidad, como por ejemplo un sistema fuel-injection, o frenos ABS, o quemacocos, o bolsas de aire, o rines cromados con llantas de última generación y además asientos de piel, entre otros.
El resultado va a ser que tendremos una nueva carreta, que llamaremos la Carreta Frankestein, que ni es lo que era en el pasado, y mucho menos es el presente, ni lo representa. Y como resultante tendremos una carreta fea, hechiza, absurda, y disparatada.
En ningún caso obtendremos lo que estamos buscando, amor, paz, bienestar, crecimiento, fe adulta, o simplemente tranquilidad y por supuesto, ni hablar de trascendencia.
Para mí es definitivo, la estatua ya se derrumbó, ya está en el suelo, tenemos que construir otra.
Una vez construida, pensaremos en nuevos signos y nuevos sacramentos.
Nos tocó para bien o para mal, ser actores del proceso de cambio.
Ya no tenemos a la iglesia omnipotente y para mí, esa estatua ya francamente no existe.
Tenemos que construir una nueva fe, esa es nuestra tarea, una fe que nazca del corazón, de la conciencia, de la modernidad, de la unidad.
El pasado es historia, pero el presente construye una nueva historia.
Sigamos nuestro proceso y hagamos de nuestra tarea, un camino de fe, pero de fe adulta y moderna.n ningún caso obtendremos lo que estamos buscando, amor, paz, bienestar, crecimiento, fe adulta, o simplemente tranquilidad y por supuesto, ni hablar de trascendencia.
Para mí es definitivo, la estatua ya se derrumbó, ya está en el suelo, tenemos que construir otra.
Una vez construida, pensaremos en nuevos signos y nuevos sacramentos.
Nos tocó para bien o para mal, ser actores del proceso de cambio.
Ya no tenemos a la iglesia omnipotente y para mí, esa estatua ya francamente no existe.
Tenemos que construir una nueva fe, esa es nuestra tarea, una fe que nazca del corazón, de la conciencia, de la modernidad, de la unidad.
El pasado es historia, pero el presente construye una nueva historia.
Sigamos nuestro proceso y hagamos de nuestra tarea, un camino de fe, pero de fe adulta y moderna.

viernes, 19 de marzo de 2010

APORTACIÓN DE PATY GUTIÉRREZ

CAPÍTULO 14 – EL BAUTISMO
Los seres humanos somos parte de algo más grande que nosotros mismos.
El holograma sería una metáfora física de esta realidad en la que cada ser humano es un todo complejo con realidad físico-espiritual, y a la vez conforma con todo su ser esta realidad mayor físico espiritual que es la humanidad, entendiéndola a ésta, una vez más en palabras de Lenaers, como una forma en que Dios se expresa a sí mismo.
En este sentido, el nacimiento de un bebé, un nuevo miembro en una familia, un nuevo miembro de una comunidad, un nuevo ser humano, es una inédita, creadora y única expresión de Dios que una vez más se hace maravillosamente visible en este ser pequeñito, que es parte de algo más grande que sí mismo, es parte de todos nosotros, es una manifestación más “espacio-temporal-espiritual” de la inmensa grandeza Divina.
Como seres humanos, somos seres esencialmente relacionales, interdependientes e históricos, es decir no somos individuos aislados que existimos y manifestamos nuestro ser de manera encerrada e independiente, somos siempre “en relación con”, somos parte del grandioso tejido del cosmos, en permanente relación y unión con los otros, con toda la creación.
Así es que, cuando un nuevo ser humano llega con todo su “Ser” a formar parte de nuestra familia, comunidad y género humano, llega para ser parte de nosotros mismos. Con su existencia, nutre nuestra existencia. No se pertenece a sí mismo, no es en sí mismo, “es” con todos nosotros.
Por esto, la existencia de una celebración para el sacramento del Bautismo –re-significandolo- cuando nace un bebé, a mí sí me hace mucho sentido. Me hace sentido sobre todo desde una perspectiva teónoma, porque la fuerza creadora de este sacramento es, o debiera ser, el símbolo del reconocimiento fascinante, en la comunidad que recibe a este nuevo ser y se hace cargo de él, de que la materia se ha transformado una vez más, con la fuerza creadora Divina y la co-participación del hombre y mujer que le han dado vida, para devenir en un ser que comparte la expresión humana de Dios. El sacramento del Bautismo debe tener también un fuerte sentido como ritual en el que los miembros de la familia, de la comunidad, del género humano, nos sentimos transformados y enriquecidos por este nuevo ser que viene a “ser con todos nosotros”. Así, todos los participes de esta ceremonia deberíamos también recibir el Agua, como este símbolo de disposición a la transformación nutriente, y amorosa que nos posibilita la llegada de este nuevo ser a nuestras vidas.
Al mismo tiempo esta celebración como sacramento debe contener significado dirigido hacia la personita misma que llega al mundo, debe ser también un poderoso símbolo que manifiesta que se reconoce en él su substancia humana espiritual y se le acoge, no como un ser aislado, sino como un ser al que, siendo parte del entramado humano, se le hereda amorosamente la sabiduría y acompañamiento de su familia y comunidad en el conocimiento del mensaje de Jesús como el camino para su crecimiento personal, expansión de su conciencia y comprensión profunda de su realidad humana en vínculo con lo Divino. El Agua una vez más funcionaría como símbolo de esta sabiduría comunitaria que le es heredada a este nuevo ser y que se derramará en él, en el camino de su vida, por sus padres, padrinos y comunidad, para que haga crecer, como árbol frutal a partir de ella, su propia sabiduría.
Por esto, el Bautismo es para mí un Sacramento con alto significado al inicio de la vida y por esto también el Agua es para mí, un signo con gran fuerza expresiva.
El Agua, al ser un elemento natural sin vida propia pero directamente vinculado a la vida, lo podemos significar o utilizar como metáfora de ese misterioso y maravilloso momento en el que, en el camino de la evolución, a partir de la materia, se genera la vida. El Agua es el elemento natural “sin vida” más ligado a la vida, tan es así que la existencia de agua en otros planetas es considerada como una fuerte señal de posibilidad de vida. Es el único alimento sin vida propia que nutre la vida. Podríamos decir que el agua es un elemento transicional entre la materia inerte y la vida.
Es por esto que el Agua debe funcionar como un elemento con gran fuerza simbólica en el Bautismo, y éste debe ser a su vez un Sacramento vigoroso de inicio de vida, con tres significados esenciales que se entrelazan y deben ser celebrados con gran alegría, y que en síntesis serían:
En primera instancia, para expresar el paso hacia la vida humana, es decir, debe ser un sacramento que recurriendo al agua como elemento simbólico que se vierte sobre este nuevo ser humano que llega, expresa nuestro reconocimiento y nuestro júbilo, porque en este pequeñito, una vez más, se ha transformado el ”SER”, para vivir la experiencia humana de Dios.
Derramar el agua sobre el pequeño, tendría también un segundo simbolismo fuerte como señal de que este nuevo ser humano, será nutrido por la experiencia y sabiduría (simbolizadas por el agua) de la comunidad que lo recibe (padres, padrinos, amigos….) y se hace responsable de vivir con él el camino de Jesús, pero que finalmente esta sabiduría heredada no tiene vida propia , sino que será él en su interior quien habrá de aprovechar e integrar esta agua (sabiduría) a su ser como nutriente para ser transformado en vida y crecimiento, dando en él fruto que pueda nutrir y contribuir con el crecimiento de otros.
Y finalmente el Agua adquiere fuerza con un tercer significado en este sacramento del Bautismo , como símbolo para ser derramado sobre todos los participantes de la ceremonia, en señal de que nos vigorizamos con este nuevo ser que enriquece nuestra existencia, que reconocemos y aceptamos el poder transformador y de crecimiento que nos brinda su ser en nuestras vidas, y nos comprometemos a desarrollarnos y expandir nuestra conciencia a partir de la sabiduría que surja de nuestra relación con él.

COMENTARIOS - LOURDES ADÁN

LOURDES ADÁN - COMENTARIOS CAPÍTULO 14

Comentarios al capítulo XIV del libro de Lenaers
El Bautismo

Me dijeron,
que el Bautismo es necesario para la salvación
que por el Bautismo somos liberados del pecado original
que por el Bautismo, Dios nos hace sus hijos
que por el Bautismo, se exorcisan las pompas del demonio (whatever that means...)
que la vida sobrenatural del cristiano tiene su raíz en el Bautismo.

Hoy comprendo y vivo,
que el pecado original no existe, lo que existe es la gracia original,
la gracia divina que el Padre nos da, por puro amor;
que el Bautismo nos confirma en nuestra ya regalada filiación divina;
que el demonio no existe, y que sólo es símbolo del mal que producimos;
que el Bautismo, no es magia y no da nada que Dios no haya puesto ya en el corazón del ser humano.

¿Cómo pensar en una naturaleza humana “caída”?
¿Cómo pensar que un niño nace empecatado?
¿Cómo pensar que podría ser condenado?

¡¡Imposible!!, ¡¡No y mil veces no!!
me lo dice mi corazón al mirar a mi Santiago.
Cuando miro sus ojos ,
aparecen en ellos la Profundidad y la Sabiduría de Dios;
su tierna y dulce sonrisa,
me transparenta la Bondad alegre del Señor;
cuando veo sus manitas inquietas,
pienso en la hermosa y continua Creación de Dios;
sus pies, incansables y exploradores
me remiten al Dios amor que nos ha creado libres
y como proyecto maravilloso de la vida.

Santiago, lo sé, me lo dice mi corazón y todo mi ser,
es hijo de Dios desde su concepción.
Viene de la fuente de Vida que es Dios
y del amor de sus padres que me revelan a Dios.
No podría ser de otra manera;
me lo dice su gracia,
me lo dice su amor.
Pero sí, deseamos profundamente que sea bautizado,
queremos confirmar en familia y en comunidad su filiación divina;
queremos dar gracias a Dios por ese regalo de amor que nos ha sido otorgado.

Queremos ver en los signos la transparencia de su significado:
- el agua, la fuente de Vida que nos viene del Espíritu de Dios
- el aceite, la fuerza que viene de Dios y que será tu fuerza, Santiago
- el crisma, te ayudará a ser semejante a Jesús: libre, valiente, compasivo

Queremos darte la bienvenida a la vida,
a la Iglesia de Cristo, a la comunidad cristiana, y a la entera familia humana
para que siembres flores y estrellas en el mundo que tanto las necesita.

Queremos desearte paz, felicidad y amor
para que tu ser se desarrolle poco a poco en plenitud.

Sabemos que es nuestro compromiso,
y el compromiso de toda la comunidad,
ayudarte a lograr ese hermoso proyecto de vida
que ya encierras en tu pequeño y maravilloso ser,
gracias al amor infinito e incomprensible de nuestro Padre Dios.



María de Lourdes Acevedo Muñoz.

Febrero 17, de 2010

REFLEXIONES CAPÍTULO 14 - PATRICIA GUTIÉRREZ

PATRICIA GUTIÉRREZ

REFLEXIONES CAPÍTULO 14 – EL BAUTISMO

Los seres humanos somos parte de algo más grande que nosotros mismos.
El holograma sería una metáfora física de esta realidad en la que cada ser humano es un todo complejo con realidad físico-espiritual, y a la vez conforma con todo su ser esta realidad mayor físico espiritual que es la humanidad, entendiéndola a ésta, una vez más en palabras de Lenaers, como una forma en que Dios se expresa a sí mismo.
En este sentido, el nacimiento de un bebé, un nuevo miembro en una familia, un nuevo miembro de una comunidad, un nuevo ser humano, es una inédita, creadora y única expresión de Dios que una vez más se hace maravillosamente visible en este ser pequeñito, que es parte de algo más grande que sí mismo, es parte de todos nosotros, es una manifestación más “espacio-temporal-espiritual” de la inmensa grandeza Divina.
Como seres humanos, somos seres esencialmente relacionales, interdependientes e históricos, es decir no somos individuos aislados que existimos y manifestamos nuestro ser de manera encerrada e independiente, somos siempre “en relación con”, somos parte del grandioso tejido del cosmos, en permanente relación y unión con los otros, con toda la creación.
Así es que, cuando un nuevo ser humano llega con todo su “Ser” a formar parte de nuestra familia, comunidad y género humano, llega para ser parte de nosotros mismos. Con su existencia, nutre nuestra existencia. No se pertenece a sí mismo, no es en sí mismo, “es” con todos nosotros.
Por esto, la existencia de una celebración para el sacramento del Bautismo –re-significandolo- cuando nace un bebé, a mí sí me hace mucho sentido. Me hace sentido sobre todo desde una perspectiva teónoma, porque la fuerza creadora de este sacramento es, o debiera ser, el símbolo del reconocimiento fascinante, en la comunidad que recibe a este nuevo ser y se hace cargo de él, de que la materia se ha transformado una vez más, con la fuerza creadora Divina y la co-participación del hombre y mujer que le han dado vida, para devenir en un ser que comparte la expresión humana de Dios. El sacramento del Bautismo debe tener también un fuerte sentido como ritual en el que los miembros de la familia, de la comunidad, del género humano, nos sentimos transformados y enriquecidos por este nuevo ser que viene a “ser con todos nosotros”. Así, todos los participes de esta ceremonia deberíamos también recibir el Agua, como este símbolo de disposición a la transformación nutriente, y amorosa que nos posibilita la llegada de este nuevo ser a nuestras vidas.
Al mismo tiempo esta celebración como sacramento debe contener significado dirigido hacia la personita misma que llega al mundo, debe ser también un poderoso símbolo que manifiesta que se reconoce en él su substancia humana espiritual y se le acoge, no como un ser aislado, sino como un ser al que, siendo parte del entramado humano, se le hereda amorosamente la sabiduría y acompañamiento de su familia y comunidad en el conocimiento del mensaje de Jesús como el camino para su crecimiento personal, expansión de su conciencia y comprensión profunda de su realidad humana en vínculo con lo Divino. El Agua una vez más funcionaría como símbolo de esta sabiduría comunitaria que le es heredada a este nuevo ser y que se derramará en él, en el camino de su vida, por sus padres, padrinos y comunidad, para que haga crecer, como árbol frutal a partir de ella, su propia sabiduría.
Por esto, el Bautismo es para mí un Sacramento con alto significado al inicio de la vida y por esto también el Agua es para mí, un signo con gran fuerza expresiva.
El Agua, al ser un elemento natural sin vida propia pero directamente vinculado a la vida, lo podemos significar o utilizar como metáfora de ese misterioso y maravilloso momento en el que, en el camino de la evolución, a partir de la materia, se genera la vida. El Agua es el elemento natural “sin vida” más ligado a la vida, tan es así que la existencia de agua en otros planetas es considerada como una fuerte señal de posibilidad de vida. Es el único alimento sin vida propia que nutre la vida. Podríamos decir que el agua es un elemento transicional entre la materia inerte y la vida.
Es por esto que el Agua debe funcionar como un elemento con gran fuerza simbólica en el Bautismo, y éste debe ser a su vez un Sacramento vigoroso de inicio de vida, con tres significados esenciales que se entrelazan y deben ser celebrados con gran alegría, y que en síntesis serían:
En primera instancia, para expresar el paso hacia la vida humana, es decir, debe ser un sacramento que recurriendo al agua como elemento simbólico que se vierte sobre este nuevo ser humano que llega, expresa nuestro reconocimiento y nuestro júbilo, porque en este pequeñito, una vez más, se ha transformado el ”SER”, para vivir la experiencia humana de Dios.
Derramar el agua sobre el pequeño, tendría también un segundo simbolismo fuerte como señal de que este nuevo ser humano, será nutrido por la experiencia y sabiduría (simbolizadas por el agua) de la comunidad que lo recibe (padres, padrinos, amigos….) y se hace responsable de vivir con él el camino de Jesús, pero que finalmente esta sabiduría heredada no tiene vida propia , sino que será él en su interior quien habrá de aprovechar e integrar esta agua (sabiduría) a su ser como nutriente para ser transformado en vida y crecimiento, dando en él fruto que pueda nutrir y contribuir con el crecimiento de otros.
Y finalmente el Agua adquiere fuerza con un tercer significado en este sacramento del Bautismo , como símbolo para ser derramado sobre todos los participantes de la ceremonia, en señal de que nos vigorizamos con este nuevo ser que enriquece nuestra existencia, que reconocemos y aceptamos el poder transformador y de crecimiento que nos brinda su ser en nuestras vidas, y nos comprometemos a desarrollarnos y expandir nuestra conciencia a partir de la sabiduría que surja de nuestra relación con él.

PARTICIPACIÒN DE TERE GALLEGOS

Bautismo y Confirmación.

Indudablemente que los ritos de estos sacramentos ya no tienen actualidad ni significado, ya que desde el momento que se tiene que dar una preparación para poderlos entender es que no son evidentes, preparación en la mayoría de los casos deficiente y además obligatoria. Esta situación hace más triste la participación de los creyentes ya que es condicionada para posteriores sacramentos. Qué triste que la Iglesia haya tenido que llegar a esas reglas para que la gente se acerque a los sacramentos, en lugar de que sea un gusto la participación se hace un requisito sin sentido.

Ahora bien, la celebración de una nueva vida es espontánea, y se me hace muy válido que de acuerdo a la fe de los padres se de gracias a Dios por tan grande regalo y se busque la bendición para una buena vida para el recién nacido y además se participe el gozo con las personas más cercanas y queridas; eso como dice el autor se puede hacer en cualquier lugar sin que tenga que estar ligado a la religión, pero aquí está involucrada la transmisión de la fe, lo que desean los padres despertar en sus hijos, la profundidad de su origen y de la maravilla de la vida. La iniciación en la vida cristiana ya para los padres de hoy es un mito en cuanto al compromiso de enseñar a la criatura toda la doctrina u oraciones, creo que va más en la línea de un Dios amoroso que se hace cercano en la naturaleza y en los seres humanos y en Jesús como ejemplo de lo que podemos llegar a ser y a amar. Por lo menos esa es mi experiencia familiar

Yo me acuerdo que se decía que el verdadero nacimiento era el día del bautismo por lo que fui a buscar en mi fe de bautismo tal fecha, eso fue un año después de que nací y luego me pregunto, todo ese primer año no fue real? No fui persona auténtica? No fui amada por Dios? Yo lo viví felizmente con mis hijos y ahora con mi nieta, la maravilla desde la concepción y el primer año de desarrollo del ser humano que es galopante, maravilloso y no estaba Dios presente antes del rito? Ya es inverosímil seguir insistiendo en esa idea, lo preocupante es que muchos todavía así lo creen.

En cuanto a la confirmación debiera ser una decisión libre y voluntaria del joven capaz de comprometerse a un estilo de vida propuesto por Jesús y no cumplir los deseos de los padres o de requisito para el matrimonio, cuántos casos de muchachos que se quieren casar y necesitan confirmarse de forma Express para que puedan hacerlo. Es lastimosa esta situación que la Iglesia exige aunque no sea verdadero el compromiso.

Yo estaría más a favor de un bautismo adulto si así lo deseara la persona, apegado más al origen donde se bautizaban los que se convertían a Jesús y deseaban transformar su vida, no de forma mágica, pero sí con la certeza de que la gracia de Dios los acompañaría en ese esfuerzo, y compartirlo con la comunidad elegida con ritos actualizados, ya que son algo que necesitamos los seres humanos. Creo que los “hermanos separados” tienen razón en muchas cosas, como decir que son la comunidad cristiana más cercana a Jesús, porque no necesitan de una institución piramidal para llegar a Dios y ya que practican el bautismo tras la conversión, como las primeras comunidades cristianas y lo hacen no por cumplir o por tradición, sino por un deseo auténtico de transformación.

viernes, 5 de marzo de 2010

Aportación al Capítulo 13 Elsa Urbina de García

EL MUNDO DE LOS SIGNOS
Los sacramentos como rituales

Vuelvo con lo mismo, heteronomía y teonomía
Siempre es un hacia fuera y un hacia adentro, pensaría que heteronomía y teonomía van siempre juntos, como que lo del exterior me conduce al interior, y lo del interior me lleva otra vez a lo exterior: como admirar un atardecer me lleva a sentir a sentirlo dentro (al Padre) y sentirlo dentro me lleva a verlo en los demás, es como una danza contínua, y es a raíz de este capítulo de “El mundo de los signos” que puedo darle otro significado a los sacramentos, o más bien darle el sentido de sacramento a otros signos: un abrazo, una visita, una actitud de escucha, comprensión, apoyo, etc. que se convierten en oportunidades sin fin de comunión para poder formar comunidad Cristiana

La centralización en los sacramentos como fundamento de la fé ha sido una idea que me ha movido interiormente desde hace tiempo, lo mágico no va con lo lógico, de que algo es y está y de repente ya no es ni está (el pecado), por otra parte algo que no es ni está y de repente ya es y está (cuerpo y sangre de Cristo) y todo a través del sacerdote, yo casi casi esperaba ver la varita mágica en las manos del sacerdote las cuales escudriñaba afanosamente para ver como era que convertía el pan en cuerpo y el vino en sangre…. que poder tan desmesurado¡ y seguía viendo esas manos y me preguntaba: se las lavaría antes?? QUE IRREVERENTE SOY¡¡ Me repetía, pecadora y mil veces pecadora por estar preguntándome tantas cosas… Me sentía sin fe por no aceptar sin chistar, por ver fijamente la hostia y pensar si en verdad es el cuerpo? Por querer ver el vino de color rojo…siempre dudando por no ver dócilmente lo que otras personas aceptaban, pero comprendo en fin que ha sido parte de mi caminar...
QUE GRANDIOSIDAD poderle dar el sentido de sacramento a las pequeñas acciones de nuestra vida y poder resignificar los sacramentos

El revalorizar el sentido de los sacramentos me lleva a descubrir su fecundidad, su fuerza creadora que alimenta a lo interior y esto me lanza siempre hacia el otro y a la vez se fortalece otra vez lo interno, es como veo que la eficacia del signo se traduce en acciones que continúan así dando forma a esa danza constante ya antes mencionada….


TU ME INVITAS….
YO ME RESISTO….
TU TE DAS….
YO ME DETENGO….
TU TE ENTREGAS….
YO CUESTIONO….
TU ESPERAS….
YO DILATO….
TU COMPRENDES….
YO PREGUNTO….
TU ERES…
TU AMAS…
TU ESTÁS…
Yo busco…

Aportación al Capítulo 13

Elsa Urbina de García
Aportación al Capítulo 13
EL MUNDO DE LOS SIGNOS
Los sacramentos como rituales

Vuelvo con lo mismo, heteronomía y teonomía
Siempre es un hacia fuera y un hacia adentro, pensaría que heteronomía y teonomía van siempre juntos, como que lo del exterior me conduce al interior, y lo del interior me lleva otra vez a lo exterior: como admirar un atardecer me lleva a sentir a sentirlo dentro (al Padre) y sentirlo dentro me lleva a verlo en los demás, es como una danza contínua, y es a raíz de este capítulo de “El mundo de los signos” que puedo darle otro significado a los sacramentos, o más bien darle el sentido de sacramento a otros signos: un abrazo, una visita, una actitud de escucha, comprensión, apoyo, etc. que se convierten en oportunidades sin fin de comunión para poder formar comunidad Cristiana

La centralización en los sacramentos como fundamento de la fé ha sido una idea que me ha movido interiormente desde hace tiempo, lo mágico no va con lo lógico, de que algo es y está y de repente ya no es ni está (el pecado), por otra parte algo que no es ni está y de repente ya es y está (cuerpo y sangre de Cristo) y todo a través del sacerdote, yo casi casi esperaba ver la varita mágica en las manos del sacerdote las cuales escudriñaba afanosamente para ver como era que convertía el pan en cuerpo y el vino en sangre…. que poder tan desmesurado¡ y seguía viendo esas manos y me preguntaba: se las lavaría antes?? QUE IRREVERENTE SOY¡¡ Me repetía, pecadora y mil veces pecadora por estar preguntándome tantas cosas… Me sentía sin fe por no aceptar sin chistar, por ver fijamente la hostia y pensar si en verdad es el cuerpo? Por querer ver el vino de color rojo…siempre dudando por no ver dócilmente lo que otras personas aceptaban, pero comprendo en fin que ha sido parte de mi caminar...
QUE GRANDIOSIDAD poderle dar el sentido de sacramento a las pequeñas acciones de nuestra vida y poder resignificar los sacramentos

El revalorizar el sentido de los sacramentos me lleva a descubrir su fecundidad, su fuerza creadora que alimenta a lo interior y esto me lanza siempre hacia el otro y a la vez se fortalece otra vez lo interno, es como veo que la eficacia del signo se traduce en acciones que continúan así dando forma a esa danza constante ya antes mencionada….


TU ME INVITAS….
YO ME RESISTO….
TU TE DAS….
YO ME DETENGO….
TU TE ENTREGAS….
YO CUESTIONO….
TU ESPERAS….
YO DILATO….
TU COMPRENDES….
YO PREGUNTO….
TU ERES…
TU AMAS…
TU ESTÁS…
Yo busco…

jueves, 4 de marzo de 2010

Capítulo XIII "El mundo de los signos"

CHAQUI OCAMPO DE IÑESTA

Para mí ha sido muy difícil leer este libro, puesto que me ha movido muchas creencias que yo tenía a pié juntillas, es decir que creía firmemente. Como nuestro grupo se cerró porque solo asistíamos dos personas y la fecha a la que se cambió es muy complicada para mí, en verdad estaba a punto de dejar estas clases, pero estoy segura de que por algo suceden las cosas. Son "Dioscidencias" (coincidencias que nos acercan a Dios). Por lo tanto al cambiarme al grupo adelantado y sin leer los capítulos de en medio y con mil dudas, decido darme otra oportunidad y asistir a la clase. Me gustó mucho estar en este grupo, porque aparte de que algunas pertenecen a mi grupo de amigas, sus comentarios son muy interesantes y con fundamentación teológica. Al leer este capítulo trece, cuando leo "El mundo de los signos de Lenaer" me introduzco en la lectura de los sacramentos.

Estoy de acuerdo con Lenaers "Que la Primera Comunión es un espectáculo enorme, porque los padres son ciegos para captar que la Comunión sin seguimiento de Jesús no es más que una cáscara vacía, más aún una forma de hipocresía en los hechos". Pero no solo ese sacramento, lo mismo el Bautismo, la Confirmación, el Matrimonio, donde solo su preocupación es quedar bien con los compadres y los amigos, interesándose en que todo lo de afuera quede bien para que no critiquen. Olvidándose por supuesto de lo más profundo que es el encuentro con Dios y sobre todo el seguimiento de ese encuentro.

Descubro que ESTO ES lo que estoy tratando de hacer con estos grupos de adolescentes con los que trabajo. Que como dice Lenaers no se puede separar la vida de los sacramentos de tu propia vida, que no deben ser actos mágicos que por el simple hecho de hacerlos, la vida se va a transformar, que necesito trabajar en mi vida si quiero que cambie.

Reconozco que estoy en lo correcto, cuando en los retiros procuro que ellos compartan alguna experiencia de su vida familiar, para que aprendan a mejorar su comunicación y por consiguiente se transformen esas malas relaciones que llevan con sus padres. Que al profundizar su comunicación, se den cuenta de que tienen una vida maravillosa y que se están ahogando en un vaso de agua, preocupándose de ínfimas tonterías, pero que al no tener otra opción se están hundiendo y protestando, quejándose amargamente de lo dura que es su vida.

Al tener un encuentro con Dios de una manera personal en el Sacramento de la Confirmación, (Que es en lo que los estoy preparando), al conocer otras vidas de jóvenes, que están en esa búsqueda como ellos, pueden comparar y re-descubrir lo dichosos que son al tener esa vida que
les ha tocado vivir, que ellos tienen la libertad de decidir, cambiar su actitud y que su vida mejore o seguir dando patadas en el hoyo largo y obscuro de su desesperación.


Por supuesto el encuentro personal y profundo con Dios a traves de este Sacramento de la Confirmación, los ayuda grandemente, puesto que ya no lo ven como algo mágico sino algo verdadero que les da la fuerza y la entereza de mejorar sus vidas, lo mismo que la vida de las personas que lo rodean. Descubren que la Gracia de Dios los fortalece siempre y cuando cada uno ponga de su parte y trabaje para mejorar y cambiar, lo que quiere que se transforme.

Estos son esos signos increíbles de los cuales podemos palpar continuamente, cuando unos hermanos se piden perdón, cuando se reconcilian algunas amigas que no se llevaban bien, o que mejoran su comunicación con sus papás, etc. Para mí es un gran regalo el poder convivir con estos grupos de jóvenes

Atte:
CHAQUI OCAMPO DE IÑESTA





























APORTACIÓN DE CLAUDIA GRANADA

CAPITULO 13
“EL MUNDO DELOS SIGNOS”
CLAUDIA R. GRANADA DE DUARTE


Durante este capítulo, sustancialmente más sencillo de entender, de asimilar que el anterior, y por tanto más familiar, porque es lo que todos hemos vivido con alguna buena o mala experiencia, y no solo eso a lo mejor es solo lo que algunos hemos vivido como único contacto con nuestra religión o iglesia, me puedo dar cuenta de algo que ya por supuesto, mi razón, mi falta de respuestas y lo intocable del tema, me pone con los pies en la tierra sola, y razón por la que en muchas ocasiones esto mismo me ha separado de ella, y es esta parte que la Iglesia, maneja como magia o pecado.
Cuando el cielo se abre y por la sola presencia, más unas cuantas palabras por parte del sacerdote, el sacramento se hace realidad en la persona que sea, consciente, con voluntad, o sin ella, con disposición a asumirlo o no; y últimamente en el lugar asignado y destinado solo para ello, es decir la iglesia, en el horario, con el cupo que el sacerdote quiera y disponga de su iglesia, que es hecha con los recursos de todos, pero solo a disposición del encargado que la maneje, como él quiera y el diga.
Como un sacramento puede tener efecto en alguien, cuando por parte del que lo recibe y el que lo administra no existe una voluntad de disposición a formar parte de un mundo donde Dios lo que quiere es un compromiso de amor para con todos ‘’????
Es más fácil, claro que si, decir yo digo tu asumes, y no me interesa ni comprometerte ni asumir, ni comprometerme para que entiendas que es lo que estamos haciendo. Yo creo que de aquí salió, todas las platicas y preparaciones para antes de cada sacramento la iglesia lavarse las manos de decir yo prepare, pero que ejemplos y que enseñanza por parte de la iglesia y de nosotros donde está el madurar y crecer con una fe adulta.
Claro está que el sacramento en la persona no se puede probar, ni medir, ni ver pero, es eso lo importante?, llegamos a esta pregunta porque como todo ser humano necesitamos de recursos que nos den respuestas más allá de solo creer, y el problema es que no hay respuestas por parte de quien las esperamos.
Creo que los sacramentos y rituales son necesarios porque son signos, estos si visibles, de la acción de Dios en nosotros pero no como magia, ni como obra y gracias del Espíritu Santo, creo que es al revés primero se da en la persona o en la comunidad el querer tener el signo y después se da el cambio, pero se da por el compromiso, el interés y la búsqueda de querer participar en el encuentro, donde todos y cada uno de los presentes son testigos del ritual y del compromiso ante todos de lo que se está realizando, la Gracia ya esta regalada libremente por Dios siempre en forma completamente gratuita, pero el Signo nos hace saberlo.

APORTACIÓN DE VIOLETA ALVAREZ B.

Aportación del capítulo 13
El Mundo de los Signos.
Violeta Elizabeth Alvarez Barragán.
En mi búsqueda por conocer más acerca de mi religión me he dado cuenta que antes yo no me cuestionaba y sí llegaba a hacerlo llegaba un momento en que no encontraba ninguna explicación.
Y ahora al escuchar otros puntos de vista siento que no soy la única y que antes el hablar sobre estos temas no era permitido, que bueno que ahora hay personas interesadas en hacer cambios en la Iglesia para que la humanidad cambie, y estos espacios me llevan a profundizar más.
En los artículos que Ana Laura nos envió me gustó como definen a la Iglesia, que debería ser una institución ejemplar para la humanidad de cualquier cultura y sociedad, porque si la Iglesia se queda en una cultura del pasado, que es lo que está pasando, deja de ser dinámica y ya no entra en lo que Dios quiere y pierde su razón, hay que transformarse, lo cual exige modificaciones y las debidas adaptaciones al tiempo actual.
¿Yo me pregunto, es importante repetir ritos o ser discípulos de Jesús? Creo que si para mí tienen un significado los ritos y me llevan a tener una experiencia tienen sentido, siempre y cuando no pierda de vista que la vida del cristiano es el compromiso con los demás.
Creo que en este tiempo se requiere aprender a hacer oración y a vivir los sacramentos.
La teología heterónoma quiere que se distinga claramente entre lo sacramental y la magia. En la magia, el ritual desarrollado correctamente y exactamente lo lleva al resultado que apunta. No así en el sacramento.
Que en la magia se puede experimentar que se dé el resultado o no y aquí el mago tendría que practicar más o buscar otro trabajo.
Y el sacramento tiene su eficacia desde el principio, pues no es visible, no deja huellas, no se le puede probar, no importa pero sí hay cambios en el interior de la persona.
Según la representación heterónoma, está tan inserta en el orden sobrenatural que no se puede dar pruebas de ella en ninguna parte en el orden natural.
EL SACRAMENTO EN LA TEONOMÍA
Si Dios está en mí y no actúa desde fuera, entonces los sacramentos son signos que no solo nos revelan algo, sino que realizan algo, son creadores. Mientras el amor de una persona brote de su interior y se haga visible transforma su interior y lo enriquece.
Los sentimientos contrarios( odio, agresividad o desprecio) endurecen nuestro interior y no puede crecer nada, es como cerrar la puerta de golpe en donde las relaciones se rompen al menos por un tiempo.
En la medida que exista unidad entre el alma y materia, el espíritu humano se expresa a sí mismo y sale de sí hacia la materialidad.
Los sacramentos son signos y la eficacia no viene de fuera sino del resultado de la fuerza expresiva y la plenitud interna. Si una persona expresa mediante un signo sacramental su amor interior para con Dios, el amor interior se fortifica tantomás mientras mas realmente ese gesto expresa la profundidad existencial de la persona.
En todo lo que es bueno, Dios está actuando y todo lo bueno en nosotros es su obra. La gracia es el amor regalado libremente por Dios, en forma completamente inmerecida.
En el pensamiento heterónomo la eficacia del sacramento depende de la exactitud con la que el ritual se realiza y en el pensamiento teónomo los signos son creativos tanto humanacomo divinamente, solo en la medida de su veracidad.
Los sacramentos son buenos y necesarios, pero utilidad no es lo mismo que ser indispensable. Los símbolos que se utilizan son decisivos son la comunicación de una experiencia y el signo es la comunicación de un concepto.
El bautismo es más que un rito de entrada: es un sacramento, un signo cargado con una fuerza expresiva y creativa que hace visible y realiza la entrada al agua viva que es Jesucristo.

martes, 2 de marzo de 2010

DESDE LEÓN

NOTICIAS DE AURELIA ORTIZ
Febrero 2, 2010

Un sincero y cariñoso saludo todos los compañeros de otro cristianismo. Un corto mensaje, pero con mucha energía, con mucha alegría, con superación, mucho valor, decisión y deseos de hacer cambios en la vida; no es fácil, pero tampoco difícil. Me doy cuenta que con mi propia experiencia estoy viviendo mi propio libro, el cual no puedo leerlo, pero sí disfrutarlo todos los días haciendo mil cosas, como si todo me lo dictaran, y por las noches un descanso fabuloso
Les cuento algo, ustedes saben que en Cuernavaca hay iglesias que no tienen imágenes, pues aqui en León hay muchas por si quieren algunas. En las casas y en los negocios hay muchas, como dije antes, no es fácil pero tampoco difícil, sin embargo, la mayoría son muy católicos.
Por otro lado, dejenme decirles que aqui me la paso muy divertida, pero extrañándolos mucho a ustedes. Tengo las puertas abiertas para que me vengan a visitar, así que los espero y juntos aqui en León podremos discutir nuestro propio libro. Para mí no más libros que no me dicen nada (me refiero a libros de religión).
Algo más que decirles, estamos viviendo la primera cuaresma aqui en León, donde los negocios que venden carne cierran, venden tamales, pero de todos menos con carne, sólo en algunos restaurantes encuentras de todo, aunque algunos te recuerdan que es vigilia.
Saludos a todos y los esperamos pronto.

Aurelia