Yo creo que la frase “resucitado al tercer día de entre los muertos” se refiere a una realidad, que en su verdad, únicamente es accesible en una fe que es el estar lleno del Espíritu Santo. En la teología actual se está bastante de acuerdo en que la resurrección de Jesús no puede haber sido una especie de regreso a al vida terrena, puesto que la muerte es también para Jesús el término definitivo de la vida terrena. La resurrección entendida como un volver a la vida terrena es totalmente una falsa e inútil comprensión. La resurrección de Jesús tiene que ser entendida de otro modo. Y es que cristianamente sólo puede hablarse de resurrección si al mismo tiempo se habla de Dios. Sólo quien entiende lo que significa la comunión con Dios, puede comprender lo que es la resurrección. Eso es particulamente claro en el relato evangélico en torno a la pregunta de los saduceos sobre la Resurrección (Mc 12, 18-27, M5 212, 23-33 y Lc 20, 17-40). A los saduceos, quienes no creían en la vida después de la muerte, Jesús no les dice que Dios podría resolver el problema de la mujer que fué teniendo, uno tras otro, siete maridos. Mas bien les recuerda cómo habla la Sagrada Escritura de Dios. Dice: “Dios se apareció a Moisés en la zarza ardiente diciendo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos”.
Por consiguiente, quien realmente entiende la palabra “Dios” tiene que comprender que todo el que pertenece a Dios y con él tiene comunión, tiene también parte para siempre en la vida de Dios. Esta vida es eterna. La resurrección significa realmente la “comunión eterna del hombre total con Dios”, contra la que ni la muerte corporal tiene poder. Si alguien comprende la Resurrección de otra manera, tendrá que aceptar que Jesús le diga como a los saduceos: “Están equivocados. ¿No se equivocan acaso porque no comprenden ni las Escrituras ni el poder de Dios?” Toda idea de resurrección que prescinda de Dios carece de sentido. Esto significa que en lugar de decir: “Jeucristo resucitó” se pueden utilizar otras formulaciones que tienen el mismo significado pues todas ellas son sólo explicación de una única realidad fundamental: NUESTRA COMUNIÒN CON DIOS, contra la cual la muerte no puede nada. Si decimos por ejemplo: “Jesucristo es el Hijo de Dios” o “Yo soy hija de Dios”, estoy confesando la resurrección de Jesús y la mìa.
El mensaje de Jesús no es una doctrina, una mera enseñanza, un programa a realizar, es simplemente el anuncio de que todos los hombres tienen parte en la relación de Jesús con Dios y así, están llenos del Espíritu Santo. Esto es lo que queremos decir con: “Creo en Jesucristo”. Si Jesús ya no existe, tampoco se puede tener parte en su relación con el Padre, No se puede tener acceso a Dios por Jesús, sin confesar que él vive.
Por otra parte, la tumba vacía, los ángeles sentados sobre la tumba, las apariciones, son imagen muy acertadas no de una realidad mundana, sino divina. A estas alturas de la historia los creyentes ya deberíamos saber que no tiene ningún sentido “buscar entre los muertos” a Jesús. A Jesús, estando él en medio de nosotros, siendo nosotros parte de su cuerpo, sólo necesitamos experimentar su presencia en esa comunidad de hermanos que tratamos de amarnos como El nos amó pero también en aquellos que aún sin conocerlo, van por la vida buscando la verdad, su propia verdad y la verdad del prójimo, especialmente el más necesitado, pues es ahí donde podemos encontrarlo.
jueves, 19 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
MARIAN Y. SANCHEZ DIEZ -
¿Creer que Jesús resucitó?
¿O creer en el que vive?
La Iglesia ha basado nuestra fe en la Resurrección de Jesús, a través de los Evangelios, a través de la desaparición del cuerpo, a través del sepulcro vacío y de las apariciones de Jesús a los Apóstoles. Se nos ha enseñado que si somos cristianos, debemos creer en esta Resurrección de Jesús de entre los muertos, porque de lo contrario, es decir, si no lo creemos, no somos cristianos, no tenemos fe. El Credo nos dice además, que resucitó al tercer día, y que subió al Cielo. Ya hemos hablado del Cielo en capítulos anteriores. Por eso creo que al creyente moderno, al que está buscando la Verdad, le resulta confuso seguir rezando este Credo. Ahora bien, las palabras: resurrección y tercer día creo que son más bien -como mucho de lo que nos dice la Sagrada Escritura- simbolismos.
Lo que yo creo es que Jesús solamente cambió su estado después de haber sido crucificado en la Cruz, creo que el siguiente paso fue mostrarse ante sus seguidores nuevamente, para que conservaran la fe en sus ejemplos y en sus enseñanzas, para que lo que hasta entonces habían dejado, la forma de vida que cada uno de ellos tenía antes de seguirle en su caminar, tuviera sentido: se desprendieron de intereses personales en busca de su propia espiritualidad, y Jesús les mostró de esta forma que todo lo que les había enseñado era cierto. Creo que Jesús tenía, como todo ser humano, límites corporales, pero creo que después de haber pasado por la crucifixión, Jesús llegó a una vida de plenitud, en la que pudo tener contacto con lo más profundo de sí mismo, y con Dios, También creo que los apóstoles vieron lo que ellos quisieron ver, como contraparte a lo que dije anteriormente, creo que su fe les permitió ver nuevamente a su Maestro, de lo contrario, todas las experiencias que habían compartido con él, habrían sido en vano, creo que ellos necesitaban para su “historia” un final diferente, no podía quedarse en la crucifixión, no como una pérdida sino más bien como una ganancia, lo que ahora venía era lo más importante de su convivencia con Jesús, tenía que haber algo más, algo de lo que Jesús les había hablado en sus recorridos y en sus reuniones, Creo que este hecho importante en nuestra fe, marcó el horizonte para aquellos seguidores de Jesús, que a través de sus narraciones, nos habrían de exponer lo que ellos vieron, creyeron, supieron, escucharon, pero con el corazón y con fe, más que con los ojos mismos.
Yo por ejemplo, no necesito ver a Jesús para creer en él. Yo lo llevo dentro de mi corazón y cuando siento amor por mi familia, por mi pareja, por mis amigos, por la humanidad; cuando disfruto un anochecer, atardecer, ver la luna o sentir incluso el intenso calor y la lluvia, es cuando puedo decirme a mí misma: Dios está en mí, Dios está conmigo, Dios Es y gracias a que siento a Jesús dentro de mí puedo sentir y vibrar todo esto, ya que siento una gran alegría.
Por ello creo que no se trata de una resurrección corporal sino virtual (esta es mi forma de darle nombre a lo que no se puede comprobar) y espiritual.
¿O creer en el que vive?
La Iglesia ha basado nuestra fe en la Resurrección de Jesús, a través de los Evangelios, a través de la desaparición del cuerpo, a través del sepulcro vacío y de las apariciones de Jesús a los Apóstoles. Se nos ha enseñado que si somos cristianos, debemos creer en esta Resurrección de Jesús de entre los muertos, porque de lo contrario, es decir, si no lo creemos, no somos cristianos, no tenemos fe. El Credo nos dice además, que resucitó al tercer día, y que subió al Cielo. Ya hemos hablado del Cielo en capítulos anteriores. Por eso creo que al creyente moderno, al que está buscando la Verdad, le resulta confuso seguir rezando este Credo. Ahora bien, las palabras: resurrección y tercer día creo que son más bien -como mucho de lo que nos dice la Sagrada Escritura- simbolismos.
Lo que yo creo es que Jesús solamente cambió su estado después de haber sido crucificado en la Cruz, creo que el siguiente paso fue mostrarse ante sus seguidores nuevamente, para que conservaran la fe en sus ejemplos y en sus enseñanzas, para que lo que hasta entonces habían dejado, la forma de vida que cada uno de ellos tenía antes de seguirle en su caminar, tuviera sentido: se desprendieron de intereses personales en busca de su propia espiritualidad, y Jesús les mostró de esta forma que todo lo que les había enseñado era cierto. Creo que Jesús tenía, como todo ser humano, límites corporales, pero creo que después de haber pasado por la crucifixión, Jesús llegó a una vida de plenitud, en la que pudo tener contacto con lo más profundo de sí mismo, y con Dios, También creo que los apóstoles vieron lo que ellos quisieron ver, como contraparte a lo que dije anteriormente, creo que su fe les permitió ver nuevamente a su Maestro, de lo contrario, todas las experiencias que habían compartido con él, habrían sido en vano, creo que ellos necesitaban para su “historia” un final diferente, no podía quedarse en la crucifixión, no como una pérdida sino más bien como una ganancia, lo que ahora venía era lo más importante de su convivencia con Jesús, tenía que haber algo más, algo de lo que Jesús les había hablado en sus recorridos y en sus reuniones, Creo que este hecho importante en nuestra fe, marcó el horizonte para aquellos seguidores de Jesús, que a través de sus narraciones, nos habrían de exponer lo que ellos vieron, creyeron, supieron, escucharon, pero con el corazón y con fe, más que con los ojos mismos.
Yo por ejemplo, no necesito ver a Jesús para creer en él. Yo lo llevo dentro de mi corazón y cuando siento amor por mi familia, por mi pareja, por mis amigos, por la humanidad; cuando disfruto un anochecer, atardecer, ver la luna o sentir incluso el intenso calor y la lluvia, es cuando puedo decirme a mí misma: Dios está en mí, Dios está conmigo, Dios Es y gracias a que siento a Jesús dentro de mí puedo sentir y vibrar todo esto, ya que siento una gran alegría.
Por ello creo que no se trata de una resurrección corporal sino virtual (esta es mi forma de darle nombre a lo que no se puede comprobar) y espiritual.
ENCARNACIÓN
(Un nuevo sentido)
Roger Lenaers, S.J.
Si hay algo que con todo derecho puede llamarse buena nueva, es que el misterio original y fundamento de todas las cosas se manifiesta en Jesús como Dios-con-nosotros. Y no como Dios-con- Israel como lo había hecho antes. Y que también este misterio empuja hacia el bien y la salvación a toda la humanidad y su evolución, y no sólo a un pueblo determinado. Que ese misterio se da a conocer en Jesús como un amor, y que éste no es un sentimiento cualquiera, sino una acción creadora. Que quien decide seguir a Jesús, encuentra con seguridad su salvación.
Éste es el mensaje, tal como estaba desde el comienzo. Para los cristianos, se trata fundamentalmente de una confesión de fe en el amor de Dios, sin condiciones, y del papel decisivo que tiene Jesús en nuestro encuentro con ese amor.
Si queremos seguir hablando de la encarnación de Dios, podemos hacerlo, pero de una manera diferente a la de antes. En los procesos de desarrollo del cosmos se está configurando progresivamente un milagro originario, inimaginable y creador, desde la explosión originaria hasta el ser humano actual. Continuando con esta forma de ver las cosas, la teología actual postula que nuestro encuentro con Jesús de Nazaret nos lleva a afirmar, aún más firmemente, que la palabra amor es la mejor manera de nombrar -en nuestro lenguaje humano- la esencia de ese misterio originario. En este enfoque aparece el cosmos todo entero como la gran palabra que expresa este amor.
Podemos decir que es Dios mismo el que quiere tomar forma en el ser humano y expresarse en él. De este modo también llegamos a la encarnación de Dios, sólo que en un sentido distinto del que teníamos antes. Pues allí la encarnación se realizaba por la ejecución de un plan divino en un día determinado de la historia humana y sólo en un miembro de la comunidad. La teología actual, por el contrario, ve que el misterio sagrado originario está todo el tiempo en un proceso de realización corporal en el cosmos y en el ser humano.
No lo hace agregando el fenómeno biológico de la carne a su misterio insondable, como desde fuera, sino de manera tal que su ser misterioso toma forma progresivamente desde adentro en todo ser humano.
Superación y no superación de Navidad
¿Qué queda entonces de la Navidad? Queda lo esencial, esto es, el nacimiento de Jesús de Nazaret como inicio de la fase decisiva en el camino de la humanidad hacia su plenitud, y por lo tanto, como paso decisivo en la encarnación de Dios. Pero no podemos seguir cantando esta buena nueva como lo hizo la Iglesia antes: Dios y hombre, infinitud y humildad, eternidad y tiempo, omnipotencia e impotencia, rey y niño, palacio y pesebre, tinieblas y luz, y otros muchos. No podemos hacer lo mismo que la Edad Media y su herencia espiritual hicieron con los cantos de Navidad. Éstos eran a menudo perlas musicales, pero, con la misma frecuencia, también eran verdaderos abortos teológicos. La mayoría de las veces se quedan en la compasión y la
ternura junto a un bebé en su pesebre frío de invierno, mientras que la verdadera razón para festejar la Navidad es el nacimiento de ese
hombre admirable que debe llevar a su plenitud el plan divino de
la encarnación del cosmos.
San Francisco de Asís tuvo una ocurrencia exitosa con su primer pesebre en el pueblito de Greccio, pues su ejemplo ha inspirado a millones de imitadores. Pero, cuando se trata de honrar la memoria de un hombre famoso –un presidente, el fundador o libertador de un país, el fundador de un instituto- ¿se ponen fotos suyas como bebé en afiches y escaparates en su día de aniversario?
Por otra parte, ni siquiera sabemos en qué día ni en que año nació Jesús. El origen del 25 de diciembre es la «fiesta del Sol Invicto», que comenzó a celebrarse en la Roma todavía pagana sólo desde el año 275. Y su éxito se debe a la fiesta germánica e igualmente pagana del cambio del sol de invierno. Por lo demás, es muy probable que Jesús no nació en un establo en Belén, sino en la casa de sus padres en Nazaret. Belén no es más que el código que
indica que se cree en su dignidad mesiánica.
Todo esto no hace más que aumentar el escepticismo frente al falso culto de Navidad y a su romanticismo invernal. Por lo demás, en las últimas décadas, debido a la irritante explosión comercial, la fiesta se ha vuelto una vergüenza
y un desprestigio del acontecimiento que se recuerda.
- - - - - - -
UNA VERSIÓN NUEVA DEL PENSAMIENTO CRISTIANO DE LA ENCARNACIÓN: DIOS SE ENCARNA COMO SINFONÍA CÓSMICA.
Willigis Jäger
Willigis Jäger es benedictino, maestro zen y fundador de un centro de espiritualidad en la abadía benedictina de Würzburg, Alemania.
“Para mí no hay nada que no sea hijo de Dios” “Lo especial de Jesús radica en su experiencia de unidad con aquello a lo que llamó Padre”.
Jesús, él mismo es su mensaje.
“Igual que en Jesús, esta vida divina se ha encarnado en cada uno de nosotros. Lo que llamamos persona es una falsa persona”.
No hay dualismo entre la Realidad primera y el mundo, porque el mundo es la epifanía de Dios.
“En la mística no existe nacer ni morir, tan solo existe la continuidad de la Realidad Una”. “Para la mística, resurrección significa precisamente no la permanencia del ego, sino el desprendimiento de éste hacia su fusión con la Realidad primera, con Dios… la resurrección en la unidad transpersonal con Dios
El mundo no es otra cosa que la manifestación de Dios
“Mística y unión con la naturaleza son dos caras de la misma moneda”. “La conciencia cósmica es el nivel de la mística”
El ego solamente es “un centro de organización para la estructura personal de cada individuo por eso se da el “miedo del yo a perder el control en el espacio interpersonal”.
El amor, la apertura, es el principio de la evolución y autotrascendencia
La evolución aún no ha llegado a su punto final. El ser humano se encuentra en el umbral del siguiente nivel de consciencia. Se está desarrollando una “Psicología transpersonal” (espacio prepersonal, personal, transpersonal).
“Igual que el arco iris abre, como un abanico, el espectro de la única luz, la conciencia divina se despliega en la pluralidad de las diferentes formas de consciencia”. “En el fondo no se trata de otra cosa sino de nuestra plenitud como seres humanos”.
Dios se encarna en el cosmos. Este y sus encarnaciones están inseparablemente unidos. El no está en su encarnación , sino que se manifiesta COMO ENCARNACIÓN. En el árbol se rebela como árbol, en el animal como animal, en el ser humano como ser humano y en el ángel como ángel. Estos no son pues, seres a cuyo lado existe un Dios que se introduce, por así decir, en ellos sino que es cada uno de estos seres, y al mismo tiempo, no lo es, puesto que jamás se agota en uno de ellos, ya que siempre es también todos los demás.
Precisamente en esto radica la experiencia de la persona mística: cae en la cuenta de que el cosmos es la manifestación llena de sentido de Dios. En cambio, algunas personas se comportan frente al cosmos como analfabetos frente a un poema: contemplan los diferentes signos y palabras que lo componen, pero son incapaces de entender el sentido que da forma al poema.
¿Podríamos decir entonces que si el cosmos es la manifestación de Dios, habrá que pensar que la Biblia quedará obsoleta como testimonio singular de esta manifestación?
En realidad no tiene importancia el contenido de las escrituras sagradas, ya se trate de la Biblia, del Corán o de las Upanishad, sino su carácter salvífico, y éste va mucho más allá de la dimensión meramente histórica. Si predomina el interés por la interpretación histórica se pierde carácter salvífico.
El Nuevo Testamento no consiste solamente en los Evangelios, pues en él han participado muchos autores y cada uno de ellos ha introducido en las escrituras sus propios conocimientos y declaraciones de salvación. Estas declaraciones son lo decisivo, independientemente de que provengan de Pablo o del autor del Evangelio de Juan. La revelación se basa en la experiencia mística de Dios, y solamente después, es vertida en palabras.
Las escrituras sagradas son interpretaciones de la experiencia de unidad mística. El Evangelio de Juan y el Evangelio apócrifo de Tomás son tan importantes como el Evangelio de Lucas. De ellos se desprende la diversidad de la fe cristiana antes de que fuera encorsetada en un sistema.
La fiesta de la Inmaculada Concepción
Las personas con formación científica reaccionan ante esta celebración, hay quien se ha machado de iglesia debido a este dogma.
Cualquiera que sea el significado de esta fiesta para los demás, creo que la Inmaculada Concepción es la celebración de nuestro propio ser divino. No se trata aquí de María, todos hemos sido concebidos inmaculados.
En esta fiesta lo que realmente celebramos es nuestra propia concepción inmaculada de Dios. Dice Eckhart Tolle:
“Todos procedemos de Dios… El Padre me engendra a mí como su hijo, me engendra a mí como si yo fuera El, y a sí como si fuera yo, y a mí mismo como su ser y su naturaleza. Por eso el Padre celestial es de veras mi Padre, porque soy su hijo y tengo de El todo cuanto poseo, y soy el mismo hijo y no otro.”
La inmaculada concepción significa que nuestra naturaleza más honda es divina. El principio divino primario se ha creado la forma humana como Jesús, como María y también como mi forma. Se ha delimitado en esta forma y en todas y cada una de las formas, ya sea física, psíquica o mental. Este puro rpincipio primario divino, al que llamamos Dios, VIVE COMO TODAS ESTAS FORMAS. No puede mancharse, y rsplandece incluso en el sufrimiento y en los fallos. Caer en la cuenta de esta naturaleza verdadera significa serenidad, alegría, dicha.
Allí puedo estar seguro de que nada me puede ocurrir en esta vida. Allí no alcanza ni la crítica, ni la alabanza, ni la vergüenza, ni la desgracia. Todo egocentrismo mezquino ha desaparecido y un amor grandísimo me invade. Suena a sentimentalismo, pero se trata de la verdadera vida.
No es una coincidencia que justamente el mismo día que se celebra en la Iglesia católica la Inmaculada Concepción, los budistas celebren la iluminación de Shakyamuni Buda. También de él se cuenta que fue concebido de manera virginal por su madre y que también le alumbró virginalmente. La experiencia que hizo en aquel día cuando el lucero brillaba en el firmamento fue exactamente la misma: “Todo desde el principio es encarnación de la naturaleza esencial”. Esto no significa otra cosa que “todos los seres son manifestación del principio originario que en Occidente denominados DIOS. Podría traducirse así: todos los seres han sido concebidos de forma inmaculada. En nuestro bautizo se nos confirmó este principio divino. Como sonó una voz sobre Jesús, diciendo: “Este es mi hijo amado”, así también esta voz suena sobre todo niño que es bautizado, este es mi hijo amado, esta es mi hija amada. Es la confirmación de ser hijos de Dios , de que nuestro origen es divino, de que somos concebidos inmaculados, de que Dios en verdad es nuestro Padre.
El Bautizo no nos ha traído nada nuevo, únicamente da fe de nuestra esencia divina. En términos cristianos diríamos: somos vida divina que vive esta experiencia humana. Somos vida divina que se ha encarnado, que se ha hecho hombre. En esto consiste el mensaje de la encarnación de Dios en Jesús. Igual que en Jesús, este principio divino se ha hecho ser humano en todos y cada uno de nosotros. Dios se crea a sí mismo en todo momento, se crea en toda criatura. ¡Por qué reducir este mensaje solamente a Jesús y a María?
“Dios no quiere que le adoremos, quiere que le vivamos”
(Un nuevo sentido)
Roger Lenaers, S.J.
Si hay algo que con todo derecho puede llamarse buena nueva, es que el misterio original y fundamento de todas las cosas se manifiesta en Jesús como Dios-con-nosotros. Y no como Dios-con- Israel como lo había hecho antes. Y que también este misterio empuja hacia el bien y la salvación a toda la humanidad y su evolución, y no sólo a un pueblo determinado. Que ese misterio se da a conocer en Jesús como un amor, y que éste no es un sentimiento cualquiera, sino una acción creadora. Que quien decide seguir a Jesús, encuentra con seguridad su salvación.
Éste es el mensaje, tal como estaba desde el comienzo. Para los cristianos, se trata fundamentalmente de una confesión de fe en el amor de Dios, sin condiciones, y del papel decisivo que tiene Jesús en nuestro encuentro con ese amor.
Si queremos seguir hablando de la encarnación de Dios, podemos hacerlo, pero de una manera diferente a la de antes. En los procesos de desarrollo del cosmos se está configurando progresivamente un milagro originario, inimaginable y creador, desde la explosión originaria hasta el ser humano actual. Continuando con esta forma de ver las cosas, la teología actual postula que nuestro encuentro con Jesús de Nazaret nos lleva a afirmar, aún más firmemente, que la palabra amor es la mejor manera de nombrar -en nuestro lenguaje humano- la esencia de ese misterio originario. En este enfoque aparece el cosmos todo entero como la gran palabra que expresa este amor.
Podemos decir que es Dios mismo el que quiere tomar forma en el ser humano y expresarse en él. De este modo también llegamos a la encarnación de Dios, sólo que en un sentido distinto del que teníamos antes. Pues allí la encarnación se realizaba por la ejecución de un plan divino en un día determinado de la historia humana y sólo en un miembro de la comunidad. La teología actual, por el contrario, ve que el misterio sagrado originario está todo el tiempo en un proceso de realización corporal en el cosmos y en el ser humano.
No lo hace agregando el fenómeno biológico de la carne a su misterio insondable, como desde fuera, sino de manera tal que su ser misterioso toma forma progresivamente desde adentro en todo ser humano.
Superación y no superación de Navidad
¿Qué queda entonces de la Navidad? Queda lo esencial, esto es, el nacimiento de Jesús de Nazaret como inicio de la fase decisiva en el camino de la humanidad hacia su plenitud, y por lo tanto, como paso decisivo en la encarnación de Dios. Pero no podemos seguir cantando esta buena nueva como lo hizo la Iglesia antes: Dios y hombre, infinitud y humildad, eternidad y tiempo, omnipotencia e impotencia, rey y niño, palacio y pesebre, tinieblas y luz, y otros muchos. No podemos hacer lo mismo que la Edad Media y su herencia espiritual hicieron con los cantos de Navidad. Éstos eran a menudo perlas musicales, pero, con la misma frecuencia, también eran verdaderos abortos teológicos. La mayoría de las veces se quedan en la compasión y la
ternura junto a un bebé en su pesebre frío de invierno, mientras que la verdadera razón para festejar la Navidad es el nacimiento de ese
hombre admirable que debe llevar a su plenitud el plan divino de
la encarnación del cosmos.
San Francisco de Asís tuvo una ocurrencia exitosa con su primer pesebre en el pueblito de Greccio, pues su ejemplo ha inspirado a millones de imitadores. Pero, cuando se trata de honrar la memoria de un hombre famoso –un presidente, el fundador o libertador de un país, el fundador de un instituto- ¿se ponen fotos suyas como bebé en afiches y escaparates en su día de aniversario?
Por otra parte, ni siquiera sabemos en qué día ni en que año nació Jesús. El origen del 25 de diciembre es la «fiesta del Sol Invicto», que comenzó a celebrarse en la Roma todavía pagana sólo desde el año 275. Y su éxito se debe a la fiesta germánica e igualmente pagana del cambio del sol de invierno. Por lo demás, es muy probable que Jesús no nació en un establo en Belén, sino en la casa de sus padres en Nazaret. Belén no es más que el código que
indica que se cree en su dignidad mesiánica.
Todo esto no hace más que aumentar el escepticismo frente al falso culto de Navidad y a su romanticismo invernal. Por lo demás, en las últimas décadas, debido a la irritante explosión comercial, la fiesta se ha vuelto una vergüenza
y un desprestigio del acontecimiento que se recuerda.
- - - - - - -
UNA VERSIÓN NUEVA DEL PENSAMIENTO CRISTIANO DE LA ENCARNACIÓN: DIOS SE ENCARNA COMO SINFONÍA CÓSMICA.
Willigis Jäger
Willigis Jäger es benedictino, maestro zen y fundador de un centro de espiritualidad en la abadía benedictina de Würzburg, Alemania.
“Para mí no hay nada que no sea hijo de Dios” “Lo especial de Jesús radica en su experiencia de unidad con aquello a lo que llamó Padre”.
Jesús, él mismo es su mensaje.
“Igual que en Jesús, esta vida divina se ha encarnado en cada uno de nosotros. Lo que llamamos persona es una falsa persona”.
No hay dualismo entre la Realidad primera y el mundo, porque el mundo es la epifanía de Dios.
“En la mística no existe nacer ni morir, tan solo existe la continuidad de la Realidad Una”. “Para la mística, resurrección significa precisamente no la permanencia del ego, sino el desprendimiento de éste hacia su fusión con la Realidad primera, con Dios… la resurrección en la unidad transpersonal con Dios
El mundo no es otra cosa que la manifestación de Dios
“Mística y unión con la naturaleza son dos caras de la misma moneda”. “La conciencia cósmica es el nivel de la mística”
El ego solamente es “un centro de organización para la estructura personal de cada individuo por eso se da el “miedo del yo a perder el control en el espacio interpersonal”.
El amor, la apertura, es el principio de la evolución y autotrascendencia
La evolución aún no ha llegado a su punto final. El ser humano se encuentra en el umbral del siguiente nivel de consciencia. Se está desarrollando una “Psicología transpersonal” (espacio prepersonal, personal, transpersonal).
“Igual que el arco iris abre, como un abanico, el espectro de la única luz, la conciencia divina se despliega en la pluralidad de las diferentes formas de consciencia”. “En el fondo no se trata de otra cosa sino de nuestra plenitud como seres humanos”.
Dios se encarna en el cosmos. Este y sus encarnaciones están inseparablemente unidos. El no está en su encarnación , sino que se manifiesta COMO ENCARNACIÓN. En el árbol se rebela como árbol, en el animal como animal, en el ser humano como ser humano y en el ángel como ángel. Estos no son pues, seres a cuyo lado existe un Dios que se introduce, por así decir, en ellos sino que es cada uno de estos seres, y al mismo tiempo, no lo es, puesto que jamás se agota en uno de ellos, ya que siempre es también todos los demás.
Precisamente en esto radica la experiencia de la persona mística: cae en la cuenta de que el cosmos es la manifestación llena de sentido de Dios. En cambio, algunas personas se comportan frente al cosmos como analfabetos frente a un poema: contemplan los diferentes signos y palabras que lo componen, pero son incapaces de entender el sentido que da forma al poema.
¿Podríamos decir entonces que si el cosmos es la manifestación de Dios, habrá que pensar que la Biblia quedará obsoleta como testimonio singular de esta manifestación?
En realidad no tiene importancia el contenido de las escrituras sagradas, ya se trate de la Biblia, del Corán o de las Upanishad, sino su carácter salvífico, y éste va mucho más allá de la dimensión meramente histórica. Si predomina el interés por la interpretación histórica se pierde carácter salvífico.
El Nuevo Testamento no consiste solamente en los Evangelios, pues en él han participado muchos autores y cada uno de ellos ha introducido en las escrituras sus propios conocimientos y declaraciones de salvación. Estas declaraciones son lo decisivo, independientemente de que provengan de Pablo o del autor del Evangelio de Juan. La revelación se basa en la experiencia mística de Dios, y solamente después, es vertida en palabras.
Las escrituras sagradas son interpretaciones de la experiencia de unidad mística. El Evangelio de Juan y el Evangelio apócrifo de Tomás son tan importantes como el Evangelio de Lucas. De ellos se desprende la diversidad de la fe cristiana antes de que fuera encorsetada en un sistema.
La fiesta de la Inmaculada Concepción
Las personas con formación científica reaccionan ante esta celebración, hay quien se ha machado de iglesia debido a este dogma.
Cualquiera que sea el significado de esta fiesta para los demás, creo que la Inmaculada Concepción es la celebración de nuestro propio ser divino. No se trata aquí de María, todos hemos sido concebidos inmaculados.
En esta fiesta lo que realmente celebramos es nuestra propia concepción inmaculada de Dios. Dice Eckhart Tolle:
“Todos procedemos de Dios… El Padre me engendra a mí como su hijo, me engendra a mí como si yo fuera El, y a sí como si fuera yo, y a mí mismo como su ser y su naturaleza. Por eso el Padre celestial es de veras mi Padre, porque soy su hijo y tengo de El todo cuanto poseo, y soy el mismo hijo y no otro.”
La inmaculada concepción significa que nuestra naturaleza más honda es divina. El principio divino primario se ha creado la forma humana como Jesús, como María y también como mi forma. Se ha delimitado en esta forma y en todas y cada una de las formas, ya sea física, psíquica o mental. Este puro rpincipio primario divino, al que llamamos Dios, VIVE COMO TODAS ESTAS FORMAS. No puede mancharse, y rsplandece incluso en el sufrimiento y en los fallos. Caer en la cuenta de esta naturaleza verdadera significa serenidad, alegría, dicha.
Allí puedo estar seguro de que nada me puede ocurrir en esta vida. Allí no alcanza ni la crítica, ni la alabanza, ni la vergüenza, ni la desgracia. Todo egocentrismo mezquino ha desaparecido y un amor grandísimo me invade. Suena a sentimentalismo, pero se trata de la verdadera vida.
No es una coincidencia que justamente el mismo día que se celebra en la Iglesia católica la Inmaculada Concepción, los budistas celebren la iluminación de Shakyamuni Buda. También de él se cuenta que fue concebido de manera virginal por su madre y que también le alumbró virginalmente. La experiencia que hizo en aquel día cuando el lucero brillaba en el firmamento fue exactamente la misma: “Todo desde el principio es encarnación de la naturaleza esencial”. Esto no significa otra cosa que “todos los seres son manifestación del principio originario que en Occidente denominados DIOS. Podría traducirse así: todos los seres han sido concebidos de forma inmaculada. En nuestro bautizo se nos confirmó este principio divino. Como sonó una voz sobre Jesús, diciendo: “Este es mi hijo amado”, así también esta voz suena sobre todo niño que es bautizado, este es mi hijo amado, esta es mi hija amada. Es la confirmación de ser hijos de Dios , de que nuestro origen es divino, de que somos concebidos inmaculados, de que Dios en verdad es nuestro Padre.
El Bautizo no nos ha traído nada nuevo, únicamente da fe de nuestra esencia divina. En términos cristianos diríamos: somos vida divina que vive esta experiencia humana. Somos vida divina que se ha encarnado, que se ha hecho hombre. En esto consiste el mensaje de la encarnación de Dios en Jesús. Igual que en Jesús, este principio divino se ha hecho ser humano en todos y cada uno de nosotros. Dios se crea a sí mismo en todo momento, se crea en toda criatura. ¡Por qué reducir este mensaje solamente a Jesús y a María?
“Dios no quiere que le adoremos, quiere que le vivamos”
Cap. 11: ¿Creer que Jesús resucitó? o ¿creer en el que vive?
Creo que muchos de nosotros hemos notado las incongruencias de algunos de los que se asumen como cristianos. Este capítulo me ayuda a entender lo que sucede. Una actitud solamente racional no te lleva a una transformación existencial, no te involucra desde dentro, dice Leaners "creer en alguien, es un proceso dinámico que sube desde nuestras profundidades y supone estar involucrado, e incluye compromiso, entrega y adhesión. Se supera así el plano de los puramente racional integrando la esfera de la vida y del corazón. Esta fe no puede tener a una persona como objeto. Podemos creer en un mundo justo, sin afirmar que él existe, sino que es digno de que uno se involcre y comprometa por él, enfantizando que uno está dispuesto a hacerlo".
Cuando leí el título de este capítulo sentí una atracción especial, apensa lo inicio y me doy cuenta de la invitación al gran cambio, confieso sentir miedo, me doy cuenta del compromiso y responsabilidad aunque también veo la oportunidad y me inunda una sensación, una especie de alegría y esperanza.
Apariciones y ensayo de explicación, suena muy interesante, algo que se experimenta internamente y se proyecta, siento que ésta manera de ver la resurrección se acerca mas a una visión de Desarrollo Humano, es un proceso interior lleno de experiencias, vivencias, valores que se proyectan al exterior, de ahí la importancia de conocernos mas y de optar por cosas, situaciones, personas que nos construyan. Los discípulos después de la muerte de Jesús tuvieron una experiencia muy especial, la certeza de que Jesús vivía y aun con mayor intensidad y plenitud que nunca, dice Leaners "Esta experiencia los hizo conscientes de que la muerte de Jesús no marcaba el final de su expectativa mesiánica, y que en él se había cumplido lo que dice la Sagrada Escritura en todos los tonos: que Dios es un Dios de la vida, que mantiene su fidelidad de una manera divina a quien se le entrega..." se trata de una experiencia interior de plenitud de vida de Jesús que se llegaba a proyectar hacia afuera.
En 1 Cor. 14, Pablo dice que "Jesús se ha dejado ver", para Leaners y otros estudiosos, "ver" es la experiencia sensible más espiritual, como intuir o mostrar visión. Este comentario me hace pensar en la importancia de un Desarrolo Espiritual. Lo que los discípulos experimentaron no corresponde a un nivel lógico o material, estamos hablando de otro nivel de conciencia en donde los procesos intuitivos son mas importantes, supongo que muchos al escuchar a los discípulos les llamaría la atención su comportamiento o expresión, pero muy probablemente no podían captar la realidad profunda de la experiencia y por ello la adaptaron a su nivel de conciencia, a un nivel que corresponde a una materialización de los hechos y así el mensaje se fue apartando cada vez más de la realidad que pretendía comunicar.
Se dice que los fruots del espíritu de Dios son experiencias como una paz interior, luz, alegría, esperanza, coraje de vivir, nuevo nacimiento, yo me pregunto ¿qué tanto en ésta sociedad moderna podemos decir que se viven estas experiencias? ¿por qué la drogadicción sigue en aumento? ¿acaso en las familias se viven ambientes de paz y amor? ¿en México vivimos con esperanza? ¿por qué si somos un pueblo en su mayoría católico no tenemos un espíritu de vida?. Definitivamente algo no camina bien.
Muchas son las acciones que hay que emprender, por mi parte creo en un Desarrollo Humano Transpersonal, pasar por la muerte (del ego) para llegar a la VIDA. Y tomo lo que dice Leaners, "creerle a Dios evoca una actitud de comunicación con un ser personal en quien uno se confía y cuya cercanía o presecia le da sentido a la propia vida".
Amalia Salinas
Cuando leí el título de este capítulo sentí una atracción especial, apensa lo inicio y me doy cuenta de la invitación al gran cambio, confieso sentir miedo, me doy cuenta del compromiso y responsabilidad aunque también veo la oportunidad y me inunda una sensación, una especie de alegría y esperanza.
Apariciones y ensayo de explicación, suena muy interesante, algo que se experimenta internamente y se proyecta, siento que ésta manera de ver la resurrección se acerca mas a una visión de Desarrollo Humano, es un proceso interior lleno de experiencias, vivencias, valores que se proyectan al exterior, de ahí la importancia de conocernos mas y de optar por cosas, situaciones, personas que nos construyan. Los discípulos después de la muerte de Jesús tuvieron una experiencia muy especial, la certeza de que Jesús vivía y aun con mayor intensidad y plenitud que nunca, dice Leaners "Esta experiencia los hizo conscientes de que la muerte de Jesús no marcaba el final de su expectativa mesiánica, y que en él se había cumplido lo que dice la Sagrada Escritura en todos los tonos: que Dios es un Dios de la vida, que mantiene su fidelidad de una manera divina a quien se le entrega..." se trata de una experiencia interior de plenitud de vida de Jesús que se llegaba a proyectar hacia afuera.
En 1 Cor. 14, Pablo dice que "Jesús se ha dejado ver", para Leaners y otros estudiosos, "ver" es la experiencia sensible más espiritual, como intuir o mostrar visión. Este comentario me hace pensar en la importancia de un Desarrolo Espiritual. Lo que los discípulos experimentaron no corresponde a un nivel lógico o material, estamos hablando de otro nivel de conciencia en donde los procesos intuitivos son mas importantes, supongo que muchos al escuchar a los discípulos les llamaría la atención su comportamiento o expresión, pero muy probablemente no podían captar la realidad profunda de la experiencia y por ello la adaptaron a su nivel de conciencia, a un nivel que corresponde a una materialización de los hechos y así el mensaje se fue apartando cada vez más de la realidad que pretendía comunicar.
Se dice que los fruots del espíritu de Dios son experiencias como una paz interior, luz, alegría, esperanza, coraje de vivir, nuevo nacimiento, yo me pregunto ¿qué tanto en ésta sociedad moderna podemos decir que se viven estas experiencias? ¿por qué la drogadicción sigue en aumento? ¿acaso en las familias se viven ambientes de paz y amor? ¿en México vivimos con esperanza? ¿por qué si somos un pueblo en su mayoría católico no tenemos un espíritu de vida?. Definitivamente algo no camina bien.
Muchas son las acciones que hay que emprender, por mi parte creo en un Desarrollo Humano Transpersonal, pasar por la muerte (del ego) para llegar a la VIDA. Y tomo lo que dice Leaners, "creerle a Dios evoca una actitud de comunicación con un ser personal en quien uno se confía y cuya cercanía o presecia le da sentido a la propia vida".
Amalia Salinas
jueves, 12 de noviembre de 2009
APORTACIÒN DE GUSTAVO GÓMEZ
Una pirámide invertida
La «Santísima Virgen y Madre de Dios María»
Como inicio quisiera resaltar que las presentes reflexiones las plasmo en papel una vez comentadas en forma verbal ante mis compañeros en la sesión del día 09 de noviembre de 2009, y por tanto han sido enriquecidas con sus valiosos comentarios y participaciones, mismos que incluyo en diferentes ocasiones a lo largo de los siguientes párrafos.
El tema a revisión y análisis, conlleva en sí mismo revisar el lugar que a lo largo de la historia en los últimos dos mil años se le ha dado a la mujer en el ámbito de la Fe, de la Religión y en sí mismo, dentro de la iglesia.
Uno de los aspectos que me viene a la cabeza al leer el capítulo 10 del Libro de Lenaers, es cómo a lo largo de la historia de la Iglesia, ésta no ha sabido qué hacer con la presencia de la mujer, y pareciera que ha querido alejarla, olvidarla, ignorarla, vejarla, pisotearla, etc., etc., etc., y relegarla finalmente a una sola misión en la vida, que es la procreación de la especie.
Que acción tan corta, miope, baja y ruin de la Iglesia para con la mujer, para con un poco más de la mitad de la población que existe sobre este planeta. Pareciera que gritan a voz sonora, “la religión es para los hombres”, las mujeres no importan.
Una explicación racional no la encuentro, ya que de racional no tiene nada esta actitud tan mezquina de la Iglesia.
Los dogmas, mitos y ritos de la Iglesia están llenos de contradicciones, y para muestra basta solo un botón.
No obstante que uno de los sacramentos de la Iglesia es el matrimonio, y por tanto está consagrado por DIOS, tiempo después y una vez consumada la vida marital, viene felizmente el nacimiento de un bebé, por lo que poco tiempo después lo llevamos a bautizar, y lo primero que nos dice el cura es que le vamos a quitar el pecado original.
Quién los entiende, primero te dan los sacramentos desde el bautizo, confirmación, primera comunión, confirmación y matrimonio, y por tanto ya puedes tener vida marital y realizar la procreación con la bendición de DIOS. Pero resulta que vives en el pecado, porque el producto del amor de la pareja debe de lavarse en el bautismo y retirarle el pecado original. ¡Qué absurdo!
Por otro lado, quisiera entender la actitud de la iglesia, visto desde afuera hacia adentro de la misma.
Algunas reflexiones estrictamente personales me animan a señalar que estas actitudes no son el resultado de diversos análisis de conciencia hacia el interior de la iglesia, sino más bien son el triste reflejo de lo que al interior de la misma acontece.
¿Qué acontece al interior de la misma?, pues tenemos a una iglesia encerrada en sí misma, con dogmas, mitos y ritos de hace dos milenios, con lenguajes obtusos, creyéndose los dueños de la palabra de dios, y a la vez los únicos transmisores de la misma, dueños de la verdad, con una incapacidad total para hablar sobre sexualidad, la cual por cierto, es un tema importantísimo en la sociedad actual, y para rematar, con ministros célibes, entre otros.
Como podrían estos personajes con tantas y tantas “virtudes”, darle su verdadero lugar a la mujer a lo largo de la historia. Respuesta: Imposible
Como esperar respuesta a tu iniciativa de diálogo, a tus peticiones, razonamientos y planteamientos razonados y razonables, si para empezar no te escuchan, si son dueños de la verdad y de la palabra de Dios. Es solo un monologo disfrazado de dialogo. El camino es el dialogo, no el enclaustramiento de la palabra y la razón.
Ahora entremos al tema de María tomando en consideración lo ya señalado con anterioridad.
Como esperar que María tenga un lugar digno, y que esté íntimamente ligado a su importancia, si la mujer no tiene prácticamente valor para la curia eclesiástica.
Sin embargo y tal como lo establece Lenaers en el artículo, a María se la ha vivido como el complemento femenino del Dios-Padre, a quien se lo siente masculino, estricto y generador de angustia. Sin duda que esta imagen es una deformación de la verdadera imagen cristiana de Dios y ciertamente eso no viene del espíritu de Dios, sino que es el fruto de una estrechez comprensible y perdonable de la psiquis humana. La huida colectiva de la piedad popular hacia María se decantó pronto en la liturgia, y no sólo en la católica romana.
Asimismo, Lenaers no dice que María pareciera ser tributaria de un elemento estructural de la Iglesia: es decir que ella, desde hace más de 15 siglos está siendo administrada por hombres célibes que tienen una necesidad, al menos inconsciente, de tener un objeto femenino al que venerar. Pero el celibato levanta una barrera frente a la mujer de carne y hueso, no así frente a una que mora en los cielos. La feminidad sublimada que se encontró en la «Virgen María» que vino a colmar ese vacío sin dejar rastros ni sentimientos de culpa. Su veneración podría incluso dar la impresión de estar levantando al alma hacia las alturas santas.
Es así que a lo largo de 15 siglos se venera a María, sin embargo y para variar, coloca la Iglesia a María, muy pero muy lejos de la mujer terrenal, ya que le concede una serie de “atributos”, tales como la madre de dios, concepción virginal de Jesús y la extensión virginal en el parto y post-parto, concepción inmaculada y finalmente su asunción «en cuerpo y alma» a los cielos.
Que mujer puede siquiera acercarse a ser como María, ya que es inalcanzable y sobre todo está muy lejana a cualquier mujer sobre la tierra.
La propuesta de Lenaers al respecto es muy sana, pero sobre todo nos permite ver en María a una mujer terrenal cuya mayor virtud es haber procreado junto con José, al ser mas excepcional que ha pisado la tierra, y como dijera Amalín, que virtudes tendrían los dos como padres y sobre todo que clase de pareja serían para haberle entregado al mundo a este ser humano de excepción.
Tenemos en este punto un filón de oro que tenemos que revisar en un futuro, para al menos darnos una idea sobre la humanidad de María y José como personas y como pareja. En ese entonces ni pensar en Desarrollo Humano u otras herramientas para el crecimiento personal; entonces la pregunta sería, ¿Cómo le hicieron?
¡O es como dice la Iglesia, fue por obra del Espíritu Santo!
Para cerrar mi reflexión, quisiera reafirmar lo señalado en mis comentarios a Capítulos anteriores, el Cristianismo debe de pavimentar el camino de Fé para ir hacia EL.
El Cristianismo debe llenar las aspiraciones del mundo de hoy, para entregarnos libertad, paz, alegría por la vida, amor, plenitud, felicidad, trascendencia, comunicación, sensibilidad, etc; todo aquello que no se encuentra a la vuelta de la esquina, sino todo aquello que solo encontramos en DIOS.
Ya que esto no es así, estamos en el proceso de apertura de nuestro propio camino de Fe en comunidad y lo estamos trazando más recto y con una meta perfectamente definida, la cual puede observarse desde el punto de partida.
¡Y que la Iglesia continúe entregando solo misas los domingos!
La «Santísima Virgen y Madre de Dios María»
Como inicio quisiera resaltar que las presentes reflexiones las plasmo en papel una vez comentadas en forma verbal ante mis compañeros en la sesión del día 09 de noviembre de 2009, y por tanto han sido enriquecidas con sus valiosos comentarios y participaciones, mismos que incluyo en diferentes ocasiones a lo largo de los siguientes párrafos.
El tema a revisión y análisis, conlleva en sí mismo revisar el lugar que a lo largo de la historia en los últimos dos mil años se le ha dado a la mujer en el ámbito de la Fe, de la Religión y en sí mismo, dentro de la iglesia.
Uno de los aspectos que me viene a la cabeza al leer el capítulo 10 del Libro de Lenaers, es cómo a lo largo de la historia de la Iglesia, ésta no ha sabido qué hacer con la presencia de la mujer, y pareciera que ha querido alejarla, olvidarla, ignorarla, vejarla, pisotearla, etc., etc., etc., y relegarla finalmente a una sola misión en la vida, que es la procreación de la especie.
Que acción tan corta, miope, baja y ruin de la Iglesia para con la mujer, para con un poco más de la mitad de la población que existe sobre este planeta. Pareciera que gritan a voz sonora, “la religión es para los hombres”, las mujeres no importan.
Una explicación racional no la encuentro, ya que de racional no tiene nada esta actitud tan mezquina de la Iglesia.
Los dogmas, mitos y ritos de la Iglesia están llenos de contradicciones, y para muestra basta solo un botón.
No obstante que uno de los sacramentos de la Iglesia es el matrimonio, y por tanto está consagrado por DIOS, tiempo después y una vez consumada la vida marital, viene felizmente el nacimiento de un bebé, por lo que poco tiempo después lo llevamos a bautizar, y lo primero que nos dice el cura es que le vamos a quitar el pecado original.
Quién los entiende, primero te dan los sacramentos desde el bautizo, confirmación, primera comunión, confirmación y matrimonio, y por tanto ya puedes tener vida marital y realizar la procreación con la bendición de DIOS. Pero resulta que vives en el pecado, porque el producto del amor de la pareja debe de lavarse en el bautismo y retirarle el pecado original. ¡Qué absurdo!
Por otro lado, quisiera entender la actitud de la iglesia, visto desde afuera hacia adentro de la misma.
Algunas reflexiones estrictamente personales me animan a señalar que estas actitudes no son el resultado de diversos análisis de conciencia hacia el interior de la iglesia, sino más bien son el triste reflejo de lo que al interior de la misma acontece.
¿Qué acontece al interior de la misma?, pues tenemos a una iglesia encerrada en sí misma, con dogmas, mitos y ritos de hace dos milenios, con lenguajes obtusos, creyéndose los dueños de la palabra de dios, y a la vez los únicos transmisores de la misma, dueños de la verdad, con una incapacidad total para hablar sobre sexualidad, la cual por cierto, es un tema importantísimo en la sociedad actual, y para rematar, con ministros célibes, entre otros.
Como podrían estos personajes con tantas y tantas “virtudes”, darle su verdadero lugar a la mujer a lo largo de la historia. Respuesta: Imposible
Como esperar respuesta a tu iniciativa de diálogo, a tus peticiones, razonamientos y planteamientos razonados y razonables, si para empezar no te escuchan, si son dueños de la verdad y de la palabra de Dios. Es solo un monologo disfrazado de dialogo. El camino es el dialogo, no el enclaustramiento de la palabra y la razón.
Ahora entremos al tema de María tomando en consideración lo ya señalado con anterioridad.
Como esperar que María tenga un lugar digno, y que esté íntimamente ligado a su importancia, si la mujer no tiene prácticamente valor para la curia eclesiástica.
Sin embargo y tal como lo establece Lenaers en el artículo, a María se la ha vivido como el complemento femenino del Dios-Padre, a quien se lo siente masculino, estricto y generador de angustia. Sin duda que esta imagen es una deformación de la verdadera imagen cristiana de Dios y ciertamente eso no viene del espíritu de Dios, sino que es el fruto de una estrechez comprensible y perdonable de la psiquis humana. La huida colectiva de la piedad popular hacia María se decantó pronto en la liturgia, y no sólo en la católica romana.
Asimismo, Lenaers no dice que María pareciera ser tributaria de un elemento estructural de la Iglesia: es decir que ella, desde hace más de 15 siglos está siendo administrada por hombres célibes que tienen una necesidad, al menos inconsciente, de tener un objeto femenino al que venerar. Pero el celibato levanta una barrera frente a la mujer de carne y hueso, no así frente a una que mora en los cielos. La feminidad sublimada que se encontró en la «Virgen María» que vino a colmar ese vacío sin dejar rastros ni sentimientos de culpa. Su veneración podría incluso dar la impresión de estar levantando al alma hacia las alturas santas.
Es así que a lo largo de 15 siglos se venera a María, sin embargo y para variar, coloca la Iglesia a María, muy pero muy lejos de la mujer terrenal, ya que le concede una serie de “atributos”, tales como la madre de dios, concepción virginal de Jesús y la extensión virginal en el parto y post-parto, concepción inmaculada y finalmente su asunción «en cuerpo y alma» a los cielos.
Que mujer puede siquiera acercarse a ser como María, ya que es inalcanzable y sobre todo está muy lejana a cualquier mujer sobre la tierra.
La propuesta de Lenaers al respecto es muy sana, pero sobre todo nos permite ver en María a una mujer terrenal cuya mayor virtud es haber procreado junto con José, al ser mas excepcional que ha pisado la tierra, y como dijera Amalín, que virtudes tendrían los dos como padres y sobre todo que clase de pareja serían para haberle entregado al mundo a este ser humano de excepción.
Tenemos en este punto un filón de oro que tenemos que revisar en un futuro, para al menos darnos una idea sobre la humanidad de María y José como personas y como pareja. En ese entonces ni pensar en Desarrollo Humano u otras herramientas para el crecimiento personal; entonces la pregunta sería, ¿Cómo le hicieron?
¡O es como dice la Iglesia, fue por obra del Espíritu Santo!
Para cerrar mi reflexión, quisiera reafirmar lo señalado en mis comentarios a Capítulos anteriores, el Cristianismo debe de pavimentar el camino de Fé para ir hacia EL.
El Cristianismo debe llenar las aspiraciones del mundo de hoy, para entregarnos libertad, paz, alegría por la vida, amor, plenitud, felicidad, trascendencia, comunicación, sensibilidad, etc; todo aquello que no se encuentra a la vuelta de la esquina, sino todo aquello que solo encontramos en DIOS.
Ya que esto no es así, estamos en el proceso de apertura de nuestro propio camino de Fe en comunidad y lo estamos trazando más recto y con una meta perfectamente definida, la cual puede observarse desde el punto de partida.
¡Y que la Iglesia continúe entregando solo misas los domingos!
Etiquetas:
COMENTARIOS AL CAPÍTULO 10
martes, 10 de noviembre de 2009
LAS ÚLTIMAS APORTACIONES DEL OTRO BLOG HASTA EL MARTES 10 DE NOVIEMBRE 2009
martes 10 de noviembre de 2009
APORTACIÒN DE LOURDES ADÀN
Comentarios al capítulo 9. Igual en eternidad, sabiduría y poder....(Controversias trinitarias)Este capítulo me ha parecido un poco flojo en el sentido que lo percibí con poca profundidad para un tema tan fundante de nuestra fe como lo es la Trinidad; yo diría, el tema más propio del cristianismo. Sin embargo, sí me fue posible rescatar algunas ideas novedosas e iluminadoras.Lenaers sintetiza la figura de Jesús diciendo que “es la manera humana como el Dios trascendente se vuelve visible”, idea con la que comulgo totalmente. Partimos siempre de Jesús, como cristianos, para pensar y discernir quién o cómo es Dios y quién o cómo es el hombre.El autor insiste en que la forma teonomista de comprender a Dios nos lleva a pensar en la Encarnación de Jesús y en la trasacendencia de Dios de forma muy distina a la forma heteronomista de hacerlo. Esto habría que matizarlo pues el mismo Lenaers nos dice también que, en esencia, no nos alejamos de la tradición original cristiana.La Encarnación de Jesús deberá entenderse más bien, nos dice Lenaers, como un símbolo del modo como Dios se va encarnando en la humanidad entera, a medida que los seres humanos, en su libertad, van caminando y creciendo en un proceso de humanización que realmente sería un proceso de divinización, porque lo verdaderamente humano, es realmente divino; es decir, en Jesús se nos revela la Buena Noticia de un Dios que está siempre con nosotros; Él es el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, con nosotros todos, y no sólo con un pueblo o con un grupo de elegidos, sino un Dios que se manifiesta lleno de amor para con todo hombre y para con toda cultura; un Dios que no hace distinciones, ni discrimina a nadie, un Dios solidario que se da graciosamente, sólo por amor. Un Dios que se irá encarnando, empezando por Jesús, en todo la humanidad y en todo el cosmos para llevar toda la creación a su punto más alto y culminante, “cuando Dios sea todo en todo”, como nos dijo Pablo de Tarso. Los cristianos, y cualquier persona de buena voluntad, podemos encontrar en Jesús un camino de salvación, entendida ésta como un camino de liberación de nuestros egoismos y miedos, una conquista de nuestra libertad y de plenitud humana, que es el camino que Dios nos ha revelado en Jesús. Esta es nuestra confesión de fe; este es nuestro sentido de vida, y éstos son inconmovibles.Partiendo del milagro creacional originario, y apoyándose en la filosofía y teología procesuales, y en Jesús, podemos asegurar que la palabra que mejor definiría al proceso creacional desde sus inicios hasta su culminación, sería la palabra AMOR. La creación entera, dice Lenaers, nos revela esta palabra: AMOR, no como un sentimiento, sino entendido como vida creadora, como la que promueve y continúa sin cesar, desde dentro de cada ser, la evolución de todo cuanto existe. La Encarnación, para Lenaers, es entonces un proceso interminable de divinización del cosmos y de lo humano. La encarnación de Dios en Jesús, también se realiza en mí, en tí, en todo el género humano. Impresionante y hermosísima realidad. Me pregunto si esta idea sería el equivalente al Cristo cósmico de Tehillard de Chardin.El tercer elemento de la Trinidad, sería el Espíritu Santo que Lenaers define como la fuerza creadora de Dios, con la que quiere llevar a su plenitud a toda la humanidad. La voz griega “pneuma”, que significa soplo de vida, describe la vida que viene de Dios, que es el que Vive. El soplo de vida de la vida, viene de Dios, pertenece a Dios y para un judío no fue nunca una persona igual a Yahvéh, sino la energía vital que pertenece y viene exclusivamente de Dios y que anima a toda criatura. Por cierto no dice Lenaers si el Espíritu de Dios también permea el cosmos entero; aquí, para mí hay un vacío que no entiendo.Lenaers insiste en que volvamos a los doscientos primeros años del cristianismo y nos coloquemos en la fe de esos primeros cristianos, antes de los concilios de Nicea y Constantinopla que acuñaron la idea Trinitaria de tres personas distintas, pero iguales en eternidad, sabiduría y poder...y, dejemos de adorar a tres dioses...como muchos cristianos suelen hacer.Siguiendo la visión del P. Knauer y de la filosofía y psicología actuales, que definen a la persona como un “ser en relación”, debemos entender que Dios es ante todo, relación. Esto significaría que Dios se da, se nos da, comparte su SER con nuestro ser, establece una relación. La Trinidad es una forma de entender a Dios. El Padre comparte su SER con el Hijo (la humanidad entera), las humanos reciben la divinidad del Padre, cada persona en la medida de su recipiente, y crean una relación: entre el Yo divino y el tú humano nace una relación nueva que se está siempre creando y es el Nosotros, único para cada ser humano, y que viene a ser el el amor creador del Espíritu Santo, el Amor, que sólo sabe unir. Entonces la fe en un Dios uno y Trino simboliza la unidad fundamental, la comunión deseada y anhelada por todo ser humano y que será la que nos lleve a la vida en plenitud.Creo que con esta manera de explicar la Trinidad se entiende muy bien el sentido de este simbolismo divino y siento el compromiso de trabajar por la comunión universal, empezando por la comunión en mi pequeña familia y mi pequeña comunidad.Sin embargo y, a pesar de todo lo dicho, el misterio de Dios y de la Trinidad para mí, seguirá siendo un misterio inefable. Realmente considero que el misterio Trinitario sí es la base y el pilar para entender al Dios cristiano; un Dios que se da, un Dios que comparte su divinidad con sus criaturas.Siguiendo a R. Panikkar, la realidad o dimensión divina que designamos con el nombre de origen sánscrito Dyau, que significa día, luz, siempre nos rebasará y solamente haciendo silencio interior y con pureza de corazón seremos capaces de vislumbrar su grandeza y su alcance. Hablar de Dios, dice Panikkar, es hablar de un símbolo, un símbolo que habla por sí mismo y no tiene hermenéutica.Para mí, Dios se presenta siempre bajo la impresión de contradicciones: es luz y oscuridad; es presencia ausente; es palabra silenciosa; es escucha callada; es mi Padre y Madre; es mi Roca; es mi Fortaleza; es mi Cielo; mi Paz, mi Vida.María de Lourdes Acevedo Muñoz15 de octubre de 2009
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 19:03 0 comentarios
lunes 9 de noviembre de 2009
Publicado por Amalia Salinas en 18:30 0 comentarios
viernes 6 de noviembre de 2009
A PROPÓSITO DE LA FIESTA DE MARÍA DE GUADALUPE Y EL CAPÍTULO 10 DE R. LENAERS
APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACHA PROPÓSITO DE MARÍA DE GUADALUPE Y DE NUESTRO CAPÍTULO 10 DEL LIBRO DE R. LENAERS.UNA EXPERIENCIA PERSONALSoy mexicana, en mi familia aprendí desde chica a honrar y a amar a nuestra Madre de Guadalupe, mi hermana menor nació el 12 de diciembre y fue para mis papás un mensaje de predilección por lo que le pusieron por nombre Guadalupe. Mi papá fundó un colegio en la frontera norte con Estados Unidos con el nombre nahuatl de Juan Diego, Cuauhtlatohuac. Hoy mi hermana es Doctora en Historia y yo soy teóloga, ella y yo amamos a nuestra Madre, creemos en el “milagro guadalupano” entendido como el hecho de que como mexicanos sigamos recurriendo a María en los diversos momentos de nuestra vida a pesar de las influencias de diversas sectas que provienen de Estados Unidos que no creen en ella, a pesar de las grandes injusticias que se han promovido por nuestro gobierno y las clases dominantes, a pesar de nuestra falta de testimonio como cristianos, a pesar de una iglesia que no siempre ha comprendido los sufrimientos especialmente de las familias y que no les ha reconocido su derecho a crecer adultamente en su fe, pero no creemos ni en las apariciones ni en Juan Diego, más bien creemos que unas y otro son un símbolo. Juan Diego lo vemos como el símbolo creado no por el pueblo indígena - muchos de ellos no se identifican con él- sino por quien le interesa crear un perfil del creyente sencillo, sufrido, sin conciencia crítica, manipulable, sumiso totalmente a una jerarquía que con frecuencia no le da su lugar a la mujer, a la esposa, a la madre, pero sí pretende que se puede sustituir el rol único de una madre humana con la maternidad de María que responde a otra dimensión.Por otra parte, es importante considerar que lo que celebramos los mexicanos oficialmente, es decir, las apariciones de María al indio Juan Diego, no pasa el rigor histórico. Una tradición piadosa, un relato literario no es prueba de existencia histórica. Un personaje literario no tiene existencia física. Los historiadores sabemos que el relato guadalupano es una MARIOFANIA como hay muchísimas en la historia de la Iglesia. Sólo en España hay unas 22 000 mariofanías, es decir, relatos sobre alguna devoción mariana, por ejemplo la de la Virgen del Pilar, Montserrat, la Macarena, etc. Casi todas se refieren a un hecho milagroso: la Virgen de Guadalupe de Extremadura, España, fue rescatadas por un campesino Juan, que oyó música, vio luces y colores en el campo donde la Virgen estaba enterrada, según la tradición, la imagen de madera fue tallada por San Lucas.Todos los pueblos buscamos tener una identidad que nos distinga de otros. Y qué mejor que ser “pueblo elegido” como Israel de Cristo o México de la Santísima Virgen.El relato de las “apariciones guadalupanas” más antiguo NO es del siglo XVI. Hoy se sabe que es del siglo XVII. Es el NICAN MOPOHUA (l649) escrito en un “nahuatl eclesiástico” que aún no existía en l531. Hay una serie de cuestiones alrededor de esta tradición que presentan problemas que la crítica interna y el rigor histórico plantean.NO SE NIEGA LA EXISTENCIA DEL CULTO GUADALUPANO, DE LA FE DE TODO UN PUEBLO, AL CONTRARIO, ALLI ESTA EL MILAGRO. Pero no hay que confundir el amor a Nuestra Señora de Guadalupe con la existencia física de un vidente. Las apariciones de la Virgen, de Cristo o de algún santo, NO SON DOGMAS DE FE. Canonizar equivocadamente a un personaje literario no es dogma, por lo tanto, no está en cuestión la infalibilidad del Papa.Yo sugeriría que hiciéramos hincapié en EL AMOR DE LOS MEXICANOS PR LA SANTISIMA VIRGEN, EN LO HERMOSO Y PROFUNDO DEL RELATO GUADALUPANO, EN EL MENSAJE DE AMOR QUE EXPRESA, pero que no insistamos, sin prueba auténtica, en la necesidad de apariciones, de una tilma milagrosa pintada por ángeles o por Dios (que no lo es pues tiene varios defectos y ha sido repintada o borrada en partes) y en un vidente físico.JUAN DIEGO ES UN SIMBOLO EN EL RELATO GUADALUPANO DE UN PUEBLO QUE ACEPTA A MARIA COMO SU MADRE.En México urge un proceso evangelizador acorde con la modernidad, creo que todos los beneficios que puede traer a la Iglesia el que se le de su lugar, por lo menos en alguna forma, a los indígenas, NO JUSTIFICA el que se declare que es históricamente cierto algo que NO es, o por lo menos que no existen pruebas para decir que es. A los historiadores les corresponde decirnos, para eso están preparados, (entre éstos hay también sacerdotes connotados) si ese acontecimiento fue histórico y muchos de ellos nos dicen que no hay pruebas que lo confirmen, que están de acuerdo en que Juan Diego ha sido un símbolo y que ha habido ciertamente un MILAGRO GUADALUPANO.De acuerdo con el magisterio de la Iglesia, para que pueda considerarse un hecho como milagro debe ser un acontecimiento exterior, que lo puedan captar los sentidos, que sea histórico, y que quien o quienes lo realizan sean personas históricas, ES DECIR, QUE SE PUEDA PROBAR SU EXISTENCIA HISTORICAMENTE. También es requisito el que a pesar de la existencia histórica de los protagonistas, el hecho no se pueda refutar ni probar por las ciencias humanas, es decir, y que a la vez no constituya un rompimiento de las leyes establecidas por Dios para la existencia del universo, lo cual sería una incongruencia para una persona de fe. Finalmente es un requisito esencial que el contenido del hecho tenga relación directa con el Mensaje Cristiano, que tenga relación con el amor que Dios nos tiene y con su mensaje de salvación.Esto significa que sí hay milagros pero éstos no son los que generalmente hemos creído que son milagros. Los milagros son muy raros y sin embargo vivimos a diario muchos milagros. EL MENSAJE CRISTIANO, LA COMUNIDAD DE FE y LAS CONDUCTAS QUE SE REALIZAN POR AMOR son verdaderos milagros: se registran en la historia, tienen que ver con el mensaje salvífico que Dios nos envía y no se pueden probar ni refutar por las ciencias humanas, obviamente tampoco constituyen una violación a las leyes del universo.EL MILAGRO GUADALUPANO, COMO LA GENERACION DE TODA UNA COMUNIDAD DE FE alrededor de la PALABRA DE DIOS CONTENIDA EN EL MENSAJE CRISTIANO EN EL QUE SE ENMARCA EL MENSAJE DE MARIA, sí es manifiesto y registrado en la realidad sensible, lo constituyen todas las conductas de nuestro pueblo creyente alrededor de la devoción a la Sma. Virgen, en su advocación de Guadalupe, y no se pueden explicar ni refutar por las ciencias humanas, tampoco constituye una violación a las leyes del universo.El MILAGRO GUADALUPANO PUES, CAE DENTRO DE LA CATEGORIA DE MILAGROS QUE LA TEOLOGIA FUNDAMENTAL RECONOCE. Pero la existencia del indio Juan Diego si se le quiere considerar vidente y protagonista de un hecho milagroso, DEBE PRIMERO PODERSE PROBAR.La existencia histórica de un vidente se debe probar pero las apariciones NUNCA SE PODRAN PROBAR pues son eventos espirituales que no se registran en la historia, aún en el caso de considerarse reales. LA IGLESIA NUNCA HA CONSIDERADO LAS APARICIONES COMO DOGMA DE FE, POR LO TANTO QUIEN NO LAS CREE NO PODRA POR TAL MOTIVO SENTIRSE FUERA DE LA FE DE LA IGLESIA.Lo que considero más delicado del hecho de seguir enfatizando el fundamento histórico de toda la tradición guadalupana, es que tales afirmaciones van directamente contra la credibilidad de los decretos que ha hecho la Iglesia en nombre de la fe. La fe no se prueba sino por la fe misma, pero en el caso de los milagros la fe se subordina a la prueba histórica de la existencia de quienes los realizaron. Nuestra fe adulta exige que se respete a las ciencias humanas en aquello que corresponde a ellas y exige también que la iglesia nos informe la verdad.Es más, el hecho mismo de la exigencia de los milagros para poder considerar a una persona santa nos parece algo innecesario sino es que absurdo, ya que la razón de ser de elevar a una persona a los altares es que pueda ser un modelo de vida, que sus virtudes se puedan imitar y no que haya roto las leyes de la naturaleza actuando en forma extraordinaria como es el hecho del “milagro” adjudicado a Juan Diego como último requisito. Tener fe es precisamente creer lo que no vemos, cuando la fe necesita de ver es que NO ES FE. Así que a pesar de los beneficios sociales que pueda traer esta canonización, lo que se perjudica es la base del mensaje cristiano y la fidelidad de la Iglesia como institución a aquello que ella misma ha dicho que constituye el milagro.Por otro lado, el apoyo social que necesitan los indígenas por parte de la Iglesia es principalmente el que les podemos dar a los indígenas vivos, respetándoles su dignidad como mexicanos y como cristianos y promoviendo su crecimiento.Yo creo que la forma en que la Iglesia oficial celebra la fiesta de Sta. María de Guadalupe nos afecta a todos como cristianos, como católicos mexicanos, y posiblemente más a los que son historiadores creyentes o a los que somos teólogos y hemos tomado en serio eso de que la teología tiene hoy más que nunca la tarea de purificar la fe, es decir, ir descubriendo lo que realmente es motivo de fe y lo que no lo es.Como símbolo, como metáfora, como mito, (que no significa que sea mentira) el relato guadalupano puede ser algo y de hecho lo ha sido, providencial para un pueblo al que le faltaba tener algo de qué sentirse orgulloso, pero lo que no estoy de acuerdo, y conmigo muchos estudiosos de la teología, es que la iglesia con su autoridad que ante el pueblo es infalible, diga QUE ES lo que no le corresponde a ella probar y que aquellos a los que sí les corresponde, digan que NO ES o por lo menos que no tienen las pruebas suficientes para decir que es.Creo también que hoy es urgente rescatar la figura de la María, Madre de Dios y Madre nuestra, rescatarla en nuestra vida diaria, con una fe adulta, verla como alguien que a la cabeza de todos, supo aprovechar lo que Jesús ha hecho por todos nosotros e imitarla y amarla como alguien muy cercano a nosotros, digna de tomarse en cuenta en nuestras diarias decisiones por sus ACTITUDES DE VIDA hoy tan requeridas: su fe, su valentía, su disponibilidad a la voluntad de Dios, su libertad, su actitud de servicio, su búsqueda y su cuestionamiento que no se opusieron a su fe, en fin, muchísimas cosas…Pero no decir de ella lo que ella no dijo, aunque sea muy bonito y nos suene muy confortador, lo que ella ha hecho en México lo ha hecho en muchas otras partes, para todos indígenas o españoles, pobres o ricos, morenos o blancos. Ella es nuestra Madre y está interesada en hacernos sentir su amor precisamente cuando sufrimos, cuando nos sentimos solos y no tomados en cuenta, cuando otros nos quieren dominar, ella quiere que descubramos el amor que su Hijo nos tiene, por supuesto que sí, pero precisamente lo quiere hacer a través de nosotros, como destinatarios pero también como instrumentos o mensajeros.A mí, por lo pronto, me gusta pensar como Theilard de Chardin: creo, no por los milagros, sino a pesar de ellos…Cuernavaca, Morelos, diciembre 12 de 2008.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 22:44 0 comentarios
Etiquetas: PARTICIPACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH
APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ C.,
ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACHMI APORTACIÒN AL CAPÌTULO 10Creo que la Mariología, o sea la doctrina de la Iglesia sore Marìa, no fué elaborada por mujeres, sino por varones que no estaban casados, por individuos que no tenían relación alguna con el matrimonio, por personas que han creído que su propio estado célibe es de mayor valor que el matrimonio. Sin embargo María fue una mujer casada y parió un hijo. Pero aceptar eso, tal como lo encontramos en las Escrituras, significaría que María llevó una vida ajena al celibato, incluso contraria a el. De ahí que fué preciso reformar la imagen de María que presenta el Nuevo Testamento. Le quitaron el parto del único hijo que le reconocieron, ella no podía dar a luz como las mujeres traen sus hijos al mundo, pues ello habría dañado su “virginidad en el parto” y consiguientemente su “virginidad perpetua”. Para los que elaboraron esta doctrina, el himen de María no se rompió durante el parto, de lo contrario ella estaría tan dañada y mutilada como las demás mujeres que tienen hijos. Así se le ha privado de algo decisivo como mujer y consiguientemente, como ser humano, así a la madre se le priva de su maternidad creyendo con ello excluirla de la maldición que, según los celibatarios, pesa sobre la maternidad normal de las mujeres normales y que es resultado de la maldición del pecado original. . Pero esta maldición es sólo una fantasía neurótico-sexual.Los celibatarios quisieron pintar una imagen de María que no tuviera nada en común con el retrato de otras mujeres, y ciertamente lo consiguiron, pero con ello desfiguraron un rostro humano hasta hacerlo irreconocible. Es posible que la veneración de una sola mujer pura, frente a todas las otras impuras y en contraste con ellas, pueda servir de ayuda a una existencia celibataria desierta de mujeres, para la que esa ausencia significa con frecuencia una parte de la soledad humana, pero es absolutamente indudable que los celibatarios han causado daños a otras muchas personas con esa pintura. Tal vez haya personas con nostalgia de la imagen de una Reina del cielo, pero es inmensamente mayor el número de las que ansían una persona con formato humano. Cuántos habrían podido encontrar en una representación de María menos milagrosa, pero más verídica, la imagen de una persona verdadera , a éstos se les privó de la posibilidad de tal encuentro al ofrecerles la doctrina de un portento natural incomprensible y, por tanto, carente de significado para la vida real. A causa de ese déficit en la mariología, se imposibilita al cristiano vivir la fe en la medida en que María tiene que ser para él un modelo concreto para su fe. ¿Còmo podrá reconocerse en María una mujer si se canta a María en la letanìa lauretana como la “mater inviolata”? Esto significa que todas las demás madres han sido “violatas” o sea que han padecido violencia.Ya es hora de que en la teología católica la mariología, que ha estado patas para arriba durante demasiado tiempo, vuelva a encontrar su postura natural. Perdió su postura normal porque se convirtió muy pronto en una teología de varones, incluso celibataria. De ese modo, las deformaciones masculinas del mundo y de sus valores ocuparon en la mariología un espacio determinante. La mariología tradicional no merece el nombre de tal ya que se convirtió en una especie de antimariología, pues aunque se proponía exaltar la grandeza y dignidad de una mujer y pintarla con trazos de ciencia teológica tras un fondo dorado, en realidad se ha desfigurado con dedos toscos lo específico de la dinidad femenina, tanto en María como en todas las mujeres.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 19:06 0 comentarios
Etiquetas: COMENTARIOS AL CAPÍTULO 10
APORTACIÓN DE CLAUDIA R. GRANADA DE DUARTE
CAPITULO 10“Una Pirámide invertida” La Santísima Virgen y Madre de Dios María “Como ya les he comentado en varias sesiones que hemos tenido, la forma de ver nuestra religión entre mi hermana y yo es muy muy diferente, y especialmente este capítulo me recuerda mucho su visión porque sus correos y su punto de vista sobre María, madre de Jesús, se eleva de manera tal, a los elevadísimos cielos que más bien parece que habla de una galaxia inalcanzable no solo en tiempo sino también inimaginable en forma y ubicación, que se ha convertido en una especie de burla ya familiar, donde comentamos si hemos sabido algo sobre la esplendorosa, altísima, purisisima, milagrosísima, de mi hermana, porque así firma ella cuando nos manda bendecir por la Virgen María, o la virgen de Medjugorje, o la Virgen de Guadalupe.Como dice Leaners, se le ha dado una veneración casi, (casi ¿¿?), idolátrica a la madre de Jesús, desde la edad Media, que lo único que puedo pensar de esto son dos cosas, sentirme cada vez mas lejos de ella mientras más títulos rimbombantes le ponen o completamente obsoleta y nada actualizada debido a que estoy en el año 2009, escribiendo sobre María en una súper computadora mini Aspire one, que en cuanto acabe este comentario y lo mande al Blog, va a estar en el espacio en una página donde todo el mundo lo puede leer aql mismo tiempo, sobre qué me dice a mí el título de “María madre de Dios”, y es que de “verdad es muy extraño que mientras más la modernidad empuja a la Iglesia hacia posiciones defensivas con mayor fuerza la Iglesia propaga la veneración a María, como ^Mediadora de todas las Gracias^ y ^Co-redentora^.Pero según el tiempo, y la persona en el poder se le agregar o quiten milagros, intercesiones o títulos, que en realidad nada le quita a la hermosa, inteligente, humana, Madre de Jesús, y no son estos titulo terrenales más difíciles de ganártelos cuando en los hechos del comportamiento de Jesús nos hablan verdaderamente de una Mujer completa, comprometida, respetuosa y que su convivencia con Jesús la llevo a crecer más como ser humano en toda la expresión de la palabra??.Para mí que he sido hija, madre, esposa, hermana, amiga, cómplice, alumna, mujer, definitivamente me acerca más a ella conociéndola como una mujer fiel a sí misma, que se dio cuenta, se convirtió y se entrego. Su Grandeza esta en como Amo a Jesús, no es esto más difícil entrando en nuestra humanidad donde nos requiere un compromiso a nuestro hacer a nuestra familia e nuestro mundo.Definitivamente la hago mi compañera de todos los días donde su ejemplo es mi caminar, donde su recuerdo es mi descanso, donde su hacer es mi paz y con quien se que todo se puede si invertimos la pirámide donde la base es el compromiso, la entrega, la verdad, el ejemplo, el aprender, el crecer hacia una vida que trascienda en los demás.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 14:07 0 comentarios
Etiquetas: COMENTARIOS AL CAPÍTULO 10
jueves 22 de octubre de 2009
NUEVAS REFLEXIONES A PROPÓSITO DEL CAPÍTULO 9
"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)Comentarios al capítulo 9. Igual en eternidad, sabiduría y poder....(Controversias trinitarias)Este capítulo me ha parecido un poco flojo en el sentido que lo percibí con poca profundidad para un tema tan fundante de nuestra fe como lo es la Trinidad; yo diría, el tema más propio del cristianismo. Sin embargo, sí me fue posible rescatar algunas ideas novedosas e iluminadoras.Lenaers sintetiza la figura de Jesús diciendo que “es la manera humana como el Dios trascendente se vuelve visible”, idea con la que comulgo totalmente. Partimos siempre de Jesús, como cristianos, para pensar y discernir quién o cómo es Dios y quién o cómo es el hombre.El autor insiste en que la forma teonomista de comprender a Dios nos lleva a pensar en la Encarnación de Jesús y en la trasacendencia de Dios de forma muy distina a la forma heteronomista de hacerlo. Esto habría que matizarlo pues el mismo Lenaers nos dice también que, en esencia, no nos alejamos de la tradición original cristiana.La Encarnación de Jesús deberá entenderse más bien, nos dice Lenaers, como un símbolo del modo en como Dios se va encarnando en la humanidad entera, a medida que los seres humanos, en su libertad, van caminando y creciendo en un proceso de humanización que realmente sería un proceso de divinización, porque lo verdaderamente humano, es realmente divino; es decir, en Jesús se nos revela la Buena Noticia de un Dios que está siempre con nosotros; Él es el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, con nosotros todos, y no sólo con un pueblo o con un grupo de elegidos, sino un Dios que se manifiesta lleno de amor para con todo hombre y para con toda cultura; un Dios que no hace distinciones, ni discrimina a nadie, un Dios solidario que se da graciosamente, sólo por amor. Un Dios que se irá encarnando, empezando por Jesús, en todo la humanidad y en todo el cosmos para llevar toda la creación a su punto más alto y culminante, “cuando Dios sea todo en todo”, como nos dijo Pablo de Tarso. Los cristianos, y cualquier persona de buena voluntad, podemos encontrar en Jesús un camino de salvación, entendida ésta como un camino de liberación de nuestros egoismos y miedos, una conquista de nuestra libertad y de plenitud humana, que es el camino que Dios nos ha revelado en Jesús. Esta es nuestra confesión de fe; este es nuestro sentido de vida, y éstos son inconmovibles.Partiendo del milagro creacional originario, y apoyándose en la filosofía y teología procesuales, y en Jesús, podemos asegurar que la palabra que mejor definiría al proceso creacional desde sus inicios hasta su culminación, sería la palabra AMOR. La creación entera, dice Lenaers, nos revela esta palabra: AMOR, como la que promueve y continúa sin cesar, desde dentro de cada ser, la evolución de todo cuanto existe. La Encarnación, para Lenaers, es entonces un proceso interminable de divinización del cosmos y de lo humano. La encarnación de Jesús es en mí, en tí, en todo el género humano. Impresionante y hermosísima realidad. Me pregunto si esta idea sería el equivalente al Cristo cósmico de Tehillard de Chardin.El tercer elemento de la Trinidad, sería el Espíritu Santo que Lenaers define como la fuerza creadora de Dios, con la que quiere llevar a su plenitud a toda la humanidad. La voz griega “pneuma”, que significa soplo de vida, describe la vida que viene de Dios, que es el que Vive. El soplo de vida de la vida viene de Dios, pertenece a Dios y para un judío no fue nunca una persona igual a Yahvéh, sino la energía vital que pertenece y viene exclusivamente de Dios y que anima a toda criatura. Por cierto no dice Lenaers si el Espíritu de Dios también permea el cosmos entero; aquí, para mí hay un vacío que no entiendo.Lenaers insiste en que volvamos a los doscientos primeros años del cristianismo y nos coloquemos en la fe de esos primeros cristianos, antes de los concilios de Nicea y Constantinopla que acuñaron la idea Trinitaria de tres personas distintas, pero iguales en eternidad, sabiduría y poder...y, dejemos de adorar a tres dioses...como muchos cristianos suelen hacer.Siguiendo la visión del P. Knauer y de la filosofía y psicología actuales, que definen a la persona como un “ser en relación”, debemos entender que Dios es ante todo, relación. Esto significaría que Dios se da, se nos da, comparte sus SER con nuestro ser, establece una relación. La Trinidad es una forma de entender a Dios. El Padre comparte su SER con el Hijo (la humanidad entera), las humanos reciben la divinidad del Padre, cada persona en la medida de su recipiente, y crean una relación: entre el Yo divino y el tú humano nace una relación nueva que se está siempre creando y es el Nosotros, único para cada ser humano, y que viene a ser el el amor creador del Espíritu Santo, el Amor, que sólo sabe unir. Entonces la fe en un Dios uno y Trino simboliza la unidad fundamental, la comunión deseada y ahelada por todo ser humano y que será la que nos lleve a la vida en plenitud. Creo que con esta manera de explicar la Trinidad se entiende muy bien el sentido de este simbolismo divino y siento el compromiso de trabajar por la comunión universal, empezando por la comunión en mi pequeña familia y mi pequeña comunidad.Sin embargo y, a pesar de todo lo dicho, el misterio de Dios y de la Trinidad para mí, seguirá siendo un misterio inefable. Realmente considero que el misterio Trinitario sí es la base y el pilar para entender al Dios cristiano; un Dios que se da, un Dios que comparte su divinidad con sus criaturas. Siguiendo a R. Panikkar, la realidad o dimensión divina que designamos con el nombre de origen sánscrito Dyau, que significa día, luz, siempre nos rebasará y solamente haciendo silencio interior y con pureza de corazón seremos capaces de vislumbrar su grandeza y su alcance. Hablar de Dios, dice Panikkar, es hablar de un símbolo, un símbolo que habla por sí mismo y no tiene hermenéutica.Para mí, Dios se presenta siempre bajo la impresión de contradicciones: es luz y oscuridad; es presencia ausente; es palabra silenciosa; es escucha callada; es mi Padre y Madre; es mi Roca; es mi Fortaleza; es mi Cielo; mi Paz, mi Vida.María de Lourdes Acevedo Muñoz15 de octubre de 2009Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ APORTACIÓN DE LOURDES ADÁNmiércoles 21 de octubre de 2009
A PROPÒSITO DE DAR"
EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)GUSTAVO NOS ENVÍA SUS COMENTARIOS AL DOCUMENTO
Dejar Ir el Miedo de Neale Donald Walsch que les envié el miércoles 22 de octubre:En cuanto al documento: Sencillamente maravilloso, porque aporta mas ideas para pavimentar el nuevo camino de Fé que estamos construyendo en comunidad. En cuanto al documento, concuerdo con lo que precisa el autor del artículo, el dar es un acto posterior al enriquecimiento interior, al descubrimiento del verdadero YO, aquel que sale al encuentro del OTRO. Nadie puede dar aquello que no tiene, y una vez que lo tiene, si no brota, si no se entrega, si no se dá al OTRO, estará empobreciendo su humanidad y estará entregando su vida al vacio existencial. El dar es un acto trascendental, que vá mas allá de un acto simbólico o humanitario, en el dar se manifiesta el acto mas sublime del ser humano y te dirige en linea recta a la UNIDAD con los seres humanos, con el Cosmos y con EL.Sencillamente sublime y monumental, no crees. Un abrazo.Gustavo GómezPublicado por ANA LAURA JIMÉNEZ en 6:57:00 PM 0 comentarios
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH
jueves 15 de octubre de 2009
PARTICIPACIÓN DE VIOLETA ALVAREZ B.
CAPITULO 9IGUAL EN ETERNIDAD, SABIDURIA Y PODER.Violeta Elizabeth Alvarez BarragánEl darme cuenta de cómo maneja la jerarquía las cosas me deja pensando, es bueno estar abierto a nuevas ideologías para ampliar mi criterio.Me pregunto si Dios es Jesús o Jesús es Dios, lo cual me causa confusión, aunque también logro entender que Jesús es la manera humana de cómo el Dios trascendente se vuelve visible. Pero para la teonomía no hay lugar para un Dios que se baja, se hace carne y vuelve a subir así como la encarnación fue una emergencia para resolver un falso problema que viene de la cultura griega.Jesús es amor y no un sentimiento cualquiera sino una acción creadora. El amor es la mejor manera de nombrar este misterio en nuestro mensaje. Es el Dios mismo que toma forma en el ser humano y se expresa en él. La teonomía ve que es un proceso en el cosmos y en el ser humano que viene de adentro.Superación y no superación de la Navidad.La Navidad para mí se ha ido modificando, pues de niña la esperaba por los juguetes, después no le encontraba sentido pues me daba tristeza y ahora la verdadera razón es que en mi corazón nazca cada día Jesús con mi actitud, acciones y estar con las personas que quiero.Pues en realidad no sabemos si en ese día y lugar realmente nació, o se puso ese día porque es la fiesta germánica y el cambio del sol de invierno.Superación y no superación del dogma.Los Concilios cristológicos del siglo IV y V buscaban interpretar la relación de Jesús con Dios, sin embargo en los dos siglos anteriores dejaron de confesar que Jesús es la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Buena Nueva significaba la revelación de la misericordia y la fidelidad de Dios en Jesús.Vuelta a los comienzos.Nada tiene que ver con el pensamiento de Mateo con el de los Padres de la Iglesia en el Concilio de Constantinopla de 381 cuando el dogma trinitario se proclamó. El Padre es el creador, el misericordioso y el hijo es Jesús y el Espíritu Santo es la fuerza con la que Dios ha reunido a la humanidad y la lleva a su plenitud.La Doctrina Trinitaria no es pura palabrería sin contenido pues ha inspirado a muchas personas a vivir como verdaderos cristianos y a abrir su corazón a Dios. Esta doctrina es más un laberinto que un camino que me invita a buscar a Dios.El Espíritu Santo.El Espíritu de Dios se llegó a confesar como una persona divina en el Concilio de Constantinopla. El judío no podía imaginarse que el espíritu es una persona igual a Yahvé. En el año 325 el Concilio de Nicea reconoció a Jesús como Dios-de-Dios, persona junto al Padre-Dios.El credo que conocemos nació en Constantinopla y llegó a ser la confesión de fe a lo largo del siglo VI. La diferencia entre el Credo de Nicea y Constantinopla es que en el de Nicea se le agregó lo del Espíritu Santo. Por otro lado los pneumatómacos que significa luchadores contra el espíritu analizaban en los textos bíblicos como probar que el Espíritu era una criatura del Hijo.Es en pocos momentos en la Iglesia donde se le llama o invoca al Espíritu Santo y cuando se le invoca es para que ilumine la mente en exámenes o tareas. Lo único que se abandona son las representaciones y formulaciones heteronomistas de estas verdades nucleares. En el Concilio de Efeso en 431 se nombró a María, la Madre de Dios.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH
APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH
ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACHMI APORTACIÓN AL CAPÍTULO 9El capítulo 9 nos ha introducido más profundamente que cualquier otro del libro en lo que se ha llamado “el misterio fundante de nuestra fe”, es decir el misterio trinitario, a mí este capítulo me ha parecido apasionante, valiente y purificador de mitos que se habían venido incrustando precisamente en el corazón mismo de nuestra fe. Tuve la fortuna de estudiar aquí en México, la Teología Fundamental con el P. Peter Knauer, S. J., conocido teólogo alemán que durante 27 años fue profesor de esta materia en la Universidad Jesuita de Sankt Georgen, en Frankfurt am Main, Alemania. En el centro de la obra de este teólogo se desarrolla una ontología relacional con la que reemplaza la tradicional ontología de substancia griega. El resultado de este viraje ontológico es una novedosa teología fundamental ecuménica, que permite la reinterpretación de la fe cristiana y de su contenido dogmático. El P. Knauer define la fe como “la comunión con Dios en la comunión entre nosotros”.Knauer cambia el presupuesto filosófico fundamental de una ontología de substancia por una ontología relacional, según la cual, LA RELACIÓN CONSTITUYE LA SUBSTANCIA DE TODO LO CREADO. El universo es, en su propia realidad, «total relación a ... / en total distinción de ...». ¿A qué somos relacionados? A una realidad que sólo puede definirse diciendo que nada podría existir sin ella. Esta realidad la llamamos «Dios». Dios es «sin quien nada existe». . Sólo hablamos verdaderamente de Dios cuando reconocemos que le debemos todo nuestro ser. Ser creado es como una relación subsistente, es decir, una relación que no se añade a un sujeto, sino que es idéntica con su sujeto y lo constituye.Sin embargo, Knauer nos hace ver que estamos tan condicionados por la ontología griega de substancia que ingresó en el pensamiento teológico cristiano desde el siglo II, que implica mucho trabajo dejarla de lado. Esta dificultad es mayor en cuanto que el precondicionamiento filosófico suele ser inconsciente y, cuando esto es así, también suele ser incuestionable.Para Knauer la fe consiste en el reconocimiento de que estamos acogidos en el amor de Dios, su centro consiste en que Dios se nos da a sí mismo. Su punto de partida es el encuentro con el anuncio cristiano. Este anuncio pide que se le escuche y que se le preste atención porque reclama poder liberar al ser humano del poder de aquella angustia que es la causa de todo mal en el mundo. El comprender la creación como algo totalmente referido a Dios pero totalmente diferente de, nos lleva a una ontología desacostumbrada pero indispensable par entender hoy el anuncio cristiano., no solo hay relaciones accidentes que se agreguen a su sujeto, sino que la REALIDAD CREADA ES, ELLA MISMA, UNA RELACIÓN que constituye el ser del sujeto.El anuncio cristiano pretende ser palabra de Dios y así, relación de Dios con nosotros, esta relación consiste en que desde el principio estamos adentrados en un amor eterno de Dios. Para dar a entender nuestra comunión con Dios, el anuncio cristiano habla de la trinidad de Dios. Dice que el único Dios existe como tres modos de autopresencia diferentes entre sí y diversamente mediadas entre sí, tres modos de relacionarse Dios consigo mismo. La interrelación de estos tres modos de autopresencia de Dios, que llamamos personas, puede describirse así: el Padre es sin origen, una autopresencia originaria de la única realidad de Dios, el Hijo recibe todo lo que es o tiene del Padre y es también autopresencia de la única realidad de Dios, autopresencia que supone la primera, y . el Espíritu Santo que es el amor eterno y mutuo entre el >Padre y el Hijo es una tercera autopresencia de la única realidad e Dios, esta tercera presupone la del Padre y la del Hijo. Porque somos persona, es decir porque somos capacidad de autopresencia, de hacernos presentes a nosotros mismos, de relacionarnos con nosotros mismos, apuntamos también hacia Dios desde esa capacidad.Hablamos de la trinidad de Dios, siempre en forma analógica, “totalmente relacionada a pero totalmente diferente de …”, para poder decir que el mundo, DESDE EL PRIMER MOMENTO DE SU EXISTENCIA, HA SIDO CREADO AL INTERIOR DEL AMOR DEL PADRE AL HIJO, el amor de Dios al mundo es EL AMOR ETERNO DEL PADRE AL HIJO Y NO DEPENDE DE CONDICIONES CREADAS. Precisamente por eso es confiable. El Padre, en nuestra oración, escucha a su propio Hijo. Orar en el nombre de Jesús significa responder a la palabra de Dios, dirigirse a Dios como a aquel de quien sabemos que su amor nos envuelve. La trinidad de Dios se llama un “misterio de fe” en el sentido de que no puede desprenderse del mundo, El mundo por tanto, no es la medida del amor de Dios al mundo, y por eso, este amor tampoco puede ser medido a partir del mundo. El hecho de que estemos adentrados en el amor del Padre al Hijo, que es el Espíritu Santo, necesita ser “AGREGADO” a nuestro mundo, y la verdad de esta palabra sólo puede ser reconocida en la fe, de la que dice el anuncio cristiano que es estar lleno del Espíritu Santo. Por todo lo anterior, el concepto del misterio de fe no tiene nada que ver con dificultades lógicas o contradicciones. Para hablar del misterio de la fe y su desdoblamiento en una serie de dogmas, nos apoyamos en una palabra que quiere darnos certeza interior. Por esto mismo es imposible que un misterio de fe sea algo incomprensible.EN LA FE SE TRATA DE QUE HEMOS SIDO CREADOS AL INTERIOR DEL AMOR DE DIOS A DIOS, esto significa que algo creado no puede ser la medida del amor de Dios, por consiguiente, no podemos hacer nada para alcanzarlo y tampoco podemos hacer nada para evitarlo, tampoco nuestro bienestar es su medida.De todo lo anterior yo deduzco que mi Dios es relacional, que se relaciona consigo mismo, que yo soy porque estoy relacionada a él, que El quiere que yo me relacione con él en forma consciente y que me invita a relacionarme con mis hermanos para descubrir quién soy y quién es El pero en forma experiencial.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 12:34 0 comentarios
APORTACIÒN DE LOURDES ADÀN
Comentarios al capítulo 9. Igual en eternidad, sabiduría y poder....(Controversias trinitarias)Este capítulo me ha parecido un poco flojo en el sentido que lo percibí con poca profundidad para un tema tan fundante de nuestra fe como lo es la Trinidad; yo diría, el tema más propio del cristianismo. Sin embargo, sí me fue posible rescatar algunas ideas novedosas e iluminadoras.Lenaers sintetiza la figura de Jesús diciendo que “es la manera humana como el Dios trascendente se vuelve visible”, idea con la que comulgo totalmente. Partimos siempre de Jesús, como cristianos, para pensar y discernir quién o cómo es Dios y quién o cómo es el hombre.El autor insiste en que la forma teonomista de comprender a Dios nos lleva a pensar en la Encarnación de Jesús y en la trasacendencia de Dios de forma muy distina a la forma heteronomista de hacerlo. Esto habría que matizarlo pues el mismo Lenaers nos dice también que, en esencia, no nos alejamos de la tradición original cristiana.La Encarnación de Jesús deberá entenderse más bien, nos dice Lenaers, como un símbolo del modo como Dios se va encarnando en la humanidad entera, a medida que los seres humanos, en su libertad, van caminando y creciendo en un proceso de humanización que realmente sería un proceso de divinización, porque lo verdaderamente humano, es realmente divino; es decir, en Jesús se nos revela la Buena Noticia de un Dios que está siempre con nosotros; Él es el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, con nosotros todos, y no sólo con un pueblo o con un grupo de elegidos, sino un Dios que se manifiesta lleno de amor para con todo hombre y para con toda cultura; un Dios que no hace distinciones, ni discrimina a nadie, un Dios solidario que se da graciosamente, sólo por amor. Un Dios que se irá encarnando, empezando por Jesús, en todo la humanidad y en todo el cosmos para llevar toda la creación a su punto más alto y culminante, “cuando Dios sea todo en todo”, como nos dijo Pablo de Tarso. Los cristianos, y cualquier persona de buena voluntad, podemos encontrar en Jesús un camino de salvación, entendida ésta como un camino de liberación de nuestros egoismos y miedos, una conquista de nuestra libertad y de plenitud humana, que es el camino que Dios nos ha revelado en Jesús. Esta es nuestra confesión de fe; este es nuestro sentido de vida, y éstos son inconmovibles.Partiendo del milagro creacional originario, y apoyándose en la filosofía y teología procesuales, y en Jesús, podemos asegurar que la palabra que mejor definiría al proceso creacional desde sus inicios hasta su culminación, sería la palabra AMOR. La creación entera, dice Lenaers, nos revela esta palabra: AMOR, no como un sentimiento, sino entendido como vida creadora, como la que promueve y continúa sin cesar, desde dentro de cada ser, la evolución de todo cuanto existe. La Encarnación, para Lenaers, es entonces un proceso interminable de divinización del cosmos y de lo humano. La encarnación de Dios en Jesús, también se realiza en mí, en tí, en todo el género humano. Impresionante y hermosísima realidad. Me pregunto si esta idea sería el equivalente al Cristo cósmico de Tehillard de Chardin.El tercer elemento de la Trinidad, sería el Espíritu Santo que Lenaers define como la fuerza creadora de Dios, con la que quiere llevar a su plenitud a toda la humanidad. La voz griega “pneuma”, que significa soplo de vida, describe la vida que viene de Dios, que es el que Vive. El soplo de vida de la vida, viene de Dios, pertenece a Dios y para un judío no fue nunca una persona igual a Yahvéh, sino la energía vital que pertenece y viene exclusivamente de Dios y que anima a toda criatura. Por cierto no dice Lenaers si el Espíritu de Dios también permea el cosmos entero; aquí, para mí hay un vacío que no entiendo.Lenaers insiste en que volvamos a los doscientos primeros años del cristianismo y nos coloquemos en la fe de esos primeros cristianos, antes de los concilios de Nicea y Constantinopla que acuñaron la idea Trinitaria de tres personas distintas, pero iguales en eternidad, sabiduría y poder...y, dejemos de adorar a tres dioses...como muchos cristianos suelen hacer.Siguiendo la visión del P. Knauer y de la filosofía y psicología actuales, que definen a la persona como un “ser en relación”, debemos entender que Dios es ante todo, relación. Esto significaría que Dios se da, se nos da, comparte su SER con nuestro ser, establece una relación. La Trinidad es una forma de entender a Dios. El Padre comparte su SER con el Hijo (la humanidad entera), las humanos reciben la divinidad del Padre, cada persona en la medida de su recipiente, y crean una relación: entre el Yo divino y el tú humano nace una relación nueva que se está siempre creando y es el Nosotros, único para cada ser humano, y que viene a ser el el amor creador del Espíritu Santo, el Amor, que sólo sabe unir. Entonces la fe en un Dios uno y Trino simboliza la unidad fundamental, la comunión deseada y anhelada por todo ser humano y que será la que nos lleve a la vida en plenitud.Creo que con esta manera de explicar la Trinidad se entiende muy bien el sentido de este simbolismo divino y siento el compromiso de trabajar por la comunión universal, empezando por la comunión en mi pequeña familia y mi pequeña comunidad.Sin embargo y, a pesar de todo lo dicho, el misterio de Dios y de la Trinidad para mí, seguirá siendo un misterio inefable. Realmente considero que el misterio Trinitario sí es la base y el pilar para entender al Dios cristiano; un Dios que se da, un Dios que comparte su divinidad con sus criaturas.Siguiendo a R. Panikkar, la realidad o dimensión divina que designamos con el nombre de origen sánscrito Dyau, que significa día, luz, siempre nos rebasará y solamente haciendo silencio interior y con pureza de corazón seremos capaces de vislumbrar su grandeza y su alcance. Hablar de Dios, dice Panikkar, es hablar de un símbolo, un símbolo que habla por sí mismo y no tiene hermenéutica.Para mí, Dios se presenta siempre bajo la impresión de contradicciones: es luz y oscuridad; es presencia ausente; es palabra silenciosa; es escucha callada; es mi Padre y Madre; es mi Roca; es mi Fortaleza; es mi Cielo; mi Paz, mi Vida.María de Lourdes Acevedo Muñoz15 de octubre de 2009
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 19:03 0 comentarios
lunes 9 de noviembre de 2009
Publicado por Amalia Salinas en 18:30 0 comentarios
viernes 6 de noviembre de 2009
A PROPÓSITO DE LA FIESTA DE MARÍA DE GUADALUPE Y EL CAPÍTULO 10 DE R. LENAERS
APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACHA PROPÓSITO DE MARÍA DE GUADALUPE Y DE NUESTRO CAPÍTULO 10 DEL LIBRO DE R. LENAERS.UNA EXPERIENCIA PERSONALSoy mexicana, en mi familia aprendí desde chica a honrar y a amar a nuestra Madre de Guadalupe, mi hermana menor nació el 12 de diciembre y fue para mis papás un mensaje de predilección por lo que le pusieron por nombre Guadalupe. Mi papá fundó un colegio en la frontera norte con Estados Unidos con el nombre nahuatl de Juan Diego, Cuauhtlatohuac. Hoy mi hermana es Doctora en Historia y yo soy teóloga, ella y yo amamos a nuestra Madre, creemos en el “milagro guadalupano” entendido como el hecho de que como mexicanos sigamos recurriendo a María en los diversos momentos de nuestra vida a pesar de las influencias de diversas sectas que provienen de Estados Unidos que no creen en ella, a pesar de las grandes injusticias que se han promovido por nuestro gobierno y las clases dominantes, a pesar de nuestra falta de testimonio como cristianos, a pesar de una iglesia que no siempre ha comprendido los sufrimientos especialmente de las familias y que no les ha reconocido su derecho a crecer adultamente en su fe, pero no creemos ni en las apariciones ni en Juan Diego, más bien creemos que unas y otro son un símbolo. Juan Diego lo vemos como el símbolo creado no por el pueblo indígena - muchos de ellos no se identifican con él- sino por quien le interesa crear un perfil del creyente sencillo, sufrido, sin conciencia crítica, manipulable, sumiso totalmente a una jerarquía que con frecuencia no le da su lugar a la mujer, a la esposa, a la madre, pero sí pretende que se puede sustituir el rol único de una madre humana con la maternidad de María que responde a otra dimensión.Por otra parte, es importante considerar que lo que celebramos los mexicanos oficialmente, es decir, las apariciones de María al indio Juan Diego, no pasa el rigor histórico. Una tradición piadosa, un relato literario no es prueba de existencia histórica. Un personaje literario no tiene existencia física. Los historiadores sabemos que el relato guadalupano es una MARIOFANIA como hay muchísimas en la historia de la Iglesia. Sólo en España hay unas 22 000 mariofanías, es decir, relatos sobre alguna devoción mariana, por ejemplo la de la Virgen del Pilar, Montserrat, la Macarena, etc. Casi todas se refieren a un hecho milagroso: la Virgen de Guadalupe de Extremadura, España, fue rescatadas por un campesino Juan, que oyó música, vio luces y colores en el campo donde la Virgen estaba enterrada, según la tradición, la imagen de madera fue tallada por San Lucas.Todos los pueblos buscamos tener una identidad que nos distinga de otros. Y qué mejor que ser “pueblo elegido” como Israel de Cristo o México de la Santísima Virgen.El relato de las “apariciones guadalupanas” más antiguo NO es del siglo XVI. Hoy se sabe que es del siglo XVII. Es el NICAN MOPOHUA (l649) escrito en un “nahuatl eclesiástico” que aún no existía en l531. Hay una serie de cuestiones alrededor de esta tradición que presentan problemas que la crítica interna y el rigor histórico plantean.NO SE NIEGA LA EXISTENCIA DEL CULTO GUADALUPANO, DE LA FE DE TODO UN PUEBLO, AL CONTRARIO, ALLI ESTA EL MILAGRO. Pero no hay que confundir el amor a Nuestra Señora de Guadalupe con la existencia física de un vidente. Las apariciones de la Virgen, de Cristo o de algún santo, NO SON DOGMAS DE FE. Canonizar equivocadamente a un personaje literario no es dogma, por lo tanto, no está en cuestión la infalibilidad del Papa.Yo sugeriría que hiciéramos hincapié en EL AMOR DE LOS MEXICANOS PR LA SANTISIMA VIRGEN, EN LO HERMOSO Y PROFUNDO DEL RELATO GUADALUPANO, EN EL MENSAJE DE AMOR QUE EXPRESA, pero que no insistamos, sin prueba auténtica, en la necesidad de apariciones, de una tilma milagrosa pintada por ángeles o por Dios (que no lo es pues tiene varios defectos y ha sido repintada o borrada en partes) y en un vidente físico.JUAN DIEGO ES UN SIMBOLO EN EL RELATO GUADALUPANO DE UN PUEBLO QUE ACEPTA A MARIA COMO SU MADRE.En México urge un proceso evangelizador acorde con la modernidad, creo que todos los beneficios que puede traer a la Iglesia el que se le de su lugar, por lo menos en alguna forma, a los indígenas, NO JUSTIFICA el que se declare que es históricamente cierto algo que NO es, o por lo menos que no existen pruebas para decir que es. A los historiadores les corresponde decirnos, para eso están preparados, (entre éstos hay también sacerdotes connotados) si ese acontecimiento fue histórico y muchos de ellos nos dicen que no hay pruebas que lo confirmen, que están de acuerdo en que Juan Diego ha sido un símbolo y que ha habido ciertamente un MILAGRO GUADALUPANO.De acuerdo con el magisterio de la Iglesia, para que pueda considerarse un hecho como milagro debe ser un acontecimiento exterior, que lo puedan captar los sentidos, que sea histórico, y que quien o quienes lo realizan sean personas históricas, ES DECIR, QUE SE PUEDA PROBAR SU EXISTENCIA HISTORICAMENTE. También es requisito el que a pesar de la existencia histórica de los protagonistas, el hecho no se pueda refutar ni probar por las ciencias humanas, es decir, y que a la vez no constituya un rompimiento de las leyes establecidas por Dios para la existencia del universo, lo cual sería una incongruencia para una persona de fe. Finalmente es un requisito esencial que el contenido del hecho tenga relación directa con el Mensaje Cristiano, que tenga relación con el amor que Dios nos tiene y con su mensaje de salvación.Esto significa que sí hay milagros pero éstos no son los que generalmente hemos creído que son milagros. Los milagros son muy raros y sin embargo vivimos a diario muchos milagros. EL MENSAJE CRISTIANO, LA COMUNIDAD DE FE y LAS CONDUCTAS QUE SE REALIZAN POR AMOR son verdaderos milagros: se registran en la historia, tienen que ver con el mensaje salvífico que Dios nos envía y no se pueden probar ni refutar por las ciencias humanas, obviamente tampoco constituyen una violación a las leyes del universo.EL MILAGRO GUADALUPANO, COMO LA GENERACION DE TODA UNA COMUNIDAD DE FE alrededor de la PALABRA DE DIOS CONTENIDA EN EL MENSAJE CRISTIANO EN EL QUE SE ENMARCA EL MENSAJE DE MARIA, sí es manifiesto y registrado en la realidad sensible, lo constituyen todas las conductas de nuestro pueblo creyente alrededor de la devoción a la Sma. Virgen, en su advocación de Guadalupe, y no se pueden explicar ni refutar por las ciencias humanas, tampoco constituye una violación a las leyes del universo.El MILAGRO GUADALUPANO PUES, CAE DENTRO DE LA CATEGORIA DE MILAGROS QUE LA TEOLOGIA FUNDAMENTAL RECONOCE. Pero la existencia del indio Juan Diego si se le quiere considerar vidente y protagonista de un hecho milagroso, DEBE PRIMERO PODERSE PROBAR.La existencia histórica de un vidente se debe probar pero las apariciones NUNCA SE PODRAN PROBAR pues son eventos espirituales que no se registran en la historia, aún en el caso de considerarse reales. LA IGLESIA NUNCA HA CONSIDERADO LAS APARICIONES COMO DOGMA DE FE, POR LO TANTO QUIEN NO LAS CREE NO PODRA POR TAL MOTIVO SENTIRSE FUERA DE LA FE DE LA IGLESIA.Lo que considero más delicado del hecho de seguir enfatizando el fundamento histórico de toda la tradición guadalupana, es que tales afirmaciones van directamente contra la credibilidad de los decretos que ha hecho la Iglesia en nombre de la fe. La fe no se prueba sino por la fe misma, pero en el caso de los milagros la fe se subordina a la prueba histórica de la existencia de quienes los realizaron. Nuestra fe adulta exige que se respete a las ciencias humanas en aquello que corresponde a ellas y exige también que la iglesia nos informe la verdad.Es más, el hecho mismo de la exigencia de los milagros para poder considerar a una persona santa nos parece algo innecesario sino es que absurdo, ya que la razón de ser de elevar a una persona a los altares es que pueda ser un modelo de vida, que sus virtudes se puedan imitar y no que haya roto las leyes de la naturaleza actuando en forma extraordinaria como es el hecho del “milagro” adjudicado a Juan Diego como último requisito. Tener fe es precisamente creer lo que no vemos, cuando la fe necesita de ver es que NO ES FE. Así que a pesar de los beneficios sociales que pueda traer esta canonización, lo que se perjudica es la base del mensaje cristiano y la fidelidad de la Iglesia como institución a aquello que ella misma ha dicho que constituye el milagro.Por otro lado, el apoyo social que necesitan los indígenas por parte de la Iglesia es principalmente el que les podemos dar a los indígenas vivos, respetándoles su dignidad como mexicanos y como cristianos y promoviendo su crecimiento.Yo creo que la forma en que la Iglesia oficial celebra la fiesta de Sta. María de Guadalupe nos afecta a todos como cristianos, como católicos mexicanos, y posiblemente más a los que son historiadores creyentes o a los que somos teólogos y hemos tomado en serio eso de que la teología tiene hoy más que nunca la tarea de purificar la fe, es decir, ir descubriendo lo que realmente es motivo de fe y lo que no lo es.Como símbolo, como metáfora, como mito, (que no significa que sea mentira) el relato guadalupano puede ser algo y de hecho lo ha sido, providencial para un pueblo al que le faltaba tener algo de qué sentirse orgulloso, pero lo que no estoy de acuerdo, y conmigo muchos estudiosos de la teología, es que la iglesia con su autoridad que ante el pueblo es infalible, diga QUE ES lo que no le corresponde a ella probar y que aquellos a los que sí les corresponde, digan que NO ES o por lo menos que no tienen las pruebas suficientes para decir que es.Creo también que hoy es urgente rescatar la figura de la María, Madre de Dios y Madre nuestra, rescatarla en nuestra vida diaria, con una fe adulta, verla como alguien que a la cabeza de todos, supo aprovechar lo que Jesús ha hecho por todos nosotros e imitarla y amarla como alguien muy cercano a nosotros, digna de tomarse en cuenta en nuestras diarias decisiones por sus ACTITUDES DE VIDA hoy tan requeridas: su fe, su valentía, su disponibilidad a la voluntad de Dios, su libertad, su actitud de servicio, su búsqueda y su cuestionamiento que no se opusieron a su fe, en fin, muchísimas cosas…Pero no decir de ella lo que ella no dijo, aunque sea muy bonito y nos suene muy confortador, lo que ella ha hecho en México lo ha hecho en muchas otras partes, para todos indígenas o españoles, pobres o ricos, morenos o blancos. Ella es nuestra Madre y está interesada en hacernos sentir su amor precisamente cuando sufrimos, cuando nos sentimos solos y no tomados en cuenta, cuando otros nos quieren dominar, ella quiere que descubramos el amor que su Hijo nos tiene, por supuesto que sí, pero precisamente lo quiere hacer a través de nosotros, como destinatarios pero también como instrumentos o mensajeros.A mí, por lo pronto, me gusta pensar como Theilard de Chardin: creo, no por los milagros, sino a pesar de ellos…Cuernavaca, Morelos, diciembre 12 de 2008.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 22:44 0 comentarios
Etiquetas: PARTICIPACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH
APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ C.,
ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACHMI APORTACIÒN AL CAPÌTULO 10Creo que la Mariología, o sea la doctrina de la Iglesia sore Marìa, no fué elaborada por mujeres, sino por varones que no estaban casados, por individuos que no tenían relación alguna con el matrimonio, por personas que han creído que su propio estado célibe es de mayor valor que el matrimonio. Sin embargo María fue una mujer casada y parió un hijo. Pero aceptar eso, tal como lo encontramos en las Escrituras, significaría que María llevó una vida ajena al celibato, incluso contraria a el. De ahí que fué preciso reformar la imagen de María que presenta el Nuevo Testamento. Le quitaron el parto del único hijo que le reconocieron, ella no podía dar a luz como las mujeres traen sus hijos al mundo, pues ello habría dañado su “virginidad en el parto” y consiguientemente su “virginidad perpetua”. Para los que elaboraron esta doctrina, el himen de María no se rompió durante el parto, de lo contrario ella estaría tan dañada y mutilada como las demás mujeres que tienen hijos. Así se le ha privado de algo decisivo como mujer y consiguientemente, como ser humano, así a la madre se le priva de su maternidad creyendo con ello excluirla de la maldición que, según los celibatarios, pesa sobre la maternidad normal de las mujeres normales y que es resultado de la maldición del pecado original. . Pero esta maldición es sólo una fantasía neurótico-sexual.Los celibatarios quisieron pintar una imagen de María que no tuviera nada en común con el retrato de otras mujeres, y ciertamente lo consiguiron, pero con ello desfiguraron un rostro humano hasta hacerlo irreconocible. Es posible que la veneración de una sola mujer pura, frente a todas las otras impuras y en contraste con ellas, pueda servir de ayuda a una existencia celibataria desierta de mujeres, para la que esa ausencia significa con frecuencia una parte de la soledad humana, pero es absolutamente indudable que los celibatarios han causado daños a otras muchas personas con esa pintura. Tal vez haya personas con nostalgia de la imagen de una Reina del cielo, pero es inmensamente mayor el número de las que ansían una persona con formato humano. Cuántos habrían podido encontrar en una representación de María menos milagrosa, pero más verídica, la imagen de una persona verdadera , a éstos se les privó de la posibilidad de tal encuentro al ofrecerles la doctrina de un portento natural incomprensible y, por tanto, carente de significado para la vida real. A causa de ese déficit en la mariología, se imposibilita al cristiano vivir la fe en la medida en que María tiene que ser para él un modelo concreto para su fe. ¿Còmo podrá reconocerse en María una mujer si se canta a María en la letanìa lauretana como la “mater inviolata”? Esto significa que todas las demás madres han sido “violatas” o sea que han padecido violencia.Ya es hora de que en la teología católica la mariología, que ha estado patas para arriba durante demasiado tiempo, vuelva a encontrar su postura natural. Perdió su postura normal porque se convirtió muy pronto en una teología de varones, incluso celibataria. De ese modo, las deformaciones masculinas del mundo y de sus valores ocuparon en la mariología un espacio determinante. La mariología tradicional no merece el nombre de tal ya que se convirtió en una especie de antimariología, pues aunque se proponía exaltar la grandeza y dignidad de una mujer y pintarla con trazos de ciencia teológica tras un fondo dorado, en realidad se ha desfigurado con dedos toscos lo específico de la dinidad femenina, tanto en María como en todas las mujeres.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 19:06 0 comentarios
Etiquetas: COMENTARIOS AL CAPÍTULO 10
APORTACIÓN DE CLAUDIA R. GRANADA DE DUARTE
CAPITULO 10“Una Pirámide invertida” La Santísima Virgen y Madre de Dios María “Como ya les he comentado en varias sesiones que hemos tenido, la forma de ver nuestra religión entre mi hermana y yo es muy muy diferente, y especialmente este capítulo me recuerda mucho su visión porque sus correos y su punto de vista sobre María, madre de Jesús, se eleva de manera tal, a los elevadísimos cielos que más bien parece que habla de una galaxia inalcanzable no solo en tiempo sino también inimaginable en forma y ubicación, que se ha convertido en una especie de burla ya familiar, donde comentamos si hemos sabido algo sobre la esplendorosa, altísima, purisisima, milagrosísima, de mi hermana, porque así firma ella cuando nos manda bendecir por la Virgen María, o la virgen de Medjugorje, o la Virgen de Guadalupe.Como dice Leaners, se le ha dado una veneración casi, (casi ¿¿?), idolátrica a la madre de Jesús, desde la edad Media, que lo único que puedo pensar de esto son dos cosas, sentirme cada vez mas lejos de ella mientras más títulos rimbombantes le ponen o completamente obsoleta y nada actualizada debido a que estoy en el año 2009, escribiendo sobre María en una súper computadora mini Aspire one, que en cuanto acabe este comentario y lo mande al Blog, va a estar en el espacio en una página donde todo el mundo lo puede leer aql mismo tiempo, sobre qué me dice a mí el título de “María madre de Dios”, y es que de “verdad es muy extraño que mientras más la modernidad empuja a la Iglesia hacia posiciones defensivas con mayor fuerza la Iglesia propaga la veneración a María, como ^Mediadora de todas las Gracias^ y ^Co-redentora^.Pero según el tiempo, y la persona en el poder se le agregar o quiten milagros, intercesiones o títulos, que en realidad nada le quita a la hermosa, inteligente, humana, Madre de Jesús, y no son estos titulo terrenales más difíciles de ganártelos cuando en los hechos del comportamiento de Jesús nos hablan verdaderamente de una Mujer completa, comprometida, respetuosa y que su convivencia con Jesús la llevo a crecer más como ser humano en toda la expresión de la palabra??.Para mí que he sido hija, madre, esposa, hermana, amiga, cómplice, alumna, mujer, definitivamente me acerca más a ella conociéndola como una mujer fiel a sí misma, que se dio cuenta, se convirtió y se entrego. Su Grandeza esta en como Amo a Jesús, no es esto más difícil entrando en nuestra humanidad donde nos requiere un compromiso a nuestro hacer a nuestra familia e nuestro mundo.Definitivamente la hago mi compañera de todos los días donde su ejemplo es mi caminar, donde su recuerdo es mi descanso, donde su hacer es mi paz y con quien se que todo se puede si invertimos la pirámide donde la base es el compromiso, la entrega, la verdad, el ejemplo, el aprender, el crecer hacia una vida que trascienda en los demás.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 14:07 0 comentarios
Etiquetas: COMENTARIOS AL CAPÍTULO 10
jueves 22 de octubre de 2009
NUEVAS REFLEXIONES A PROPÓSITO DEL CAPÍTULO 9
"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)Comentarios al capítulo 9. Igual en eternidad, sabiduría y poder....(Controversias trinitarias)Este capítulo me ha parecido un poco flojo en el sentido que lo percibí con poca profundidad para un tema tan fundante de nuestra fe como lo es la Trinidad; yo diría, el tema más propio del cristianismo. Sin embargo, sí me fue posible rescatar algunas ideas novedosas e iluminadoras.Lenaers sintetiza la figura de Jesús diciendo que “es la manera humana como el Dios trascendente se vuelve visible”, idea con la que comulgo totalmente. Partimos siempre de Jesús, como cristianos, para pensar y discernir quién o cómo es Dios y quién o cómo es el hombre.El autor insiste en que la forma teonomista de comprender a Dios nos lleva a pensar en la Encarnación de Jesús y en la trasacendencia de Dios de forma muy distina a la forma heteronomista de hacerlo. Esto habría que matizarlo pues el mismo Lenaers nos dice también que, en esencia, no nos alejamos de la tradición original cristiana.La Encarnación de Jesús deberá entenderse más bien, nos dice Lenaers, como un símbolo del modo en como Dios se va encarnando en la humanidad entera, a medida que los seres humanos, en su libertad, van caminando y creciendo en un proceso de humanización que realmente sería un proceso de divinización, porque lo verdaderamente humano, es realmente divino; es decir, en Jesús se nos revela la Buena Noticia de un Dios que está siempre con nosotros; Él es el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, con nosotros todos, y no sólo con un pueblo o con un grupo de elegidos, sino un Dios que se manifiesta lleno de amor para con todo hombre y para con toda cultura; un Dios que no hace distinciones, ni discrimina a nadie, un Dios solidario que se da graciosamente, sólo por amor. Un Dios que se irá encarnando, empezando por Jesús, en todo la humanidad y en todo el cosmos para llevar toda la creación a su punto más alto y culminante, “cuando Dios sea todo en todo”, como nos dijo Pablo de Tarso. Los cristianos, y cualquier persona de buena voluntad, podemos encontrar en Jesús un camino de salvación, entendida ésta como un camino de liberación de nuestros egoismos y miedos, una conquista de nuestra libertad y de plenitud humana, que es el camino que Dios nos ha revelado en Jesús. Esta es nuestra confesión de fe; este es nuestro sentido de vida, y éstos son inconmovibles.Partiendo del milagro creacional originario, y apoyándose en la filosofía y teología procesuales, y en Jesús, podemos asegurar que la palabra que mejor definiría al proceso creacional desde sus inicios hasta su culminación, sería la palabra AMOR. La creación entera, dice Lenaers, nos revela esta palabra: AMOR, como la que promueve y continúa sin cesar, desde dentro de cada ser, la evolución de todo cuanto existe. La Encarnación, para Lenaers, es entonces un proceso interminable de divinización del cosmos y de lo humano. La encarnación de Jesús es en mí, en tí, en todo el género humano. Impresionante y hermosísima realidad. Me pregunto si esta idea sería el equivalente al Cristo cósmico de Tehillard de Chardin.El tercer elemento de la Trinidad, sería el Espíritu Santo que Lenaers define como la fuerza creadora de Dios, con la que quiere llevar a su plenitud a toda la humanidad. La voz griega “pneuma”, que significa soplo de vida, describe la vida que viene de Dios, que es el que Vive. El soplo de vida de la vida viene de Dios, pertenece a Dios y para un judío no fue nunca una persona igual a Yahvéh, sino la energía vital que pertenece y viene exclusivamente de Dios y que anima a toda criatura. Por cierto no dice Lenaers si el Espíritu de Dios también permea el cosmos entero; aquí, para mí hay un vacío que no entiendo.Lenaers insiste en que volvamos a los doscientos primeros años del cristianismo y nos coloquemos en la fe de esos primeros cristianos, antes de los concilios de Nicea y Constantinopla que acuñaron la idea Trinitaria de tres personas distintas, pero iguales en eternidad, sabiduría y poder...y, dejemos de adorar a tres dioses...como muchos cristianos suelen hacer.Siguiendo la visión del P. Knauer y de la filosofía y psicología actuales, que definen a la persona como un “ser en relación”, debemos entender que Dios es ante todo, relación. Esto significaría que Dios se da, se nos da, comparte sus SER con nuestro ser, establece una relación. La Trinidad es una forma de entender a Dios. El Padre comparte su SER con el Hijo (la humanidad entera), las humanos reciben la divinidad del Padre, cada persona en la medida de su recipiente, y crean una relación: entre el Yo divino y el tú humano nace una relación nueva que se está siempre creando y es el Nosotros, único para cada ser humano, y que viene a ser el el amor creador del Espíritu Santo, el Amor, que sólo sabe unir. Entonces la fe en un Dios uno y Trino simboliza la unidad fundamental, la comunión deseada y ahelada por todo ser humano y que será la que nos lleve a la vida en plenitud. Creo que con esta manera de explicar la Trinidad se entiende muy bien el sentido de este simbolismo divino y siento el compromiso de trabajar por la comunión universal, empezando por la comunión en mi pequeña familia y mi pequeña comunidad.Sin embargo y, a pesar de todo lo dicho, el misterio de Dios y de la Trinidad para mí, seguirá siendo un misterio inefable. Realmente considero que el misterio Trinitario sí es la base y el pilar para entender al Dios cristiano; un Dios que se da, un Dios que comparte su divinidad con sus criaturas. Siguiendo a R. Panikkar, la realidad o dimensión divina que designamos con el nombre de origen sánscrito Dyau, que significa día, luz, siempre nos rebasará y solamente haciendo silencio interior y con pureza de corazón seremos capaces de vislumbrar su grandeza y su alcance. Hablar de Dios, dice Panikkar, es hablar de un símbolo, un símbolo que habla por sí mismo y no tiene hermenéutica.Para mí, Dios se presenta siempre bajo la impresión de contradicciones: es luz y oscuridad; es presencia ausente; es palabra silenciosa; es escucha callada; es mi Padre y Madre; es mi Roca; es mi Fortaleza; es mi Cielo; mi Paz, mi Vida.María de Lourdes Acevedo Muñoz15 de octubre de 2009Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ APORTACIÓN DE LOURDES ADÁNmiércoles 21 de octubre de 2009
A PROPÒSITO DE DAR"
EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)GUSTAVO NOS ENVÍA SUS COMENTARIOS AL DOCUMENTO
Dejar Ir el Miedo de Neale Donald Walsch que les envié el miércoles 22 de octubre:En cuanto al documento: Sencillamente maravilloso, porque aporta mas ideas para pavimentar el nuevo camino de Fé que estamos construyendo en comunidad. En cuanto al documento, concuerdo con lo que precisa el autor del artículo, el dar es un acto posterior al enriquecimiento interior, al descubrimiento del verdadero YO, aquel que sale al encuentro del OTRO. Nadie puede dar aquello que no tiene, y una vez que lo tiene, si no brota, si no se entrega, si no se dá al OTRO, estará empobreciendo su humanidad y estará entregando su vida al vacio existencial. El dar es un acto trascendental, que vá mas allá de un acto simbólico o humanitario, en el dar se manifiesta el acto mas sublime del ser humano y te dirige en linea recta a la UNIDAD con los seres humanos, con el Cosmos y con EL.Sencillamente sublime y monumental, no crees. Un abrazo.Gustavo GómezPublicado por ANA LAURA JIMÉNEZ en 6:57:00 PM 0 comentarios
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH
jueves 15 de octubre de 2009
PARTICIPACIÓN DE VIOLETA ALVAREZ B.
CAPITULO 9IGUAL EN ETERNIDAD, SABIDURIA Y PODER.Violeta Elizabeth Alvarez BarragánEl darme cuenta de cómo maneja la jerarquía las cosas me deja pensando, es bueno estar abierto a nuevas ideologías para ampliar mi criterio.Me pregunto si Dios es Jesús o Jesús es Dios, lo cual me causa confusión, aunque también logro entender que Jesús es la manera humana de cómo el Dios trascendente se vuelve visible. Pero para la teonomía no hay lugar para un Dios que se baja, se hace carne y vuelve a subir así como la encarnación fue una emergencia para resolver un falso problema que viene de la cultura griega.Jesús es amor y no un sentimiento cualquiera sino una acción creadora. El amor es la mejor manera de nombrar este misterio en nuestro mensaje. Es el Dios mismo que toma forma en el ser humano y se expresa en él. La teonomía ve que es un proceso en el cosmos y en el ser humano que viene de adentro.Superación y no superación de la Navidad.La Navidad para mí se ha ido modificando, pues de niña la esperaba por los juguetes, después no le encontraba sentido pues me daba tristeza y ahora la verdadera razón es que en mi corazón nazca cada día Jesús con mi actitud, acciones y estar con las personas que quiero.Pues en realidad no sabemos si en ese día y lugar realmente nació, o se puso ese día porque es la fiesta germánica y el cambio del sol de invierno.Superación y no superación del dogma.Los Concilios cristológicos del siglo IV y V buscaban interpretar la relación de Jesús con Dios, sin embargo en los dos siglos anteriores dejaron de confesar que Jesús es la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Buena Nueva significaba la revelación de la misericordia y la fidelidad de Dios en Jesús.Vuelta a los comienzos.Nada tiene que ver con el pensamiento de Mateo con el de los Padres de la Iglesia en el Concilio de Constantinopla de 381 cuando el dogma trinitario se proclamó. El Padre es el creador, el misericordioso y el hijo es Jesús y el Espíritu Santo es la fuerza con la que Dios ha reunido a la humanidad y la lleva a su plenitud.La Doctrina Trinitaria no es pura palabrería sin contenido pues ha inspirado a muchas personas a vivir como verdaderos cristianos y a abrir su corazón a Dios. Esta doctrina es más un laberinto que un camino que me invita a buscar a Dios.El Espíritu Santo.El Espíritu de Dios se llegó a confesar como una persona divina en el Concilio de Constantinopla. El judío no podía imaginarse que el espíritu es una persona igual a Yahvé. En el año 325 el Concilio de Nicea reconoció a Jesús como Dios-de-Dios, persona junto al Padre-Dios.El credo que conocemos nació en Constantinopla y llegó a ser la confesión de fe a lo largo del siglo VI. La diferencia entre el Credo de Nicea y Constantinopla es que en el de Nicea se le agregó lo del Espíritu Santo. Por otro lado los pneumatómacos que significa luchadores contra el espíritu analizaban en los textos bíblicos como probar que el Espíritu era una criatura del Hijo.Es en pocos momentos en la Iglesia donde se le llama o invoca al Espíritu Santo y cuando se le invoca es para que ilumine la mente en exámenes o tareas. Lo único que se abandona son las representaciones y formulaciones heteronomistas de estas verdades nucleares. En el Concilio de Efeso en 431 se nombró a María, la Madre de Dios.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH
APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH
ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACHMI APORTACIÓN AL CAPÍTULO 9El capítulo 9 nos ha introducido más profundamente que cualquier otro del libro en lo que se ha llamado “el misterio fundante de nuestra fe”, es decir el misterio trinitario, a mí este capítulo me ha parecido apasionante, valiente y purificador de mitos que se habían venido incrustando precisamente en el corazón mismo de nuestra fe. Tuve la fortuna de estudiar aquí en México, la Teología Fundamental con el P. Peter Knauer, S. J., conocido teólogo alemán que durante 27 años fue profesor de esta materia en la Universidad Jesuita de Sankt Georgen, en Frankfurt am Main, Alemania. En el centro de la obra de este teólogo se desarrolla una ontología relacional con la que reemplaza la tradicional ontología de substancia griega. El resultado de este viraje ontológico es una novedosa teología fundamental ecuménica, que permite la reinterpretación de la fe cristiana y de su contenido dogmático. El P. Knauer define la fe como “la comunión con Dios en la comunión entre nosotros”.Knauer cambia el presupuesto filosófico fundamental de una ontología de substancia por una ontología relacional, según la cual, LA RELACIÓN CONSTITUYE LA SUBSTANCIA DE TODO LO CREADO. El universo es, en su propia realidad, «total relación a ... / en total distinción de ...». ¿A qué somos relacionados? A una realidad que sólo puede definirse diciendo que nada podría existir sin ella. Esta realidad la llamamos «Dios». Dios es «sin quien nada existe». . Sólo hablamos verdaderamente de Dios cuando reconocemos que le debemos todo nuestro ser. Ser creado es como una relación subsistente, es decir, una relación que no se añade a un sujeto, sino que es idéntica con su sujeto y lo constituye.Sin embargo, Knauer nos hace ver que estamos tan condicionados por la ontología griega de substancia que ingresó en el pensamiento teológico cristiano desde el siglo II, que implica mucho trabajo dejarla de lado. Esta dificultad es mayor en cuanto que el precondicionamiento filosófico suele ser inconsciente y, cuando esto es así, también suele ser incuestionable.Para Knauer la fe consiste en el reconocimiento de que estamos acogidos en el amor de Dios, su centro consiste en que Dios se nos da a sí mismo. Su punto de partida es el encuentro con el anuncio cristiano. Este anuncio pide que se le escuche y que se le preste atención porque reclama poder liberar al ser humano del poder de aquella angustia que es la causa de todo mal en el mundo. El comprender la creación como algo totalmente referido a Dios pero totalmente diferente de, nos lleva a una ontología desacostumbrada pero indispensable par entender hoy el anuncio cristiano., no solo hay relaciones accidentes que se agreguen a su sujeto, sino que la REALIDAD CREADA ES, ELLA MISMA, UNA RELACIÓN que constituye el ser del sujeto.El anuncio cristiano pretende ser palabra de Dios y así, relación de Dios con nosotros, esta relación consiste en que desde el principio estamos adentrados en un amor eterno de Dios. Para dar a entender nuestra comunión con Dios, el anuncio cristiano habla de la trinidad de Dios. Dice que el único Dios existe como tres modos de autopresencia diferentes entre sí y diversamente mediadas entre sí, tres modos de relacionarse Dios consigo mismo. La interrelación de estos tres modos de autopresencia de Dios, que llamamos personas, puede describirse así: el Padre es sin origen, una autopresencia originaria de la única realidad de Dios, el Hijo recibe todo lo que es o tiene del Padre y es también autopresencia de la única realidad de Dios, autopresencia que supone la primera, y . el Espíritu Santo que es el amor eterno y mutuo entre el >Padre y el Hijo es una tercera autopresencia de la única realidad e Dios, esta tercera presupone la del Padre y la del Hijo. Porque somos persona, es decir porque somos capacidad de autopresencia, de hacernos presentes a nosotros mismos, de relacionarnos con nosotros mismos, apuntamos también hacia Dios desde esa capacidad.Hablamos de la trinidad de Dios, siempre en forma analógica, “totalmente relacionada a pero totalmente diferente de …”, para poder decir que el mundo, DESDE EL PRIMER MOMENTO DE SU EXISTENCIA, HA SIDO CREADO AL INTERIOR DEL AMOR DEL PADRE AL HIJO, el amor de Dios al mundo es EL AMOR ETERNO DEL PADRE AL HIJO Y NO DEPENDE DE CONDICIONES CREADAS. Precisamente por eso es confiable. El Padre, en nuestra oración, escucha a su propio Hijo. Orar en el nombre de Jesús significa responder a la palabra de Dios, dirigirse a Dios como a aquel de quien sabemos que su amor nos envuelve. La trinidad de Dios se llama un “misterio de fe” en el sentido de que no puede desprenderse del mundo, El mundo por tanto, no es la medida del amor de Dios al mundo, y por eso, este amor tampoco puede ser medido a partir del mundo. El hecho de que estemos adentrados en el amor del Padre al Hijo, que es el Espíritu Santo, necesita ser “AGREGADO” a nuestro mundo, y la verdad de esta palabra sólo puede ser reconocida en la fe, de la que dice el anuncio cristiano que es estar lleno del Espíritu Santo. Por todo lo anterior, el concepto del misterio de fe no tiene nada que ver con dificultades lógicas o contradicciones. Para hablar del misterio de la fe y su desdoblamiento en una serie de dogmas, nos apoyamos en una palabra que quiere darnos certeza interior. Por esto mismo es imposible que un misterio de fe sea algo incomprensible.EN LA FE SE TRATA DE QUE HEMOS SIDO CREADOS AL INTERIOR DEL AMOR DE DIOS A DIOS, esto significa que algo creado no puede ser la medida del amor de Dios, por consiguiente, no podemos hacer nada para alcanzarlo y tampoco podemos hacer nada para evitarlo, tampoco nuestro bienestar es su medida.De todo lo anterior yo deduzco que mi Dios es relacional, que se relaciona consigo mismo, que yo soy porque estoy relacionada a él, que El quiere que yo me relacione con él en forma consciente y que me invita a relacionarme con mis hermanos para descubrir quién soy y quién es El pero en forma experiencial.
Publicado por ANA LAURA JIMÉNEZ CODINACH en 12:34 0 comentarios
!!BIENVENIDOS A NUESTRO NUEVO BLOG!!!
Este blog tiene como finalidad el intercambio de experiencias, comentarios, anécdotas, avisos y todo lo relacionado con los temas del curso "OTRO CRISTIANISMO ES POSIBLE", tanto los participantes de la modalidad virtual como los de la modalidad presencial, fomentando así el DIÁLOGO, LA BÚSQUEDA Y LA COMUNIÓN DE IDEALES recordando que como dijo Paulo VI:"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO".
Suscribirse a:
Entradas (Atom)