martes, 2 de noviembre de 2010

PARTICIPACIÒN DE VIOLETA ALVAREZ BARRAGÀN

EUCARISTIA


Violeta Elizabeth Alvarez Barragán

Durante mi infancia yo iba a misa con mis papás y hermanos porque así me enseñaron, después ya más grande lo hacía porque me gustaba la explicación de las lecturas y el evangelio, al meditarlo trataba de llevarlo a la práctica, aunque se me complicaba. Y al ser constante en las celebraciones me dí cuenta que me gustaba participar leyendo las lecturas y dar a conocer el mensaje de Jesús a quién no lo conocía.

Cuando me casé, a la Iglesia que íbamos el sacerdote nos invitó a formar parte en un grupo de matrimonios, hacíamos retiros y comentaba que solamente los casados pueden hablar sobre sus experiencias ya que ellos no la tienen.

En el catecismo, veíamos que la misa nos recuerda la muerte y resurrección de Jesús y que es una fiesta que hay que celebrar.

Pero el significado de la Eucaristía va más allá de esto, que Jesús está en todo y en todos y que vivir la vida como Eucaristía significa vivir conscientemente la Unidad que somos, con todo, en Dios.

Para quién lo vive de esta manera es expresar y compartir su misma vida cotidiana. Pues hemos hecho de la Eucaristía un rito que no produce frutos, porque no produce una chispa de Vida, únicamente lo hacemos por obligación.

Se ha convertido en una rutina en donde no hay compromiso ni comunidad. La eucaristía es tomar conciencia de la realidad divina en Jesús y en nosotros y esto nos lleva a vivir como vivió Jesús, aquí se concentra todo el mensaje de Jesús que es el Amor, celebrar la Eucaristía nos invita a ser fermentos de unidad y armonía entre los hermanos.

Jesús nos invita a su mesa y si aceptamos, pasamos a formar parte de su comunidad, el ser cristiano es ser para los demás, si la celebración no cambia mi vida en nada es que la he convertido en un simple rito.

El gesto de comer el pan y beber el vino consagrados es el signo de nuestra aceptación de lo que significa el sacramento.



Comulgar significa el compromiso de hacer nuestro todo lo que ES Jesús. Significa que, como él, soy capaz de entregar mi vida por los demás, no muriendo, sino estando siempre disponible para todo aquel que me pueda necesitar.

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