jueves, 4 de marzo de 2010

Capítulo XIII "El mundo de los signos"

CHAQUI OCAMPO DE IÑESTA

Para mí ha sido muy difícil leer este libro, puesto que me ha movido muchas creencias que yo tenía a pié juntillas, es decir que creía firmemente. Como nuestro grupo se cerró porque solo asistíamos dos personas y la fecha a la que se cambió es muy complicada para mí, en verdad estaba a punto de dejar estas clases, pero estoy segura de que por algo suceden las cosas. Son "Dioscidencias" (coincidencias que nos acercan a Dios). Por lo tanto al cambiarme al grupo adelantado y sin leer los capítulos de en medio y con mil dudas, decido darme otra oportunidad y asistir a la clase. Me gustó mucho estar en este grupo, porque aparte de que algunas pertenecen a mi grupo de amigas, sus comentarios son muy interesantes y con fundamentación teológica. Al leer este capítulo trece, cuando leo "El mundo de los signos de Lenaer" me introduzco en la lectura de los sacramentos.

Estoy de acuerdo con Lenaers "Que la Primera Comunión es un espectáculo enorme, porque los padres son ciegos para captar que la Comunión sin seguimiento de Jesús no es más que una cáscara vacía, más aún una forma de hipocresía en los hechos". Pero no solo ese sacramento, lo mismo el Bautismo, la Confirmación, el Matrimonio, donde solo su preocupación es quedar bien con los compadres y los amigos, interesándose en que todo lo de afuera quede bien para que no critiquen. Olvidándose por supuesto de lo más profundo que es el encuentro con Dios y sobre todo el seguimiento de ese encuentro.

Descubro que ESTO ES lo que estoy tratando de hacer con estos grupos de adolescentes con los que trabajo. Que como dice Lenaers no se puede separar la vida de los sacramentos de tu propia vida, que no deben ser actos mágicos que por el simple hecho de hacerlos, la vida se va a transformar, que necesito trabajar en mi vida si quiero que cambie.

Reconozco que estoy en lo correcto, cuando en los retiros procuro que ellos compartan alguna experiencia de su vida familiar, para que aprendan a mejorar su comunicación y por consiguiente se transformen esas malas relaciones que llevan con sus padres. Que al profundizar su comunicación, se den cuenta de que tienen una vida maravillosa y que se están ahogando en un vaso de agua, preocupándose de ínfimas tonterías, pero que al no tener otra opción se están hundiendo y protestando, quejándose amargamente de lo dura que es su vida.

Al tener un encuentro con Dios de una manera personal en el Sacramento de la Confirmación, (Que es en lo que los estoy preparando), al conocer otras vidas de jóvenes, que están en esa búsqueda como ellos, pueden comparar y re-descubrir lo dichosos que son al tener esa vida que
les ha tocado vivir, que ellos tienen la libertad de decidir, cambiar su actitud y que su vida mejore o seguir dando patadas en el hoyo largo y obscuro de su desesperación.


Por supuesto el encuentro personal y profundo con Dios a traves de este Sacramento de la Confirmación, los ayuda grandemente, puesto que ya no lo ven como algo mágico sino algo verdadero que les da la fuerza y la entereza de mejorar sus vidas, lo mismo que la vida de las personas que lo rodean. Descubren que la Gracia de Dios los fortalece siempre y cuando cada uno ponga de su parte y trabaje para mejorar y cambiar, lo que quiere que se transforme.

Estos son esos signos increíbles de los cuales podemos palpar continuamente, cuando unos hermanos se piden perdón, cuando se reconcilian algunas amigas que no se llevaban bien, o que mejoran su comunicación con sus papás, etc. Para mí es un gran regalo el poder convivir con estos grupos de jóvenes

Atte:
CHAQUI OCAMPO DE IÑESTA





























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