jueves, 4 de marzo de 2010

APORTACIÓN DE CLAUDIA GRANADA

CAPITULO 13
“EL MUNDO DELOS SIGNOS”
CLAUDIA R. GRANADA DE DUARTE


Durante este capítulo, sustancialmente más sencillo de entender, de asimilar que el anterior, y por tanto más familiar, porque es lo que todos hemos vivido con alguna buena o mala experiencia, y no solo eso a lo mejor es solo lo que algunos hemos vivido como único contacto con nuestra religión o iglesia, me puedo dar cuenta de algo que ya por supuesto, mi razón, mi falta de respuestas y lo intocable del tema, me pone con los pies en la tierra sola, y razón por la que en muchas ocasiones esto mismo me ha separado de ella, y es esta parte que la Iglesia, maneja como magia o pecado.
Cuando el cielo se abre y por la sola presencia, más unas cuantas palabras por parte del sacerdote, el sacramento se hace realidad en la persona que sea, consciente, con voluntad, o sin ella, con disposición a asumirlo o no; y últimamente en el lugar asignado y destinado solo para ello, es decir la iglesia, en el horario, con el cupo que el sacerdote quiera y disponga de su iglesia, que es hecha con los recursos de todos, pero solo a disposición del encargado que la maneje, como él quiera y el diga.
Como un sacramento puede tener efecto en alguien, cuando por parte del que lo recibe y el que lo administra no existe una voluntad de disposición a formar parte de un mundo donde Dios lo que quiere es un compromiso de amor para con todos ‘’????
Es más fácil, claro que si, decir yo digo tu asumes, y no me interesa ni comprometerte ni asumir, ni comprometerme para que entiendas que es lo que estamos haciendo. Yo creo que de aquí salió, todas las platicas y preparaciones para antes de cada sacramento la iglesia lavarse las manos de decir yo prepare, pero que ejemplos y que enseñanza por parte de la iglesia y de nosotros donde está el madurar y crecer con una fe adulta.
Claro está que el sacramento en la persona no se puede probar, ni medir, ni ver pero, es eso lo importante?, llegamos a esta pregunta porque como todo ser humano necesitamos de recursos que nos den respuestas más allá de solo creer, y el problema es que no hay respuestas por parte de quien las esperamos.
Creo que los sacramentos y rituales son necesarios porque son signos, estos si visibles, de la acción de Dios en nosotros pero no como magia, ni como obra y gracias del Espíritu Santo, creo que es al revés primero se da en la persona o en la comunidad el querer tener el signo y después se da el cambio, pero se da por el compromiso, el interés y la búsqueda de querer participar en el encuentro, donde todos y cada uno de los presentes son testigos del ritual y del compromiso ante todos de lo que se está realizando, la Gracia ya esta regalada libremente por Dios siempre en forma completamente gratuita, pero el Signo nos hace saberlo.

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