viernes, 19 de marzo de 2010

COMENTARIOS - LOURDES ADÁN

LOURDES ADÁN - COMENTARIOS CAPÍTULO 14

Comentarios al capítulo XIV del libro de Lenaers
El Bautismo

Me dijeron,
que el Bautismo es necesario para la salvación
que por el Bautismo somos liberados del pecado original
que por el Bautismo, Dios nos hace sus hijos
que por el Bautismo, se exorcisan las pompas del demonio (whatever that means...)
que la vida sobrenatural del cristiano tiene su raíz en el Bautismo.

Hoy comprendo y vivo,
que el pecado original no existe, lo que existe es la gracia original,
la gracia divina que el Padre nos da, por puro amor;
que el Bautismo nos confirma en nuestra ya regalada filiación divina;
que el demonio no existe, y que sólo es símbolo del mal que producimos;
que el Bautismo, no es magia y no da nada que Dios no haya puesto ya en el corazón del ser humano.

¿Cómo pensar en una naturaleza humana “caída”?
¿Cómo pensar que un niño nace empecatado?
¿Cómo pensar que podría ser condenado?

¡¡Imposible!!, ¡¡No y mil veces no!!
me lo dice mi corazón al mirar a mi Santiago.
Cuando miro sus ojos ,
aparecen en ellos la Profundidad y la Sabiduría de Dios;
su tierna y dulce sonrisa,
me transparenta la Bondad alegre del Señor;
cuando veo sus manitas inquietas,
pienso en la hermosa y continua Creación de Dios;
sus pies, incansables y exploradores
me remiten al Dios amor que nos ha creado libres
y como proyecto maravilloso de la vida.

Santiago, lo sé, me lo dice mi corazón y todo mi ser,
es hijo de Dios desde su concepción.
Viene de la fuente de Vida que es Dios
y del amor de sus padres que me revelan a Dios.
No podría ser de otra manera;
me lo dice su gracia,
me lo dice su amor.
Pero sí, deseamos profundamente que sea bautizado,
queremos confirmar en familia y en comunidad su filiación divina;
queremos dar gracias a Dios por ese regalo de amor que nos ha sido otorgado.

Queremos ver en los signos la transparencia de su significado:
- el agua, la fuente de Vida que nos viene del Espíritu de Dios
- el aceite, la fuerza que viene de Dios y que será tu fuerza, Santiago
- el crisma, te ayudará a ser semejante a Jesús: libre, valiente, compasivo

Queremos darte la bienvenida a la vida,
a la Iglesia de Cristo, a la comunidad cristiana, y a la entera familia humana
para que siembres flores y estrellas en el mundo que tanto las necesita.

Queremos desearte paz, felicidad y amor
para que tu ser se desarrolle poco a poco en plenitud.

Sabemos que es nuestro compromiso,
y el compromiso de toda la comunidad,
ayudarte a lograr ese hermoso proyecto de vida
que ya encierras en tu pequeño y maravilloso ser,
gracias al amor infinito e incomprensible de nuestro Padre Dios.



María de Lourdes Acevedo Muñoz.

Febrero 17, de 2010

REFLEXIONES CAPÍTULO 14 - PATRICIA GUTIÉRREZ

PATRICIA GUTIÉRREZ

REFLEXIONES CAPÍTULO 14 – EL BAUTISMO

Los seres humanos somos parte de algo más grande que nosotros mismos.
El holograma sería una metáfora física de esta realidad en la que cada ser humano es un todo complejo con realidad físico-espiritual, y a la vez conforma con todo su ser esta realidad mayor físico espiritual que es la humanidad, entendiéndola a ésta, una vez más en palabras de Lenaers, como una forma en que Dios se expresa a sí mismo.
En este sentido, el nacimiento de un bebé, un nuevo miembro en una familia, un nuevo miembro de una comunidad, un nuevo ser humano, es una inédita, creadora y única expresión de Dios que una vez más se hace maravillosamente visible en este ser pequeñito, que es parte de algo más grande que sí mismo, es parte de todos nosotros, es una manifestación más “espacio-temporal-espiritual” de la inmensa grandeza Divina.
Como seres humanos, somos seres esencialmente relacionales, interdependientes e históricos, es decir no somos individuos aislados que existimos y manifestamos nuestro ser de manera encerrada e independiente, somos siempre “en relación con”, somos parte del grandioso tejido del cosmos, en permanente relación y unión con los otros, con toda la creación.
Así es que, cuando un nuevo ser humano llega con todo su “Ser” a formar parte de nuestra familia, comunidad y género humano, llega para ser parte de nosotros mismos. Con su existencia, nutre nuestra existencia. No se pertenece a sí mismo, no es en sí mismo, “es” con todos nosotros.
Por esto, la existencia de una celebración para el sacramento del Bautismo –re-significandolo- cuando nace un bebé, a mí sí me hace mucho sentido. Me hace sentido sobre todo desde una perspectiva teónoma, porque la fuerza creadora de este sacramento es, o debiera ser, el símbolo del reconocimiento fascinante, en la comunidad que recibe a este nuevo ser y se hace cargo de él, de que la materia se ha transformado una vez más, con la fuerza creadora Divina y la co-participación del hombre y mujer que le han dado vida, para devenir en un ser que comparte la expresión humana de Dios. El sacramento del Bautismo debe tener también un fuerte sentido como ritual en el que los miembros de la familia, de la comunidad, del género humano, nos sentimos transformados y enriquecidos por este nuevo ser que viene a “ser con todos nosotros”. Así, todos los participes de esta ceremonia deberíamos también recibir el Agua, como este símbolo de disposición a la transformación nutriente, y amorosa que nos posibilita la llegada de este nuevo ser a nuestras vidas.
Al mismo tiempo esta celebración como sacramento debe contener significado dirigido hacia la personita misma que llega al mundo, debe ser también un poderoso símbolo que manifiesta que se reconoce en él su substancia humana espiritual y se le acoge, no como un ser aislado, sino como un ser al que, siendo parte del entramado humano, se le hereda amorosamente la sabiduría y acompañamiento de su familia y comunidad en el conocimiento del mensaje de Jesús como el camino para su crecimiento personal, expansión de su conciencia y comprensión profunda de su realidad humana en vínculo con lo Divino. El Agua una vez más funcionaría como símbolo de esta sabiduría comunitaria que le es heredada a este nuevo ser y que se derramará en él, en el camino de su vida, por sus padres, padrinos y comunidad, para que haga crecer, como árbol frutal a partir de ella, su propia sabiduría.
Por esto, el Bautismo es para mí un Sacramento con alto significado al inicio de la vida y por esto también el Agua es para mí, un signo con gran fuerza expresiva.
El Agua, al ser un elemento natural sin vida propia pero directamente vinculado a la vida, lo podemos significar o utilizar como metáfora de ese misterioso y maravilloso momento en el que, en el camino de la evolución, a partir de la materia, se genera la vida. El Agua es el elemento natural “sin vida” más ligado a la vida, tan es así que la existencia de agua en otros planetas es considerada como una fuerte señal de posibilidad de vida. Es el único alimento sin vida propia que nutre la vida. Podríamos decir que el agua es un elemento transicional entre la materia inerte y la vida.
Es por esto que el Agua debe funcionar como un elemento con gran fuerza simbólica en el Bautismo, y éste debe ser a su vez un Sacramento vigoroso de inicio de vida, con tres significados esenciales que se entrelazan y deben ser celebrados con gran alegría, y que en síntesis serían:
En primera instancia, para expresar el paso hacia la vida humana, es decir, debe ser un sacramento que recurriendo al agua como elemento simbólico que se vierte sobre este nuevo ser humano que llega, expresa nuestro reconocimiento y nuestro júbilo, porque en este pequeñito, una vez más, se ha transformado el ”SER”, para vivir la experiencia humana de Dios.
Derramar el agua sobre el pequeño, tendría también un segundo simbolismo fuerte como señal de que este nuevo ser humano, será nutrido por la experiencia y sabiduría (simbolizadas por el agua) de la comunidad que lo recibe (padres, padrinos, amigos….) y se hace responsable de vivir con él el camino de Jesús, pero que finalmente esta sabiduría heredada no tiene vida propia , sino que será él en su interior quien habrá de aprovechar e integrar esta agua (sabiduría) a su ser como nutriente para ser transformado en vida y crecimiento, dando en él fruto que pueda nutrir y contribuir con el crecimiento de otros.
Y finalmente el Agua adquiere fuerza con un tercer significado en este sacramento del Bautismo , como símbolo para ser derramado sobre todos los participantes de la ceremonia, en señal de que nos vigorizamos con este nuevo ser que enriquece nuestra existencia, que reconocemos y aceptamos el poder transformador y de crecimiento que nos brinda su ser en nuestras vidas, y nos comprometemos a desarrollarnos y expandir nuestra conciencia a partir de la sabiduría que surja de nuestra relación con él.

PARTICIPACIÒN DE TERE GALLEGOS

Bautismo y Confirmación.

Indudablemente que los ritos de estos sacramentos ya no tienen actualidad ni significado, ya que desde el momento que se tiene que dar una preparación para poderlos entender es que no son evidentes, preparación en la mayoría de los casos deficiente y además obligatoria. Esta situación hace más triste la participación de los creyentes ya que es condicionada para posteriores sacramentos. Qué triste que la Iglesia haya tenido que llegar a esas reglas para que la gente se acerque a los sacramentos, en lugar de que sea un gusto la participación se hace un requisito sin sentido.

Ahora bien, la celebración de una nueva vida es espontánea, y se me hace muy válido que de acuerdo a la fe de los padres se de gracias a Dios por tan grande regalo y se busque la bendición para una buena vida para el recién nacido y además se participe el gozo con las personas más cercanas y queridas; eso como dice el autor se puede hacer en cualquier lugar sin que tenga que estar ligado a la religión, pero aquí está involucrada la transmisión de la fe, lo que desean los padres despertar en sus hijos, la profundidad de su origen y de la maravilla de la vida. La iniciación en la vida cristiana ya para los padres de hoy es un mito en cuanto al compromiso de enseñar a la criatura toda la doctrina u oraciones, creo que va más en la línea de un Dios amoroso que se hace cercano en la naturaleza y en los seres humanos y en Jesús como ejemplo de lo que podemos llegar a ser y a amar. Por lo menos esa es mi experiencia familiar

Yo me acuerdo que se decía que el verdadero nacimiento era el día del bautismo por lo que fui a buscar en mi fe de bautismo tal fecha, eso fue un año después de que nací y luego me pregunto, todo ese primer año no fue real? No fui persona auténtica? No fui amada por Dios? Yo lo viví felizmente con mis hijos y ahora con mi nieta, la maravilla desde la concepción y el primer año de desarrollo del ser humano que es galopante, maravilloso y no estaba Dios presente antes del rito? Ya es inverosímil seguir insistiendo en esa idea, lo preocupante es que muchos todavía así lo creen.

En cuanto a la confirmación debiera ser una decisión libre y voluntaria del joven capaz de comprometerse a un estilo de vida propuesto por Jesús y no cumplir los deseos de los padres o de requisito para el matrimonio, cuántos casos de muchachos que se quieren casar y necesitan confirmarse de forma Express para que puedan hacerlo. Es lastimosa esta situación que la Iglesia exige aunque no sea verdadero el compromiso.

Yo estaría más a favor de un bautismo adulto si así lo deseara la persona, apegado más al origen donde se bautizaban los que se convertían a Jesús y deseaban transformar su vida, no de forma mágica, pero sí con la certeza de que la gracia de Dios los acompañaría en ese esfuerzo, y compartirlo con la comunidad elegida con ritos actualizados, ya que son algo que necesitamos los seres humanos. Creo que los “hermanos separados” tienen razón en muchas cosas, como decir que son la comunidad cristiana más cercana a Jesús, porque no necesitan de una institución piramidal para llegar a Dios y ya que practican el bautismo tras la conversión, como las primeras comunidades cristianas y lo hacen no por cumplir o por tradición, sino por un deseo auténtico de transformación.

viernes, 5 de marzo de 2010

Aportación al Capítulo 13 Elsa Urbina de García

EL MUNDO DE LOS SIGNOS
Los sacramentos como rituales

Vuelvo con lo mismo, heteronomía y teonomía
Siempre es un hacia fuera y un hacia adentro, pensaría que heteronomía y teonomía van siempre juntos, como que lo del exterior me conduce al interior, y lo del interior me lleva otra vez a lo exterior: como admirar un atardecer me lleva a sentir a sentirlo dentro (al Padre) y sentirlo dentro me lleva a verlo en los demás, es como una danza contínua, y es a raíz de este capítulo de “El mundo de los signos” que puedo darle otro significado a los sacramentos, o más bien darle el sentido de sacramento a otros signos: un abrazo, una visita, una actitud de escucha, comprensión, apoyo, etc. que se convierten en oportunidades sin fin de comunión para poder formar comunidad Cristiana

La centralización en los sacramentos como fundamento de la fé ha sido una idea que me ha movido interiormente desde hace tiempo, lo mágico no va con lo lógico, de que algo es y está y de repente ya no es ni está (el pecado), por otra parte algo que no es ni está y de repente ya es y está (cuerpo y sangre de Cristo) y todo a través del sacerdote, yo casi casi esperaba ver la varita mágica en las manos del sacerdote las cuales escudriñaba afanosamente para ver como era que convertía el pan en cuerpo y el vino en sangre…. que poder tan desmesurado¡ y seguía viendo esas manos y me preguntaba: se las lavaría antes?? QUE IRREVERENTE SOY¡¡ Me repetía, pecadora y mil veces pecadora por estar preguntándome tantas cosas… Me sentía sin fe por no aceptar sin chistar, por ver fijamente la hostia y pensar si en verdad es el cuerpo? Por querer ver el vino de color rojo…siempre dudando por no ver dócilmente lo que otras personas aceptaban, pero comprendo en fin que ha sido parte de mi caminar...
QUE GRANDIOSIDAD poderle dar el sentido de sacramento a las pequeñas acciones de nuestra vida y poder resignificar los sacramentos

El revalorizar el sentido de los sacramentos me lleva a descubrir su fecundidad, su fuerza creadora que alimenta a lo interior y esto me lanza siempre hacia el otro y a la vez se fortalece otra vez lo interno, es como veo que la eficacia del signo se traduce en acciones que continúan así dando forma a esa danza constante ya antes mencionada….


TU ME INVITAS….
YO ME RESISTO….
TU TE DAS….
YO ME DETENGO….
TU TE ENTREGAS….
YO CUESTIONO….
TU ESPERAS….
YO DILATO….
TU COMPRENDES….
YO PREGUNTO….
TU ERES…
TU AMAS…
TU ESTÁS…
Yo busco…

Aportación al Capítulo 13

Elsa Urbina de García
Aportación al Capítulo 13
EL MUNDO DE LOS SIGNOS
Los sacramentos como rituales

Vuelvo con lo mismo, heteronomía y teonomía
Siempre es un hacia fuera y un hacia adentro, pensaría que heteronomía y teonomía van siempre juntos, como que lo del exterior me conduce al interior, y lo del interior me lleva otra vez a lo exterior: como admirar un atardecer me lleva a sentir a sentirlo dentro (al Padre) y sentirlo dentro me lleva a verlo en los demás, es como una danza contínua, y es a raíz de este capítulo de “El mundo de los signos” que puedo darle otro significado a los sacramentos, o más bien darle el sentido de sacramento a otros signos: un abrazo, una visita, una actitud de escucha, comprensión, apoyo, etc. que se convierten en oportunidades sin fin de comunión para poder formar comunidad Cristiana

La centralización en los sacramentos como fundamento de la fé ha sido una idea que me ha movido interiormente desde hace tiempo, lo mágico no va con lo lógico, de que algo es y está y de repente ya no es ni está (el pecado), por otra parte algo que no es ni está y de repente ya es y está (cuerpo y sangre de Cristo) y todo a través del sacerdote, yo casi casi esperaba ver la varita mágica en las manos del sacerdote las cuales escudriñaba afanosamente para ver como era que convertía el pan en cuerpo y el vino en sangre…. que poder tan desmesurado¡ y seguía viendo esas manos y me preguntaba: se las lavaría antes?? QUE IRREVERENTE SOY¡¡ Me repetía, pecadora y mil veces pecadora por estar preguntándome tantas cosas… Me sentía sin fe por no aceptar sin chistar, por ver fijamente la hostia y pensar si en verdad es el cuerpo? Por querer ver el vino de color rojo…siempre dudando por no ver dócilmente lo que otras personas aceptaban, pero comprendo en fin que ha sido parte de mi caminar...
QUE GRANDIOSIDAD poderle dar el sentido de sacramento a las pequeñas acciones de nuestra vida y poder resignificar los sacramentos

El revalorizar el sentido de los sacramentos me lleva a descubrir su fecundidad, su fuerza creadora que alimenta a lo interior y esto me lanza siempre hacia el otro y a la vez se fortalece otra vez lo interno, es como veo que la eficacia del signo se traduce en acciones que continúan así dando forma a esa danza constante ya antes mencionada….


TU ME INVITAS….
YO ME RESISTO….
TU TE DAS….
YO ME DETENGO….
TU TE ENTREGAS….
YO CUESTIONO….
TU ESPERAS….
YO DILATO….
TU COMPRENDES….
YO PREGUNTO….
TU ERES…
TU AMAS…
TU ESTÁS…
Yo busco…

jueves, 4 de marzo de 2010

Capítulo XIII "El mundo de los signos"

CHAQUI OCAMPO DE IÑESTA

Para mí ha sido muy difícil leer este libro, puesto que me ha movido muchas creencias que yo tenía a pié juntillas, es decir que creía firmemente. Como nuestro grupo se cerró porque solo asistíamos dos personas y la fecha a la que se cambió es muy complicada para mí, en verdad estaba a punto de dejar estas clases, pero estoy segura de que por algo suceden las cosas. Son "Dioscidencias" (coincidencias que nos acercan a Dios). Por lo tanto al cambiarme al grupo adelantado y sin leer los capítulos de en medio y con mil dudas, decido darme otra oportunidad y asistir a la clase. Me gustó mucho estar en este grupo, porque aparte de que algunas pertenecen a mi grupo de amigas, sus comentarios son muy interesantes y con fundamentación teológica. Al leer este capítulo trece, cuando leo "El mundo de los signos de Lenaer" me introduzco en la lectura de los sacramentos.

Estoy de acuerdo con Lenaers "Que la Primera Comunión es un espectáculo enorme, porque los padres son ciegos para captar que la Comunión sin seguimiento de Jesús no es más que una cáscara vacía, más aún una forma de hipocresía en los hechos". Pero no solo ese sacramento, lo mismo el Bautismo, la Confirmación, el Matrimonio, donde solo su preocupación es quedar bien con los compadres y los amigos, interesándose en que todo lo de afuera quede bien para que no critiquen. Olvidándose por supuesto de lo más profundo que es el encuentro con Dios y sobre todo el seguimiento de ese encuentro.

Descubro que ESTO ES lo que estoy tratando de hacer con estos grupos de adolescentes con los que trabajo. Que como dice Lenaers no se puede separar la vida de los sacramentos de tu propia vida, que no deben ser actos mágicos que por el simple hecho de hacerlos, la vida se va a transformar, que necesito trabajar en mi vida si quiero que cambie.

Reconozco que estoy en lo correcto, cuando en los retiros procuro que ellos compartan alguna experiencia de su vida familiar, para que aprendan a mejorar su comunicación y por consiguiente se transformen esas malas relaciones que llevan con sus padres. Que al profundizar su comunicación, se den cuenta de que tienen una vida maravillosa y que se están ahogando en un vaso de agua, preocupándose de ínfimas tonterías, pero que al no tener otra opción se están hundiendo y protestando, quejándose amargamente de lo dura que es su vida.

Al tener un encuentro con Dios de una manera personal en el Sacramento de la Confirmación, (Que es en lo que los estoy preparando), al conocer otras vidas de jóvenes, que están en esa búsqueda como ellos, pueden comparar y re-descubrir lo dichosos que son al tener esa vida que
les ha tocado vivir, que ellos tienen la libertad de decidir, cambiar su actitud y que su vida mejore o seguir dando patadas en el hoyo largo y obscuro de su desesperación.


Por supuesto el encuentro personal y profundo con Dios a traves de este Sacramento de la Confirmación, los ayuda grandemente, puesto que ya no lo ven como algo mágico sino algo verdadero que les da la fuerza y la entereza de mejorar sus vidas, lo mismo que la vida de las personas que lo rodean. Descubren que la Gracia de Dios los fortalece siempre y cuando cada uno ponga de su parte y trabaje para mejorar y cambiar, lo que quiere que se transforme.

Estos son esos signos increíbles de los cuales podemos palpar continuamente, cuando unos hermanos se piden perdón, cuando se reconcilian algunas amigas que no se llevaban bien, o que mejoran su comunicación con sus papás, etc. Para mí es un gran regalo el poder convivir con estos grupos de jóvenes

Atte:
CHAQUI OCAMPO DE IÑESTA