miércoles, 10 de febrero de 2010

APORTACIÓN DE TERE GALLEGOS

COMENTARIO AL CAPÍTULO 12


Después de re-leer este capítulo tan controvertido, lo que me deja principalmente es el hecho de que Dios es fuente de la vida, antes, durante y después. Que cómo será el después, no lo sé. Lo que si quiero es en este presente caminar como lo hizo el pueblo de Israel, confiados en su presencia en la historia de sus vidas, sin esperanza de recompensa o castigo alguno, sobre todo no tenían necesidad de un consuelo posterior, lo demostraron durante mil años. Quiero caminar así, confiada en Dios, sabiendo que el Misterio está detrás de todas las cosas y en todas ellas.

El concepto de que nuestro ser no es una alma espiritual que habita en un cuerpo, sino una chispa de la forma como Dios se expresa a sí mismo, me recuerda lo que una vez leí, que el ser humano es como los ojos, oídos, voz de Dios que se materializa, así como nos conmueve una obra de arte, la letra y música de una melodía, el consuelo de un hermano, el amor manifestado de diferentes maneras, etc. Recibir esto nos manifiesta a Dios, pero cuando soy consciente que yo soy una chispa de Dios que se va a proyectar en los otros, me sobrecoge, pues, somos, como dice el autor, la expresión propia del misterio original divino que se va haciendo cada vez más pleno, y yo soy parte de ello!!!!

Esto puede sonar muy fuerte, el que yo ayude a Dios a hacerse cada vez más pleno. Creo que ese es el Reino soñado por Dios, cuando Él será en todo y en todos.

Para mí, no cabe duda que el camino interior, el silenciamiento, el desapego del ser humano (ego), es la forma de contactar con mi parte divina, pero aún esto, no nos puede separar del amor a todo lo que nos rodea, de la naturaleza que nos transmite parte del cosmos y su verdad y que me hace sentir insignificante ante el Misterio.


Ma. Teresa Trejo de Gallegos.

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