El mundo de los signos
Los sacramentos como rituales
Reflexiones personales de Gustavo Gómez
Como inicio de nueva cuenta quisiera resaltar que las presentes reflexiones se realizan una vez comentadas, analizadas y discutidas en forma verbal ante mis compañeros en la sesión del día 23 de febrero de 2010, y por tanto han sido enriquecidas con sus valiosos comentarios y participaciones, mismos que también se incluyen a lo largo de los siguientes párrafos.
Para iniciar señalaré que para mí los sacramentos no han sido de ninguna manera algo que a lo largo de mi vida me den o me quiten algo respecto a mi Fe. Si recuerdo que cuando hice mi primera comunión, fue motivo de fiesta, alegría, fui centro de atención, recibí regalos, etc.; sin embargo no recuerdo que el sacramento en sí mismo me hubiera acercado más a EL, o que yo percibiera que la bendición de Dios a través del sacramento me haya diferenciado de los demás muchachos de mi edad.
En este momento lo que percibo es aquello que con anterioridad he comentado y es que la Iglesia ha hecho un uso y abuso de los sacramentos y en algunos casos, se presentan grandes contradicciones y repito lo que escribí en el Capitulo 10.
No obstante que uno de los sacramentos de la Iglesia es el matrimonio, y por tanto está consagrado por DIOS, tiempo después y una vez consumada la vida marital, viene felizmente el nacimiento de un bebé, por lo que poco tiempo después lo llevamos a bautizar, y lo primero que nos dice el cura es que le vamos a quitar el pecado original.
Quién los entiende, primero te dan los sacramentos desde el bautizo, primera comunión, confirmación y matrimonio, y por tanto ya puedes tener vida marital y realizar la procreación con la bendición de DIOS. Pero resulta que vives en el pecado, porque el producto del amor de la pareja debe de lavarse en el bautismo y retirarle el pecado original. ¡Qué absurdo!
Y el asunto no para ahí, resulta que los sacramentos tienen vigencia, ya que primero viene el bautismo y si después de cierto tiempo no llega la primera comunión, entonces vives en el pecado. Después, haces la primera comunión pero si después de cierto tiempo no haces la confirmación, regresas al pecado. Luego, llega el tiempo de amar a una pareja y la desposas, pero si no es por la iglesia, ambos viven en el pecado, aunque toda tu vida hayas recibido los anteriores sacramentos.
Posteriormente viene la confesión y la unción de los enfermos y hasta el final de tus días, y jamás en toda tu vida te dejan de repetir que, o los recibes, o eres un pecador y te irás al infierno.
Entonces termina la persecución de la Iglesia haciéndote infeliz y te envía por la vía rápida al Infierno. ¿Qué barbaridad, ni los mejores cazadores son tan persistentes como la Iglesia con sus sacramentos?
El punto central del asunto es: Si DIOS es AMOR, entonces que tienen que ver los sacramentos con ello. La respuesta es: NADA
Si los sacramentos no me entregan nada a favor de mi felicidad, ya que están diseñados dentro del axioma heterónomo y adicionalmente me hacen infeliz, ya que no puedo decidir entre tomarlos o no, lo mejor para mí en este momento es que estos los retiremos tal y como están diseñados y para el nuevo axioma teónomo, tendremos que debatir en los siguientes capítulos la viabilidad de ellos y en que aspectos de la vida.
Otro punto que me anima es ratificar que todos en esta vida somos seres en proceso, unos mas avanzados y otros menos, y que nuestra historia personal permanece en nuestras vidas mas allá de lo que suponemos, aún cuando nuestra conciencia se haya nutrido largos años.
Yo pienso que el autor nos lleva la delantera en el proceso del cambio de axioma, ya que el realiza esta excelente propuesta, la detalla, y la propone al mundo entero; sin embargo todavía se encuentran rasgos de heteronomía en la forma en que se expresa, tal y como lo señala en la primera pagina del artículo 13 que nos ocupa, que señala que “hacer de los sacramentos la suma de la fe, es un error infernal.” Uno de los principios básico del axioma teónomo es la no existencia de la dualidad cielo-infierno, o el mundo de los humanos y el de arriba o celestial. En este punto recuerdo con mucha precisión las primeras enseñanzas del desarrollo humano y que dicen que somos seres en proceso o como a mi me lo expresaron, “vamos siendo”. Ni modo, a Lenaers en esa frase le gano su historia personal.
En el ámbito personal, quisiera señalar que cuando entré a este Taller, una y otra vez me he cuestionado como lograr una “comunicación efectiva” con mi YO profundo o bien con EL, de acuerdo a la perspectiva de la teonomía.
Lenaers me dio una gran pista en este Capítulo, ya que señala lo siguiente con respecto a las relaciones humanas:
“Las cartas de amor no solo dan a conocer el amor que existe, sino que lo fomentan, lo fortalece y lo aumentan. Un abrazo une. Una sonrisa amigable allana el camino del acercamiento. Colocarse un anillo en el dedo es algo que conmueve muy profundamente a la pareja y une sus corazones. El alegre apretón de manos cuando uno se encuentra inesperadamente con un amigo no sólo hace visible la amistad, sino que la fortalece en la misma medida”.
Si este mismo párrafo lo aplicamos para entrar en contacto con EL; y; vamos a su encuentro buscando al amigo y le damos un fuerte apretón de manos o un cálido abrazo; o bien le escribimos haciéndole notar nuestro amor con el mismo fervor que a la persona amada; o sí pensamos con EL y le contamos nuestras vidas con todo lo bueno y lo malo que nos pasa, como al mejor amigo/amiga; o nos vamos de viaje y nos hacemos acompañar únicamente con EL, para poder disfrutar de todo aquello que el mismo nos ha entregado; o sí ...
Finalmente quiero señalar que la capacidad de asombro ha vuelto a renacer en mí, el día de ayer en forma por demás inexplicable (para mí) y mientras comentaba el Artículo ante mis compañeros, recordé mis tiempos de juventud y noviazgo con Lupita y lo relacioné con el párrafo de Lenaers arriba mencionado y tratando de resaltar el mensaje en el contenido, me quede atrapado en mis recuerdos y solo acerté a relacionarlo con aquella feliz etapa de mi vida, generando en mí, una vía de escape de sentimientos guardados por años.
Reconozco que me desconcerté, sin embargo al día de hoy me siento bien y agradecido con mi compañeros de comunidad por tan excelente arrope y acompañamiento. GRACIAS
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